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Jueves, 26 de agosto 2010, 20:58
'The Tempest' ('La Tempestad'), última obra que William Shakespeare estrenó, parece resumir toda la experiencia vital del dramaturgo de Stratford-Upon-Avon. Y en este caso también es el cierre de la última experiencia que la compañía The Bridge Project ha llevado por los escenarios de todo el mundo, poniendo como broche de oro a esta tournée tres funciones en el Teatro Palacio Valdés entre hoy y el sábado, a las nueve y media de la noche.
The Bridge Project, entidad dirigida por Sam Mendes, viene a la villa invitada por el Centro Niemeyer. Se busca así poner en escena «un trabajo del que estamos muy orgullosos y que está a punto de agotar sus entradas», según especificó Pedro Zuazua, jefe de comunicación del Niemeyer, en la presentación del espectáculo, ayer por la mañana. En el acto estuvieron presentes cinco actores de este montaje, que departieron con los medios con buen humor, aunque lleven once meses de trabajo ininterrumpido que «pasan factura, pese a ser una experiencia maravillosa», como explicó Thomas Sadoski (Stephano en la obra). Para el actor estadounidense, «la respuesta del público ha sido muy buena en todas partes», confesando una especial querencia «por las funciones que hicimos en Alemania». Eso no quita que 'The Tempest' pueda ser entendida en todo el mundo, ya que «tiene un contenido universal y eso lo prueba el éxito que disfrutamos en lugares tan distintos como Madrid, Singapur, Amsterdam o Hong Kong».
Ese mismo testimonio aporta Juliet Rylance, que en su papel de Miranda, afirma sobre la experiencia que «ha sido muy fácil, nos hemos adaptado todos con comodidad». En concreto, las dificultades que radican en el vocabulario de Shakespeare «se han salvado bien gracias al trabajo de Sam Mendes», señaló la actriz, para quien además las peculiaridades de este montaje, sobrio y sin recargar la escenografía «te permite hacer a Shakespeare en todo el mundo, ante diferentes culturas».
En última instancia «es la razón por lo que nació este proyecto y por lo que lo quisimos hacer», aseveró la intérprete británica. Y a ello se remitió con retranca Stephen Dillane, que en su papel protagonista de Próspero afirmó a los presentes en el acto que «no hagan caso de todo esto, no hemos aprendido nada en todo este tiempo y nos hemos aburrido mucho», con las carcajadas cómplices de sus compañeros ante una evidente ironía. Humor inglés para un actor que no podría proceder de otro lugar.
«Ha sido un privilegio»
Los actores también están de acuerdo en que los once meses de trabajo les han aportado experiencia, ilusiones y satisfacciones. En concreto, participar en el elenco de The Bridge «ha sido un privilegio, así como conocer la forma de operar de Sam Mendes», señaló Christian Camargo (Ariel). El actor estadounidense quiso animar al público avilesino a acudir al teatro con un «no se deben perder esta obra», provocando más risas ante sus compañeros, que le achacaban «querer un 'no hay entradas' a toda costa».
Por su parte, Ron Cephas Jones (Calibán) constató que «es una obra que fluye con dinamismo, no da la sensación de ser larga y al no haber intermedio ayuda a dejarse llevar, tener fluidez y elevar la energía».
La función es «respetuosa con Shakespeare», indicó Dillane, poniendo de manifiesto que en los cuatro siglos que lleva representándose, «los distintos montajes han destacado unos papeles y relegado a un segundo plano a otros personajes». Para el protagonista «el esfuerzo conjunto también significa que existe un equilibrio, que todos los personajes tengan la misma importancia». Y eso también es algo en lo que Sam Mendes tiene que ver. «Es un Shakespeare dinámico, una versión acorde a su época y a la nuestra», concluyó Stephen Dillane.
Las tres sesiones de esta obra estarán interpretadas en inglés y sobretituladas en castellano. Con ella, el Niemeyer continúa su programa de actos vinculados a las artes escénicas.
The Bridge Project, nacido hace tres años como unión del la BAM (Brooklyn Academy of Arts) de Nueva York y el Old Vic de Londres, que sumó así otro capítulo a su trayectoria de hermanar el teatro anglosajón a ambos lados del Atlántico. Ahora se pone un tercer eje en Avilés, ya que según ha asegurado el propio Mendes, «el futuro de The Bridge será una producción internacional vinculada al Niemeyer».
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