

Secciones
Servicios
Destacamos
J. A. GARCÍA
Domingo, 17 de julio 2011, 04:34
Carmen García, profesora de la Universidad de Oviedo, desborda entusiasmo a la hora de hablar del proyecto que le ha ocupado buena parte de su tiempo los últimos ocho años. Recopilar los datos para confeccionar el mapa de fosas comunes en Asturias no ha sido un trabajo fácil.
-¿Cómo arranca la investigación?
-Empezamos en junio de 2003 a petición de las consejerías de Bienestar Social y Cultura. Sin embargo, la situación cambia muy rápido a causa de las elecciones que se celebran semanas después. De los comicios sale un gobierno de coalición formado por IU y PSOE. El proyecto se pone en marcha, pese a todo, gracias al apoyo de la Consejería de Bienestar Social, que dirigía Laura González.
-Unos inicios difíciles, ¿no?
-Sí. Las cosas fueron saliendo a trancas y barrancas. Había poca financiación. Apenas nos daba para contratar a dos becarios con un sueldo pequeño que se gastaban en desplazamientos. A partir de 2005 empezó a colaborar el Ayuntamiento de Gijón con 12.000 euros anuales y eso nos permitió contratar a otra persona.
-¿Hubo fases sin financiación?
-Había periodos en los que íbamos tirando con lo que teníamos. Llegó incluso a participar Cultura, pero con una aportación muy escasa. Fueron miembros de IU en el Gobierno los que más tiraron del proyecto.
-¿Qué cambió con la aprobación de la Ley de Memoria Histórica?
-Tuvo importancia, aunque para nuestra actuación no fue excesiva. Al haber un marco normativo, las autoridades políticas se tomaron las cosas un poco más en serio. A partir de ahí, la financiación mejoró, pero el Gobierno central nunca puso un euro.
-Nosotros, por ejemplo, trasladamos el mapa de fosas que elaboramos al Ministerio de la Presidencia, pero no hemos recibido ninguna aportación. La financiación ha llegado siempre del Gobierno autonómico.
-Pero algo bueno tendrá una ley que generó tanta controversia.
-Con la ley hubo más gente que se atrevió a hablar y muchas más familias mostraron su interés en buscar a sus antepasados y recopilar información. Digamos que le dio más visibilidad social.
«Interpretación errónea»
-¿Hizo daño la excesiva politización del debate?
-Todo surge por una interpretación errónea de los partidos de derecha.La ley intenta satisfacer las demandas de una parte de la sociedad que quería recuperar a aquellos muertos que perecieron en las cuentas de toda España.
-¿Niega, por tanto, que la ley haya servido para «ajustar cuentas»?
-La realidad es que se ha hecho lo mismo, 70 años después, que se hizo en su momento con los muertos de la represión republicana. Ni la ley ni nadie está planteando venganzas de ningún tipo. Se trata de dignificar a esos muertos y cerrar un capítulo que estaba, por cierto, mal cerrado.
-¿Qué le ha parecido el proceso contra Baltasar Garzón?
-Pues que hay sectores de la derecha judicial y política que lo ven como una venganza. Y la ley, insisto, no está contemplada en esos términos. Es una cuestión de hacer justicia.
-¿Percibió más interés por parte de las familias?
-Hay gente que tenía interés desde hace muchos años. La primera aproximación que se hizo en Asturias sobre este tema fue una investigación mía sobre la fosa común de Oviedo, que se publicó en 1984. En esa época apenas tenía repercusión social, aunque hubo investigaciones desde principios de los ochenta. No es verdad que la Universidad pasara del tema, pero apenas trascendían los estudios. Pasaba del tema todo el espectro político y la mayor parte de la población.
-¿Qué cambia esta dinámica?
-El empeño por el revisionismo en la época de Aznar. PSOE e IU reaccionan y se empiezan a plantear iniciativas en las Cortes. Los socialistas empiezan a hacer bandera de la memoria republicana, eso sí, con la boquita pequeña. Luego, cuando ganan las elecciones se plantea la ley. Y comienzan a surgir asociaciones y muchos nietos comienzan a preguntarse qué fue de sus abuelos.
-¿Puede decirse que Asturias fue uno de los territorios con más víctimas en proporción a la población?
-Comparativamente tiene un balance muy alto de muertos tanto en combate como posteriormente, durante la represión política.
-¿Es tan importante la diferencia en el balance de muertos de uno y otro bando?
-En Asturias, con las fuentes que manejamos, los muertos de la represión republicana no pasan de dos mil. Las víctimas de la represión franquista superan los 6.000. Es cierto que durante el tiempo que se extendió el conflicto, no había tanta diferencia en el número de muertos.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
El origen de la expresión 'joder la marrana' y su conexión con el vino
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.