Firmas por la verdad

«Decir la verdad cuesta». «Sin libertad no hay posibilidad de conocimiento». «La libertad de expresión es la madre de todas las libertades». Estas son algunas de las frases que sonaron ayer en el acto de clausura de la Cumbre Iberoamericana de la Libertad de Expresión, celebrada en el paraninfo del Edificio Histórico de la Universidad de Oviedo. Cada firmante aplicaba la máxima a su campo. Por allí pasaron organizaciones contra el racismo, medios de comunicación, asociaciones de inmigrantes, colectivos de defensa de las lenguas regionales... Y todos firmaron el manifiesto.

Fueron un total de 18 las rúbricas simbólicas que apoyan el documento, entre ellas, la del director de EL COMERCIO, Íñigo Noriega, que con su gesto quiso defender y fortalecer «la libertad de expresión como derecho humano fundamental, que rebasa incluso el ámbito personal para constituir sociedades más libres, plurales, democráticas y respetuosas».

Pero si alguien ayer representó la lucha por ese derecho fue el presidente de la Fundación para la Libertad de Expresión, Armando Prida: «Se enfrentó al poder del Gobierno mexicano y padeció persecuciones. Ha pasado de empresario propietario de una imprenta a activista de la defensa de la libertad de expresión, siempre preocupado por la cuestión social», ensalzó Carlos Fernández Collado, director del máster de Dirección de Comunicación de la Universidad de Oviedo, durante su presentación.

Ayer le fue reconocida esa labor, en un acto para él muy emotivo: «Estos momentos se guardan en el corazón, pero el trabajo no es mío sino de toda la fundación. Trabajamos para reconquistar lo perdido, pues la miseria puede combatirse y la abundancia repartirse. Es el resultado de unas ilusiones que sin duda se van a cumplir. A través de nuestro trabajo la democracia progresará». Así se cerró un acto de compromiso en el que «la madre de todas las libertades», la libertad de expresión, fue la verdadera homenajeada.