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El palacio Duque de Estrada está ubicado junto a la basílica de la villa de Llanes. :: NEL ACEBAL
Un palacio con grandes enigmas
Oriente

Un palacio con grandes enigmas

El futuro del palacio Duque de Estrada de Llanes es tan incierto como su propia historia

GUILLERMO F. BUERGO

Sábado, 22 de octubre 2011, 04:41

La reciente venta del que fuera palacio de los condes de la Vega del Sella, estirpe que lleva el apellido Duque de Estrada, sirvió para calentar el ambiente político en la villa y para que volvieran a ofrecerse infinidad de soluciones para un inmueble cuya suerte, en realidad, a nadie parece interesarle. El edificio se construyó en el siglo XVIII y resultó incendiado y destruido en 1809. Tabicada la planta baja en cubiles, a lo largo del siglo XX sirvió para acoger a nutridas piaras de cerdos, de ahí que también se le conociera en Llanes como el Palacio de los Gochos. Desde 1968 hasta hoy, 43 años han pasado, el palacio tuvo cinco propietarios: Turbisa; Manuel Balmori; los ocho herederos de Balmori; la constructora Promoción, Construcción y Proyectos El Sablón S.L. y desde hace diez días Paisajes de Asturias S. L.

El único proyecto serio del que se tiene constancia para la «remodelación y adaptación del palacio Duque de Estrada» lo firmó en 1968 el proyectista llanisco Antonio Peláez Cibrián para la empresa Turbisa. Según los planos, el edificio del palacio iba a albergar «museo; salas de exposiciones y de usos múltiples; cocina, restaurante y cafetería; biblioteca; oficinas, almacén y baños; camerinos; salón de juegos y gimnasio». Y en la gran finca llevaría canchas de tenis y piscina, así como una terraza con cafetería y servicios para uso público. La joya de la corona iba a estar ubicada en el lado Este del edificio, con un «escenario y pista para festivales regionales, nacionales e internacionales». Para contemplar los espectáculos se proyectaba «un anfiteatro con graderío y cubierto con lonas». Aquello quedó en agua de borrajas y por poco más de 10 millones de pesetas de la época Turbisa le traspasaba la propiedad al indiano mexicano Manuel Balmori.

Otra cuestión que desde hace 200 años gravita sobre el palacio Duque de Estrada hace referencia a su incendio en algún momento de los 30 meses que duró la invasión napoleónica en la villa, desde el 24 de noviembre de 1808 hasta finales de junio de 1811. El enigma sobre la autoría de la quema sigue aún vigente.

Hay quien sostiene que fueron las tropas napoleónicas, otros opinan que fueron los vecinos de Llanes quienes provocaron el incendio y hasta se abre paso una tercera vía según la cual habrían sido los propietarios del inmueble quienes propiciaron la combustión.

Según el testimonio del cura Lorenzo Simón González, que vivió los acontecimientos en directo y dejó crónica escrita de ellos, el palacio fue destruido y quemado por «las tropas del ejército francés que hacían guardia en la Plaza y Cimadevilla». Para incriminar al pueblo llanisco como autor del incendio se recurre a catalogar de afrancesado al conde de la Vega del Sella, aunque esta aseveración no encuentra confirmación.

Algún descendiente de la familia Duque de Estrada entiende que fueron sus antepasados los que iniciaron el fuego para liberar el edificio de peligrosas bacterias. Y esta opinión sí encuentra respaldo en datos históricos porque el edificio se utilizó como improvisado hospital para más de 200 enfermos contagiados de peste. Se trataba de heridos de las tropas llaniscas que habían pasado cinco meses defendiendo el paso del Deva, en Bustio, «lugar en el que contrajeron fiebres pútridas y fueron conducidos a Llanes desde Colombres», según relato de Lorenzo Simón.

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