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Dos cenas espaciadas por una década marcan la relación entre Elon Musk y Sam Altman. La primera tuvo lugar en 2015 en un restaurante de Palo Alto, California, entre el ya por entonces multimillonario y un por entonces gestor de fondos de inversión conocido solo ... en Silicon Valley. De aquel encuentro nació Open AI, la empresa que el 30 de noviembre de 2022 alumbraría Chat GPT, la herramienta de inteligencia artificial que asombró al mundo con el potencial de esta tecnología. La otra cena tuvo lugar este lunes por la noche en París. Altman, convertido en el gran gurú mundial de la IA, se enteró durante la cumbre mundial celebrada en la capital gala de la oferta de Musk de 97.400 millones de dólares para hacerse con su empresa. Su contundente rechazo y el cruce de declaraciones en X sacó a relucir de nuevo una relación llena de vaivenes en el duelo que ambos mantienen por el trono de la IA. Altman es el rey y Musk aspira a derrocarlo.
Noticia relacionada
Elon Musk
Sam Altman
Año 2015
La cena donde nació Open AI
Mediados de 2015. Sam Altman, con solo 28 años y entonces al frente de Y Combinator, un fondo especializado en financiar start-ups, invitó a cenar a Elon Musk en el elegante Rosewood Hotel, en Palo Alto, California. Junto a ellos, entre otros, el emprendedor Greck Brockman, el influyente inversor Peter Thiel y el especialista en IA Ilya Sutskever. El objetivo, hacer frente a la supremacía de Google en este campo. Gracias entre otras aportaciones a 50 millones de dólares de Musk nacería en diciembre Open AI como una una fundación sin ánimo de lucro que debía velar por que esta tecnología se desarrollase de forma segura y sus beneficios se distribuyeran equitativamente para toda la sociedad.
Año 2016
Renta básica universal
Una de las grandes preocupaciones de Musk y Altman es la preocupación por que los robots y la inteligencia artificial destruyan gran cantidad de puestos de trabajo. Su solución, entregar una renta básica universal para todos sin necesidad de trabajar. “Va a ser necesario. Cada vez habrá menos trabajos que un robot no pueda hacer mejor”, decía Musk en 2016. Altman incluso lo llevó a la práctica con 3.000 ciudadanos de Texas e Illinois con ingresos inferiores a 28.000 dólares a los que entregó un total de 45 millones de dólares.
Elon Musk compra
Sam Altman pone en marcha su proyecto para almacenar el Iris de la humanidad a cambio de una moneda digital.
Ambos magnates juegan en el mundo de las criptos, dentro de su proyecto de la renta universal. Altman, con Worldcoin, y Musk con Doge.
Año 2018
Gestión de Open AI
La relación entre ambos comenzó a torcerse en 2018. Musk decidió en ese momento dejar Open AI. Según su versión, por desacuerdos con la gestión, que se estaba desviando de sus orígenes y buscaba lucrarse con esta tecnología. La versión de Altman es muy diferente y asegura que el fundador de Tesla pretendía fusionar ambas como “único camino que podría siquiera aspirar a igualar a Google”.
Musk deja Open AIpor desavenencias con la gestión.
Sam Altman
Año 2024
Musk demanda a Open AI por
anteponer los beneficios
económicos a crear una IA que “beneficie a la humanidad”.
Visión diferente sobre lo que debe ser la IA
La visión es completamente opuesta, algo así como una nueva versión de los apocalípticos e integrados, que diría Umberto Eco. Musk sería el apocalíptico que no deja de advertir sobre los riesgos de que la IA supere las capacidades del ser humano. Es lo que los expertos llaman Inteligencia Artificial General. Como alternativas, ha fundado su propia empresa de IA -su nombre es xIA- y su particular Chat GPT, bautizado con el nombre de Grok. Altman alzaría la bandera de los integrados. De hecho, en Open AI ya no están ni Brookman ni Sutskever, que apostaban por la prudencia en el desarrollo de Chat GPT. Ambos cofundadores salieron tras el autogolpe de Altman que le acabaría dando todo el poder en Open AI.
Año 2024
China, enemigo común
La competencia de Pekín es una preocupación que comparten ambos magnates. Con sus muchos cambios de opinión, Musk ha llegado a afirmar que sin aranceles a los coches eléctricos chinos, tampoco Tesla podría competir con el gigante asiático. Altman también ha visto los dientes al lobo. DeepSeek, la IA china, ha obtenido unos resultados muy sorprendentes con una inversión mínima. Tras una reacción inicial de admiración, ha pasado a denunciar que han robado datos de Open AI para entrenar a su herramienta.
Musk pide aranceles a los coches eléctricos chinos.
Altman elogió y luego acusó a DeepSeek.
Año 2025
Trumpismo
La arrolladora victoria de Trump se ha dejado sentir con fuerza en Silicon Valley. Altman, histórico donante de los demócratas, entregó un millón de dólares para la toma de posesión del presidente. Asistió a la ceremonia junto a Jeff Bezos (Amazon), Sunday Pichai (Google) y Mark Zuckerberg (Meta). Musk, clave en el éxito electoral, es su mano derecha derecha y se encargará de reducir al máximo los gastos del gobierno norteamericano.
Lucha en la corte de Trump
Una de las primeras medidas anunciadas por Donald Trump ha sido una mega inversión de 500.000 millones de dólares para liderar la IA a nivel mundial. El ‘encargo’ recaería, entre otros, en Open AI. Musk puso en duda la viabilidad del plan. La respuesta de Altman, invitar a su rival a visitar el primero de los edificios que ya se está construyendo. “Me doy cuenta de que lo que es bueno para el país no es siempre lo que es bueno para tus empresas”, añadió en X. De aquí, a la oferta rechazada de casi 100.000 millones de dólares. Altman se enteró en otra cena, en la cumbre mundial de IA de París, muy lejos del restaurante californiano donde había empezado todo.
Enero 2025
Febrero 2025
Musk carga contra el
proyecto de Trump porque Softbank no tiene recursos
suficientes.
Altman rechaza la oferta de compra de Musk de Open AI. Este le llama “estafa Altman”.
Elon Musk
Sam Altman
Año 2015
La cena donde nació Open AI
Mediados de 2015. Sam Altman, con solo 28 años y entonces al frente de Y Combinator, un fondo especializado en financiar start-ups, invitó a cenar a Elon Musk en el elegante Rosewood Hotel, en Palo Alto, California. Junto a ellos, entre otros, el emprendedor Greck Brockman, el influyente inversor Peter Thiel y el especialista en IA Ilya Sutskever. El objetivo, hacer frente a la supremacía de Google en este campo. Gracias entre otras aportaciones a 50 millones de dólares de Musk nacería en diciembre Open AI como una una fundación sin ánimo de lucro que debía velar por que esta tecnología se desarrollase de forma segura y sus beneficios se distribuyeran equitativamente para toda la sociedad.
Año 2016
Renta básica universal
Una de las grandes preocupaciones de Musk y Altman es la preocupación por que los robots y la inteligencia artificial destruyan gran cantidad de puestos de trabajo. Su solución, entregar una renta básica universal para todos sin necesidad de trabajar. “Va a ser necesario. Cada vez habrá menos trabajos que un robot no pueda hacer mejor”, decía Musk en 2016. Altman incluso lo llevó a la práctica con 3.000 ciudadanos de Texas e Illinois con ingresos inferiores a 28.000 dólares a los que entregó un total de 45 millones de dólares.
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Sam Altman pone en marcha su proyecto para almacenar el Iris de la humanidad a cambio de una moneda digital.
Ambos magnates juegan en el mundo de las criptos, dentro de su proyecto de la renta universal. Altman, con Worldcoin, y Musk con Doge.
Año 2018
Musk deja Open AI por desavenencias con la gestión.
Sam Altman
Año 2024
Musk demanda a Open AI por anteponer los beneficios económicos a crear una IA que “beneficie a la humanidad”.
Visión diferente sobre lo que debe ser la IA
La visión es completamente opuesta, algo así como una nueva versión de los apocalípticos e integrados, que diría Umberto Eco. Musk sería el apocalíptico que no deja de advertir sobre los riesgos de que la IA supere las capacidades del ser humano. Es lo que los expertos llaman Inteligencia Artificial General. Como alternativas, ha fundado su propia empresa de IA -su nombre es xIA- y su particular Chat GPT, bautizado con el nombre de Grok. Altman alzaría la bandera de los integrados. De hecho, en Open AI ya no están ni Brookman ni Sutskever, que apostaban por la prudencia en el desarrollo de Chat GPT. Ambos cofundadores salieron tras el autogolpe de Altman que le acabaría dando todo el poder en Open AI.
Año 2024
China, enemigo común
La competencia de Pekín es una preocupación que comparten ambos magnates. Con sus muchos cambios de opinión, Musk ha llegado a afirmar que sin aranceles a los coches eléctricos chinos, tampoco Tesla podría competir con el gigante asiático. Altman también ha visto los dientes al lobo. DeepSeek, la IA china, ha obtenido unos resultados muy sorprendentes con una inversión mínima. Tras una reacción inicial de admiración, ha pasado a denunciar que han robado datos de Open AI para entrenar a su herramienta.
Musk pide aranceles a los coches eléctricos chinos.
Altman elogió y luego acusó a DeepSeek.
Año 2025
Trumpismo
La arrolladora victoria de Trump se ha dejado sentir con fuerza en Silicon Valley. Altman, histórico donante de los demócratas, entregó un millón de dólares para la toma de posesión del presidente. Asistió a la ceremonia junto a Jeff Bezos (Amazon), Sunday Pichai (Google) y Mark Zuckerberg (Meta). Musk, clave en el éxito electoral, es su mano derecha derecha y se encargará de reducir al máximo los gastos del gobierno norteamericano.
Lucha en la corte de Trump
Una de las primeras medidas anunciadas por Donald Trump ha sido una mega inversión de 500.000 millones de dólares para liderar la IA a nivel mundial. El ‘encargo’ recaería, entre otros, en Open AI. Musk puso en duda la viabilidad del plan. La respuesta de Altman, invitar a su rival a visitar el primero de los edificios que ya se está construyendo. “Me doy cuenta de que lo que es bueno para el país no es siempre lo que es bueno para tus empresas”, añadió en X. De aquí, a la oferta rechazada de casi 100.000 millones de dólares. Altman se enteró en otra cena, en la cumbre mundial de IA de París, muy lejos del restaurante californiano donde había empezado todo.
Enero 2025
Febrero 2025
Musk carga contra el
proyecto de Trump porque Softbank no tiene recursos
suficientes.
Altman rechaza la oferta de compra de Musk de Open AI. Este le llama “estafa Altman”.
Elon Musk
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Año 2015
La cena donde nació Open AI
Mediados de 2015. Sam Altman, con solo 28 años y entonces al frente de Y Combinator, un fondo especializado en financiar start-ups, invitó a cenar a Elon Musk en el elegante Rosewood Hotel, en Palo Alto, California. Junto a ellos, entre otros, el emprendedor Greck Brockman, el influyente inversor Peter Thiel y el especialista en IA Ilya Sutskever. El objetivo, hacer frente a la supremacía de Google en este campo. Gracias entre otras aportaciones a 50 millones de dólares de Musk nacería en diciembre Open AI como una una fundación sin ánimo de lucro que debía velar por que esta tecnología se desarrollase de forma segura y sus beneficios se distribuyeran equitativamente para toda la sociedad.
Año 2016
Renta básica universal
Una de las grandes preocupaciones de Musk y Altman es la preocupación por que los robots y la inteligencia artificial destruyan gran cantidad de puestos de trabajo. Su solución, entregar una renta básica universal para todos sin necesidad de trabajar. “Va a ser necesario. Cada vez habrá menos trabajos que un robot no pueda hacer mejor”, decía Musk en 2016. Altman incluso lo llevó a la práctica con 3.000 ciudadanos de Texas e Illinois con ingresos inferiores a 28.000 dólares a los que entregó un total de 45 millones de dólares.
Sam Altman pone en marcha su proyecto para almacenar el Iris de la humanidad a cambio de una moneda digital.
Elon Musk compra
Ambos magnates juegan en el mundo de las criptos, dentro de su proyecto de la renta universal. Altman, con Worldcoin, y Musk con Doge.
Año 2018
Musk deja Open AI por desavenencias con la gestión.
Sam Altman
Año 2024
Musk demanda a Open AI por anteponer los beneficios económicos a crear una IA que “beneficie a la humanidad”.
Visión diferente sobre lo que debe ser la IA
La visión es completamente opuesta, algo así como una nueva versión de los apocalípticos e integrados, que diría Umberto Eco. Musk sería el apocalíptico que no deja de advertir sobre los riesgos de que la IA supere las capacidades del ser humano. Es lo que los expertos llaman Inteligencia Artificial General. Como alternativas, ha fundado su propia empresa de IA -su nombre es xIA- y su particular Chat GPT, bautizado con el nombre de Grok. Altman alzaría la bandera de los integrados. De hecho, en Open AI ya no están ni Brookman ni Sutskever, que apostaban por la prudencia en el desarrollo de Chat GPT. Ambos cofundadores salieron tras el autogolpe de Altman que le acabaría dando todo el poder en Open AI.
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Musk pide aranceles a los coches eléctricos chinos.
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