E. RODRÍGUEZ
Lunes, 27 de junio 2011, 04:42
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Los habitantes de la pequeña localidad de Villavaser, en Pola de Allande, no salen de su asombro. En la noche del jueves al viernes, los ladrones se llevaron las dos campanas de su iglesia, San Cipriano. Los primeros en percartarse de la desaparición fueron los vecinos que residen más cerca de la parroquia que, enseguida, avisaron a la Guardia Civil.
Ya en el lugar, agentes de la Policía Judicial de la Benemérita de Cangas del Narcea procedieron con la inspección ocular y tomaron huellas para abrir una investigación y esclarecer los hechos. Por su parte, el sacerdote encargado de la parroquia hasta que haya un nuevo párroco, Julián de Hoyos González, acudió al cuartel de la Guardia Civil de Pola de Allande, donde interpuso una denuncia por la sustracción.
Según los propios vecinos de Villavaser, «las campanas son muy antiguas», aunque no tienen datos sobre su fecha. «Cuando se inauguró la iglesia hace 30 años, las trasladamos de la iglesia antigua. En ésta, de estructura moderna, las campanas no estaban muy altas».
Así lo asegura también el sacerdote Julián de Hoyos. «Estaban a tres metros del suelo y, al ser de bronce, pesan basante, por lo que yo creo que, como mínimo, debieron de actuar dos personas, y utilizaron un vehículo alto para subirse a él, una furgoneta o una camioneta pequeña. Además, el camino para acceder es pequeño, por lo que no pudieron utilizar un medio de transporte grande».
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Ante tan peculiar robo, De Hoyos considera que los autores pudieron quitar las campanas para llevarlas a una chatarrería o fundición. A la espera de que avance más la investigación, ésta parece ser una de las explicaciones que encuentra también la Guardia Civil.
Al registro del Arzobispado
El sacerdote se trasladará esta misma semana al Arzobispado, al registro, para comprobar en el inventario de bienes de propiedades de la Iglesia si las campanas están catalogadas y sus datos correspondientes. El objetivo es poder facilitar a los investigadores la mayor documentación posible acerca de sus características.
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Por otro lado, ayer llegaban a los vecinos de Villavaser informaciones confusas sobre otro posible robo de campanas en una aldea muy próxima, Villagrufe, en la que también viven muy pocos vecinos, entre siete y ocho. Sin embargo, todo resultó ser una falsa alarma, puesto que las dos campanas de la iglesia de San Martín siguen en su sitio.
No obstante, tras este suceso, temen que los ladrones vuelvan a operar en la zona, por lo que confían en que la investigación de la Guardia Civil dé con los autores de tan insólito robo.
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