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IDOYA REY
Domingo, 19 de junio 2011, 12:13
Claras están las fechas de colocación de la primera piedra y de la inauguración del monumento al Sagrado Corazón que preside la cima del Monte Naranco. No así tanto la del germen de la iniciativa. Fue el obispo (por aquel entonces Oviedo aún no tenía arzobispo) Benjamín de Arriba y Castro, quien en una celebración en la plaza de la Catedral señaló la ausencia en Asturias de un monumento, como el del Cerro de los Ángeles, en Madrid, o el de otras ciudades del mundo, para la devoción del amor divino de Jesucristo. La fecha se remonta a los años 40 del pasado siglo, pues De Arriba y Castro tomo posesión en 1944, cinco años más tarde se despidió.
Los devotos escucharon atentamente las palabras del obispo y una fiel decidió hacer algo más. «Fue a visitar al superior de los Jesuitas para insistir en la idea. Le dijo que no había fondos, porque hacer un monumento en la cima del Naranco cuesta mucho más que erigirlo en la calle Uría», explica la pianista Purita de la Riva, una de las artífices de que la jira siga celebrándose. Confiada en que el proyecto podía llegar a buen puerto, la devota fue poco a poco recabando apoyos.
Ya en 1957 se constituyó una junta formada por mujeres, entre ellas la madre de De La Riva, quienes se encargaron de conseguir el dinero. Porque el Sagrado Corazón se construyó gracias a miles de pequeños donativos anónimos de ovetenses, además de aportaciones de entidades y familias pudientes. Cuenta De la Riva que hasta una mujer que mendigaba a las puertas de la iglesia de Las Salesas, en la calle Caveda, aportó una peseta para el proyecto.
Había aún otro escollo. Los terrenos del pico Paisano pertenecían a diferentes personas. «Hubo que localizarlas y algunos hubo que comprarlos. El propietario pasó a ser el Obispado de la ciudad», relata la pianista. Así, el 21 de junio de 1963 se colocó la primera piedra del Sagrado Corazón, un roca extraída del Santuario de Covadonga y bajo la cual se colocaron bolsas con tierra bendecida de todos los concejos asturianos. Fue entre miles de fieles, también entre protestas. Algunos sectores de la ciudad pensaban que existían otras prioridades. Los sacerdotes jesuitas ya fallecidos, Vega y Vilariño, convencidos de la construcción del monumento consiguieron terminarlo.
Picnic
La inauguración oficial se celebró 18 años más tarde, el 5 de julio de 1981. Ya desde ese momento los fieles acordaron que cada año subirían a la cima del Naranco para honrar al Sagrado Corazón. La idea era que se llevaran el picnic de casa y tras la misa pasaran el día sobre verde, en el monte. «Cada año subimos aunque a veces el mal tiempo desluce el día. El pasado hizo muy malo y aún así un centenar de personas fuimos a la misa», destaca De la Riva. Añade que la cita sirvió, en parte, para que se adecentase la zona. «En el 25 aniversario lo dijimos bien claro a las autoridades. Tenían que hacer algo y a raíz de aquello arreglaron el mirador y un poco la zona».
Este año, la jira al Sagrado Corazón cumple tres décadas. El arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Monte, iba a presidir la misa, pero finalmente otro acto fuera de la región se lo impedirá. El arzobispo emérito, Gabino Díaz Merchán, oficiará la eucaristía el 3 de julio a las 12.00, como hizo en la inauguración.
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