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Daniel Gayo, ayer en la Escuela de Informática. :: JESÚS DÍAZ
«Lo que no quieras que se sepa, no lo publiques»
Oviedo

«Lo que no quieras que se sepa, no lo publiques»

Un estudio sobre privacidad en Twitter de Daniel Gayo, profesor de la Escuela de Ingeniería Informática, tiene repercusión en prensa internacional

ANA SALAS

Miércoles, 19 de enero 2011, 09:16

El refrán 'dime con quien andas y te diré quién eres' es un hecho en las redes sociales. A través de los contactos de Facebook y Tuenti, o viendo a quién sigue el usuario de Twitter, se pueden averiguar ideas políticas o creencias religiosas. Lo ha comprobado el profesor e investigador del departamento de Informática de la Universidad de Oviedo Daniel Gayo Avello, a través de un estudio en el que utilizó datos de casi dos millones de usuarios de Twitter de los que empleó solo sus listas de contactos y la breve biografía escrita por cada uno.

Pretendía averiguar quién ganaría las elecciones de Estados Unidos en 2008. ¿Lo consiguió? «El resultado fue que ganaba Obama, pero ganaba en estados incluso en los que había perdido», bromea el profesor. El problema, explica, «fue que los demócratas 'twitteaban' mucho» y que el perfil del usuario es «un joven urbano mayoritariamente demócrata». Con lo que se pueden predecir resultados electorales, pero teniendo en cuenta estos parámetros.

Dice Gayo que no es la primera vez que se realiza un estudio de estas características, pero del suyo se ha hecho eco el periódico francés 'Le Monde' en su edición del 16 al 17 de enero. Otros trabajos también han tenido repercusión en medios de comunicación internacionales, como 'L'Alterier' o 'Forbes', así como en revistas científicas como el 'Journal of Information Sciences'.

Gayo quiere ahora continuar con el trabajo. Ha propuesto que dos alumnos desarrollen en sus proyectos de fin de carrera una herramienta que permite controlar la privacidad, «que en realidad debería ofrecer el operador», añade. Se trataría de un «pequeño programa» que actuaría como si se tuvieran dos cuentas separadas: una en la que «hablas con libertad, pero en la que no sigues a nadie»; y otra en la que «sigues a quién quieras, pero sin hacer ningún comentario». De esta forma, asegura, el usuario de las redes sociales lograría un mayor grado de privacidad que el actual.

Sobre qué red es la más segura, dice que «el problema no es de la herramienta, sino de las costumbres», que en las redes sociales «se amplifican» porque quien publica algo en el muro de un 'amigo' de Facebook consigue una difusión mucho mayor que si se lo dijera en persona. Una foto de una fiesta a la que supuestamente no asistió, un comentario desafortunado sobre algo que supuestamente no debería saber nadie: «Siempre estuvo ahí, el bocazas siempre existió, solo que ahora el público potencial es más alto», subraya Gayo.

Por lo tanto, «lo que no quieras que se sepa, no lo publiques, o dile al que lo hace que lo evite», sugiere. «Lo importante es usar el sentido común e intentar controlar la privacidad que se quiera». Por ejemplo, «los más jóvenes no entienden que alguien quiera ocultar cuál es su ideología política». Porque «en realidad lo que se considera información sensible depende de cada persona», añade.

Si alguien cree que sus creencias son privadas deberá intentar evitarlo como pueda: ofreciendo el menor tipo de información posible y poniendo el mayor grado de privacidad que le permita la red social a la que pertenece. Hay que saber que «con quién me relaciono es tan sensible como a quién voto o si voy o no a misa».

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