EVA SANROMÁN
Sábado, 2 de julio 2011, 04:39
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Es el undécimo congreso a nivel mundial que reúne a los más prestigiosos investigadores, pero es el primero que se celebra en España. ¿La sede? No podía ser más que la cuna jurásica que está cuidando con mimo el equipo dirigido por José Carlos García Ramos, el Museo del Jurásico de Asturias sito en la rasa de San Telmo, Colunga. La ubicación se decidió hace ya dos años, justo al terminar en China el mismo congreso que ahora llega al Principado. La Facultad de Geología de la Universidad de Oviedo y el equipo de investigación del Muja aceptaron el reto que hoy comienza para terminar el próximo martes, día 5. Junto a ellos, colaborará en la organización de este denominado 'Congreso de trabajo de la Icnofábrica' el departamento de Estratigrafía y Paleontología de la Facultad de Ciencias, de la Universidad de Granada.
El objetivo, sacar el mayor número de conclusiones posibles sobre la icnofábrica, un concepto complicado para el común de los mortales, pero que tiene que ver con la roca que pisaron en su día los dinosaurios, esa que se extiende a lo largo del litoral asturiano, dejando perlas en forma de inmensas huellas jurásicas.
La icnofábrica es, explican, «la textura que queda en un sedimento o roca sedimentaria como consecuencia de la actividad de organismos vertebrados e invertebrados que viven o vivieron e interactuaron con su superficie o interior». Cuestiones como «la hidrología y especialmente con la industria petrolífera» han determinado el aspecto y la circunstancia de la roca en cuestión que hoy conocemos. Pero, ¿para qué servirá? «El estudio de las icnofábricas ayudará de manera eficiente a determinar el ambiente sedimentario en el que se formó la roca» que hoy conocemos gracias, en parte, al trabajo de estos investigadores. Por tanto, «son decisivos en la identificación y cuantificación de rocas tampón y almacén de hidrocarburos, así como en la detección de posibles acuíferos subterráneos».
A juicio del director del Muja, José Carlos García Ramos, el interés de este congreso radica en que «esa actividad de organismos en el interior de los sedimentos produce un cambio en la porosidad y permeabilidad del sedimento y eso tiene mucho interés para las compañías de petróleo porque muchas de estas rocas representan almacenes importantes de fluidos». Los organismos a los que se refiere Ramos «modifican en cierta medida el comportamiento y la circulación de esos fluidos, unas veces lo favorecen y otros lo dificultan», explica. «Y también permite interpretar el medio, el ambiente sedimentario de aquella época, importante también para las prospecciones de gas petróleo y acuíferos», apunta.
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En definitiva, las rocas del Devónico y Jurásico de Asturias, «especialmente aquellas que afloran en los acantilados costeros del borde oriental del Cabo Peñas y de la zona centro-oriental de nuestra región, respectivamente, muestran excelentes ejemplos de icnofábricas que justifican la convocatoria de este congreso» que tiene un marcado carácter internacional.
Pero, ¿hay petróleo en la costa asturiana? «Se sabe que lo hay, otra cosa es que hasta ahora lo que se ha encontrado no es suficiente como para explotarlo. Las rocas del Jurásico son rocas madre de petróleo, pero se necesita es un roca almacén lo suficientemente grande como para que sea rentable. Hasta ahora no lo ha sido, pero puede serlo en cualquier momento. Depende de los precios, de la profundidad, normalmente se encontraría fundamentalmente bajo el agua», dice García Ramos. Lo cierto es que, asume, «hasta ahora no se ha encontrado un yacimiento importante pero sabemos que hay rocas que lo generaron aquí en Asturias y parte de esas las vamos a ver en Vega».
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Nada menos que 55 investigadores de veinte países distintos se darán cita en el Muja para desarrollar una intensa semana de trabajo que alcanzará también las actividades de campo. La jornada de hoy, y así sucederá también el domingo, servirán para presentar 54 comunicaciones, de las cuales 33 son orales y 21 pósteres.
Durante el congreso se celebrarán dos conferencias invitadas, además de las que se den entre los asistentes. Y junto a esto, el trabajo de campo se prolongará durante tres días. El sábado, cuando los investigadores se trasladarán a los acantilados de El Tranqueru (Carreño). El lunes, momento para estudiar los sedimentos rocosos existentes en la playa de Vega (Ribadesella) y el martes, día 5, cuando el congreso como tal concluye en los acantilados de Villar y El Puntal (Villaviciosa) y en la playa de La Griega (Colunga).
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