Robredo, tras la señal que impide el acceso rodado a Soberrón. :: G. F.
Oriente

Soberrón denuncia los continuos cortes de la carretera de acceso al pueblo

Los vecinos se quejan de la falta de información por parte del Ayuntamiento sobre las obras en ejecución

GUILLERMO F. BUREGO

Miércoles, 23 de noviembre 2011, 03:39

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La localidad llanisca de Soberrón se encuentra «patas arriba», según denunciaba ayer el vecino José Manuel Robredo, que vive en el barrio de La Corrolaya. Las obras en el cruce de La Arquera dieron un giro drástico a la circulación por el pueblo y el soterramiento de los tubos de saneamiento «nos trae de cabeza». Lo más grave sucedía el pasado lunes, a las seis de la tarde, cuando «apareció cortada la carretera de acceso al pueblo, sin previo aviso, y ya es la cuarta vez que esto sucede», explicaba Robredo.

A ello hay que añadir que «los caminos interiores fueron levantados para meter los tubos del saneamiento, no se sellaron con asfalto, y ahora cuando llueve rebosan de barro y agua». Además, existen barrios, como el de Cosmón, que «van a quedar sin conexión al saneamiento y eso que se encuentra a sólo 300 metros de la red general y con un desnivel favorable».

Desde la tarde del lunes, los vecinos de Soberrón tienen que dar un rodeo por el enclave limítrofe de La Galguera para llegar a sus casas. Dice Robredo que «todos entendemos la necesidad de hacer obras pero primero tienen que avisar a los vecinos de lo que va a ocurrir, antes de que tengamos que adivinar lo que piensan en el Ayuntamiento de Llanes». De hecho, la señal que indica el camino de entrada a Soberrón continuaba operativa ayer en el barrio de La Güera y «cuando llegas al puente de Las Arnias, 300 metros más adelante, tropiezas con un cartel de camino cortado por obras». Aquello «es ahora una ratonera, un callejón sin salida» por la dificultad para dar vuelta. La nueva situación origina «un gran perjuicio a los hoteles y casas rurales de la zona y un caos para los que son de fuera del pueblo».

Los más de cien vecinos de Soberrón y La Galguera viven esta situación desde el pasado mes de agosto y aseguran que «no tenemos comunicación con el Ayuntamiento». Transmiten sus quejas a través de «los medios de comunicación» y lo que les sucede ahora piensan que es un acto de «represalia municipal: Si no quieres taza, toma taza y media», valoraba ayer Robredo. Y no se olvidaba de explicar que en los últimos meses «se produjeron cinco accidentes leves a causa de los barrizales y lo estrecho de los caminos en algunos lugares».

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En definitiva, que los vecinos de Soberrón y La Galguera «estamos con la mosca detrás de la oreja» y sorprendidos porque «lo único que pedimos es algo tan elemental como que nos expliquen claramente qué obras se van a hacer y cómo y cuándo van a acabar».

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