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La estatua se encuentra situada en el parque Maestro Antuña. :: X. M. P
Historia olvidada de Candás
CARREÑO

Historia olvidada de Candás

Menéndez-Santarua critica «la poca seriedad con que el Ayuntamiento trata» su obra, que tiene pintadas y suciedad. El Consistorio la restaurará, pero no da fechas

XANA MENÉNDEZ

Lunes, 5 de septiembre 2011, 08:29

En 1635, una insólita historia acontecida en Candás vio la luz gracias al libro 'Teatro Eclesiástico de la Santa Iglesia de Oviedo'. Cuentan las páginas de este documento histórico que, a principios del siglo XVII, se celebró un juicio contra los delfines. Los marineros candasinos tenían que pagar el diezmo a la Iglesia y, debido a que los delfines (o, para ser más exactos, los calderones, «una especie diferente», como asegura el escritor David Pérez Sierra González) rompen las redes de los pescadores y complican su faena, «se las ven y se las desean para espantarlos», añade el escritor candasín. Esta situación llevó a los marineros a perder la pesca y, por lo tanto, a no poder afrontar la deuda con la Iglesia, ya que una parte del beneficio iba destinada a pagar el diezmo.

En 1980, unos documentos encontrados en el Archivo Histórico Provincial de Oviedo «demuestran que la leyenda fue real y que el juicio a los delfines es un hecho histórico y documentado», aseguró el ya fallecido Marino Busto, Cronista Oficial de Carreño.

Vicente Menéndez-Santarua Prendes, escultor candasín, rindió tributo a esta historia con una escultura homenaje, con una simbología y una filosofía muy adelantada para la época. La historia del pleito de los delfines «es una problemática a tres bandas. Por un lado, la Iglesia; por otra, los marineros, y por último, los delfines» explica el autor, quien la representó en su obra con tres proas de barco en la parte superior. Sus aristas hacen una espiral en rotación y, con la prolongación de éstas, se llega a un punto por encima del delfín en el que queda fuera el remo, que simboliza al hombre, al pescador. El mensaje de esta estatua va más allá de una mera representación histórica: «El sacrificio del delfín tiene un mensaje universal, el remo (el marinero) queda fuera de la estructura política y social; el marinero es representado como vehículo inocente», descubre Santarua sobre el mensaje de su obra.

El escultor candasín se queja de la «poca seriedad» con la que el Ayuntamiento de Candás ha tratado su obra, ya que hace unos tres años la reformaron sin su permiso. «Hicieron unas restauraciones con pintura, cambiándole el estilo y ni siquiera me consultaron», afirma el artista, que no oculta su enfado. Asegura que no quiere tomar medidas extremas, pero que la actitud del Ayuntamiento con respecto a la conservación cultural le sorprende: «No hay ni educación ni seriedad. Fui en una ocasión a ver uno de mis murales y estaba en un almacén aguantando una pila de sacos de cemento».

Al autor le hubiese gustado que se hubiese instalado «un panel en condiciones», en el que se explicase la filosofía de su obra y se diese una explicación coherente de la representación de la historia que representa el monumento. Desde su punto de vista, se está llegando a un punto de no retorno, «donde la cultura se deja a un lado y el pueblo dormido no levanta la voz, la antorcha cultural se está apagando», explica metafóricamente, y asegura que «Candás no ha sabido transmitir el espíritu inquieto del famosos escultor Antón», que da nombre al Museo de Candás.

María Teresa Conlledo, usuaria habitual del FEVE, pasa todos los días por delante de la escultura cuando coge el tren en el apeadero, y asegura que «es una vergüenza que no se cuiden los símbolos del pueblo, porque no sólo representa la singularidad de nuestra historia, sino que es de un artista candasin». Por otro, lado Ángel García, que veranea en Candás, asegura no haber oído nunca hablar del pleito de los delfines y desconocía la existencia tanto del monumento, como de la historia. «Paso habitualmente por delante y nunca había reparado en que era un símbolo del pueblo, y mucho menos en que fuera también una fuente».

Una fuente sin agua

El tributo al pleito de los defines fue concebido como una fuente, y según explica Menéndez-Santarua, llevaba un motor dentro con un circuito de agua, pero desde hace años, ya no surte y nadie se ha preocupado de revisar el sistema. El artista no entiende «cómo no puede haber nadie que lo repare; es imposible que no haya en Candás especialistas que puedan arreglar el sistema».

Cecilia Tascón Fernández, concejala de Urbanismo, reconoce que la obra del escultor candasín está algo abandonada y asegura que «se pretende poner en marcha su recuperación, aunque no está previsto en los planes de este año».

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