LAURA FONSECA
Martes, 18 de octubre 2011, 04:37
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Las bondades de la lactancia se remontan a tiempos lejanos. De hecho, los pobladores de Atapuerca ya sabían que la leche materna tenía propiedades ciertamente saludables. Un estudio realizado por responsables del yacimiento ha concluido que los niños amamantados hasta los cuatro años eran los que tenían más probabilidades de llegar a adultos. Así lo recordó ayer el presidente de la Asociación Asturiana de Pediatría de Atención Primaria, José Ignacio Pérez Candás, en el transcurso de la presentación en Oviedo de la Semana Mundial de la Lactancia Materna. El médico trajo a colación esta investigación al ser consultado sobre los beneficios de amamantar, una práctica que la Organización Mundial de la Salud aconseja que se mantenga, al menos, durante los seis primeros meses de vida del bebé. «La leche materna tiene muchísimas ventajas, ya que transmite defensas al niño y es un alimento que no provoca alergias. Además, el amamantamiento permite una mejor recuperación de la madre, por no decir que es mucho menos costoso», explicó la secretaria de la Asociación Amamantar, Ana Ardura.
Hasta el próximo día 21, Asturias celebrará diversas actividades para promocionar la lactancia materna, «una práctica que poco a poco vamos recuperando a pesar de las dificultades de la conciliación familiar y laboral», señaló Pérez Candás. En el Principado, el 53,9% de las madres mantienen la lactancia exclusiva hasta los tres meses. Así lo aseguró el director general de Salud Pública, Alberto Fernández León, que considera que se trata de una cifra «razonable» pero «susceptible de mejorar». Asimismo, indicó que el 9,9% cuenta con alimentación mixta mientras que el 36,3% se alimenta solamente con leche artificial, según los datos de la Encuesta de Atención Maternal y Neonatal en Asturias realizada en 2009.
Llegado el cuarto mes, sólo el 37,4% de las madres continúa amamantado a su bebé. También hay un 25% que no amamanta a su pequeño, un porcentaje que se da sobre todo en los niños prematuros. El dato proviene de un estudio aún sin presentar de la Asociación de Pediatría de Atención Primaria.
La de ayer fue una rueda de prensa poco habitual, ya que entre los asistentes había varias madres con sus bebés. Es el caso de Katia Oceransky, que acudió con su hija Noa, de 20 meses, y de Carrie Mittelman, con Cora, de año y medio, en sus brazos. Ambas señalaron las dificultades que han tenido para poder dar el pecho y continuar con su actividad laboral. Katia optó por un periodo sabático «tras varios años de ahorrar para ser madre». Carrie puede seguir amamantando a Cora porque «soy autónoma y me organizo a mi aire». Ninguna de las dos encontró apoyo en los hospitales donde dieron a luz para iniciar la lactancia de forma precoz.
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