Dener Dos Santos, Tita Morilha, Saine Alves, Renata Carvalho, los niños Gabriel y Diego Carvallo y la pequeña Luzía Morilha. CAROLINA SANTOS

«Ya hubo 'dinos', ahora toca cachopo»

Dos familias de origen brasileño aprovechan sus descansos para hacer escapadas como la que les trajo desde Galicia a visitar el MUJA

PABLO A. MARÍN ESTRADA

COLUNGA.

Jueves, 23 de julio 2020, 01:55

Es mediodía en la esplanada del Museo Jurásico de Asturias (MUJA) y el aparcamiento deja entrever con sus abundantes vacíos que estamos en una soleada jornada de playa. Frente a la entrada, entre las patas de una de las réplicas de dinosaurios, un grupo de adultos y de niños se divierten en algo similar al clásico juego de las cuatro esquinas. Su deje cálido y los nombres con los que se van presentando los mayores -Dener Dos Santos, Tita Morilha, Saine Alves, Renata Carvalho- sugieren una procedencia que pronto confirman: «Somos los cuatro de São Paulo. Llevamos más de diez años en La Coruña. Los críos nacieron aquí, son 'galegos' todos». Gabriel, Diego y Luzía, asienten divertidos. «Vamos a buscar icnitas en la playa», desvela el primero a modo de saludo. Su padre, Dener, hace nones con la cabeza: «No, hoy ya hubo 'dinos' y baño. Ahora a comer cachopo».

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Salieron esta misma mañana, muy temprano, de la ciudad donde residen y en cuanto entraron en el Principado lo primero que hicieron fue buscar un arenal donde darse un chapuzón. «No sé dónde era, había un río y pinos cerca. Queríamos empezar bien aprovechando nuestro día de descanso», cuenta Tita, el otro varón. Nadie en el grupo tenía noticia del incidente del Fuenlabrada en La Coruña: «Por allí hay poco virus, donde hubo problemas fue en Burela. No vimos controles ni nada antes del puente de Asturias», aseguran. Su plan es volver para casa al final de la jornada. «Vinimos a ver los dinosaurios porque a los niños les gustan mucho. Lo han pasado muy bien», apunta Renata. Sus hijos Gabriel y Diego lo confirman, explayándose acerca de los ejemplares expuestos: «El que más mola es el Tyrannosaurus rex, podía medir más de doce metros, era como un rinoceronte y un lagarto», informa el primero. Pero su hermano discrepa: «Era más grande el Camarasaurus. Solo el esqueleto con los dientes ya da miedo». Mientras Luzía se inclina por los pterosaurios: «Volaban como murciélagos gigantes». Lo que más les ha impresionado de la visita, en todo caso, fue la sala dedicada a las huellas halladas en nuestra región y que aún puedan verse algunas muy cerca de allí, por eso insisten en su petición: «Vamos a la playa de las icnitas. Solo para ver una, anda. Una nada más», reclaman a coro los dos hermanos. «El señor del museo dijo que no se veían fácil. Otro día venimos a buscarlas», replican los adultos.

Con pesar desvelan que sus trabajos no les permiten disponer del tiempo necesario para irse muy lejos: «Este es el viaje más largo que hemos hecho en todo el verano. El próximo seguramente volveremos a Asturias para ir a Los Lagos», explica Saine. Afirman que todos se han divertido visitando el MUJA y que ahora toca probar la gastronomía de la región. «Cachopo», repite con gusto Dener. Y Gabriel no se resigna: «¡Icnitas!».

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