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Domingo, 19 de diciembre 2010, 10:31
2011 será un año clave en el proceso de supresión de la barrera ferroviaria entre Moreda y el Humedal, un cambio urbanístico sin precedentes que permitirá regenerar más de 200.000 metros cuadrados junto al centro urbano. En el primer trimestre entrará en servicio la estación provisional de Sanz Crespo, desaparecerá el 95% de las actuales instalaciones ferroviarias (excepto el edificio de El Humedal) y se habilitará un nuevo paso peatonal para comunicar Laviada con Poniente. A lo largo del próximo año quedarán desafectados también los terrenos de dominio público ferroviario y se transferirá su titularidad a Gijón al Norte para que puedan salir a subasta.La estación provisional, cuya inversión asciende a 12,5 millones de euros, será la primera obra directamente vinculada con el plan de vías que los gijoneses empezarán a disfrutar. El equipamiento que mantendrá la centralidad de los servicios ferroviarios en Gijón está prácticamente finalizado. Primero se instalará Feve y después Renfe en un proceso que se desarrollará sin interrupciones del tráfico de trenes entre enero y marzo.
La nueva terminal consiste en una plataforma para seis vías (tres de ancho ibérico para Renfe y tres de ancho métrico para Feve) y tres andenes sobre los terrenos de Sanz Crespo comprendidos entre los pasos superiores de Carlos Marx y de la avenida del Príncipe de Asturias. Todas las vías terminan en fondo de saco junto al edificio de viajeros. El inmueble, en forma de 'L', ocupa una superficie total construida de 2.250 metros cuadrados, de los cuales 1.200 son en planta baja y otros 800 corresponden a un nivel superior en altura. En él tendrán cabida todos los servicios que precisan las empresas ferroviarias (Renfe, Feve y Adif), incluyendo vestuarios, oficinas, atención al cliente, zona de cafetería, locales comerciales y un amplio vestíbulo en el que se pondrán a la venta los billetes. Los materiales constructivos utilizados tanto en el edificio como en la playa de vías están concebidos para ser reutilizados.
La implantación de la estación temporal -que estará operativa un mínimo de cinco años- se ha diseñado para hacerla compatible con la obra del nuevo Palacio de Justicia y, más adelante, con la construcción del gran intercambiador modal de Moreda. Para ello se han organizado las circulaciones exteriores de manera que las llegadas a la terminal, la subida y bajada de viajeros y el acceso de taxis se realizarán desde Sanz Crespo, mientras que las salidas de la estación, la parada de taxis y la de autobuses se realizarán por la parte trasera (calle Bohemia). La entrada de servicio y el muelle de carga se habilitarán también por la calle Bohemia, separándose del área de los juzgados y de la zona de público de la estación. Esta ordenación permitirá a la instalación provisional funcionar de la misma forma prácticamente toda su vida útil, salvo durante la demolición aún lejana del paso elevado de Carlos Marx.
También durante los próximos meses la sociedad Gijón al Norte recepcionará las obras ferroviarias de mejora en los apeaderos de La Calzada y Tremañes para canalizar todos los servicios de mantenimiento de los trenes en la periferia.
Nueva calle peatonal
Sin embargo, el auténtico hito de la operación gijonesa de soterramiento, por su simbolismo, llegará durante el próximo verano merced a la cita con las urnas en mayo. Para entonces, tal y como anunciaron la semana pasada el concejal de Urbanismo y el director general de Gijón al Norte, habrán desaparecido de forma efectiva el 95% de las instalaciones ferroviarias que actualmente se despliegan entre la curva de Moreda y las toperas de la estación del Humedal.
El plan de desmantelamiento de la barrera ferroviaria costará 8,2 millones de euros y se dividirá en dos fases, dejando únicamente para los primeros meses de 2012 el derribo del céntrico edificio de lo que fue la antigua estación del Langreo. De esta forma se quiere ganar tiempo para que Feve traslade todos sus servicios de El Humedal a las dependencias de los actuales juzgados de Poniente.
Pero no queda ahí la cosa. La retirada de casi ocho kilómetros de vías y la demolición de los edificios que forman parte del complejo de la estación Jovellanos permitirán habilitar también, a partir del mes de junio, un nuevo paso peatonal que unirá los barrios de Laviada y Poniente, entre las calles Sanz Crespo y Dionisio Fernández-Nespral Aza. Será una vía perfectamente asfaltada e iluminada de 76 metros de longitud que recuperará el trazado del antiguo paso a nivel que comunicaba la estación del Norte con la carretera Vizcaína. Con la nueva calle ya se empezará a visualizar el magno cambio urbanístico que traerá consigo para la zona el plan de vías. Al menos eso promete el concejal Pedro Sanjurjo.
La supresión de la práctica totalidad de la barrera ferroviaria dejará a la vuelta de siete meses un enorme solar de 168.808 metros cuadrados, un espacio limpio de instalaciones ferroviarias junto al centro de la ciudad. Según aseguró a EL COMERCIO el edil de Urbanismo a lo largo de 2011 el conjunto de esos terrenos quedará desafectado como dominio público ferroviario y su titularidad pasará a la sociedad Gijón al Norte, que a partir de ese momento podrá iniciar, cuando lo estime oportuno, su comercialización en lotes en un proceso que será escalonado en el tiempo.
El ámbito donde se prevé la construcción de alrededor de 1.400 viviendas libres, con una edificabilidad concentrada en buena parte en torres de una talla media de 23 plantas, abarca terrenos tanto públicos como privados. La estructura de propiedad de la parte pública del plan de vías se reparte de la siguiente forma: 57.399 metros cuadrados corresponden a Feve, 64.322 a Adif y 45.126 al Ayuntamiento de Gijón. La parte privada suma otros 1.961 metros cuadrados.
A esa superficie hay que añadir otros 39.676 metros cuadrados que forman parte de la ampliación del plan especial de la zona ferroviaria y extenderán la operación entre la pasarela que une el Polígono con Moreda y el límite con la avenida del Príncipe de Asturias.
El problema de ese espacio añadido, en el que se prevé la construcción de otras 200 viviendas (el 40% con algún tipo de protección), es que tiene que ser objeto de una remodelación ferroviaria que aún carece de plazos de ejecución. Por ese motivo su desafectación deberá esperar a más adelante, ya que los terrenos están ocupados actualmente por tres líneas ferroviarias, una de Renfe y dos de Feve, que deben seguir prestando servicio para no ocasionar trastornos.
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