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La histórica feria de ganados del Carbayedo de Avilés. Foto del libro 'Avilés en el pasado', de Villaboy y Ureña.
El Carbayedo, ese gran bosque urbano
Los episodios avilesinos

El Carbayedo, ese gran bosque urbano

El frondoso arbolado se fue transformado, con el tiempo, en barrio castizo

ALBERTO DEL RÍO LEGAZPI

Domingo, 9 de octubre 2011, 10:46

Por aquel tiempo, había una gran cantidad de bosques en torno a la Villa de Avilés. El que llamaban El Carbayedo, estaba situada a poca distancia de dos (de las cinco) puertas de la muralla: las del Reloj y la del Alcázar, que eran las situadas en los inicios de las -hoy- calles de La Fruta y La Ferrería.

Era bosque de carbayos, como aquí llamamos a los robles, entonces muy utilizados (aparte de facilitar fuego en las casas) en la construcción de embarcaciones que se hacían en los astilleros (carpinteros de ribera) de Sabugo.

Y era endemoniado transportar los troncos hasta allí, pues había que subir hasta Miranda, cruzar por Heros hasta San Cristóbal de Entreviñas y desde allí descender al bendito pueblo marinero. Una cruz, Señor, una cruz, esto de las carreteras en Avilés y en Asturias.

Algún siglo más tarde, cuando el terreno para el tránsito rodado se fue domando a base de construir caminos y caleyas -y aprovechar galianas-, la madera y derivados pudieron llegar por fin al puerto de la Villa (situado al costado de la actual iglesia de los Franciscanos) convirtiéndose en un elemento clave de nuestras exportaciones. Y así, por la cosa del comercio, se fue talando el bosque y mudando madera por población.

Lo que le dio fe de vida al barrio fue la erección de la capilla, en 1652, consagrada a San Roque por haber librado a la Villa de Avilés de una terrible epidemia de peste que asolaba España. Pero -¡vaya por Dios! - la capilla nació arquitectónicamente enferma y aún después de mucha reparación, terminó viniéndose abajo. Siendo sustituida, bastante después, por la conocida como de 'Jesusín de Galiana', nombre muy celebrado por quienes nos visitan.

A finales de aquel siglo XVII, Avilés comenzó a cambiar su traza urbana construyendo, fuera de sus murallas, palacios y calles prodigiosas. Una de ellas, la de Galiana, ascendió hasta El Carbayedo y lo conectó definitivamente con la Villa.

En el siglo siguiente, cuando en su actual plaza ya habían entrado algunos soportales -pocos, pero buenos y variados- se convirtió en lugar de celebración semanal, del mercado de ganados mas importante de Asturias. De ahí la multiplicación de los bares y pensiones.

El barrio se ennobleció con el asiento, en sus predios, del primer Instituto de Segunda Enseñanza de la historia avilesina: el Carreño Miranda (hoy Colegio Palacio Valdés). Y también del llamado, en su día, Hospital de Caridad.

A partir de los años cincuenta del pasado siglo XX (cuando nos cayó Ensidesa encima) fueron creciendo muchos edificios y con generosa altura, terminando por hacer de esta zona la más densamente poblada de Avilés.

Su antigua plaza, hoy convertida en parque (gran privilegio urbano) conserva algunos espléndidos árboles, herencia del aquel bosque. Su faceta ganadera quedó plasmada en la estatua de 'El tratante', que Favila plantó en 1999, muy cerca del histórico pilón que cumplió funciones de abrevadero -e incluso lavadero- y hoy adorna lo suyo.

El espíritu histórico del Carbayedo sigue concentrado en esta espléndida plaza/parque, actualmente muy de moda -en Avilés- como zona de vinos.

Que de todo hay en la viña del Señor, quiero decir: en la Villa del señor. Perdón, de señoras y señores.

Tanto árbol no deja ver el bosque.

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