La asturiana TWave desarrolla para Adif una solución de referencia para inspeccionar puentes

Con estas exigencias sobre la mesa planteó una licitación de compra pública precomercial de servicios de I+D, financiada por el CDTI. Una licitación competitiva en varias fases a la que se presentaron hasta 12 consorcios empresariales. TWave no trabajaba en el ámbito de las infraestructuras, pero sí contaba con mucha experiencia en el de la supervisión de maquinaria industrial. «Sabíamos que las técnicas de análisis empleadas son muy similares, con alta importancia al estudio de las vibraciones, que es la funcionalidad para la que están diseñados nuestros equipos», apunta su CEO José Ramón Blanco. De esta manera, y a instancias de un clientes, la empresa asturiana –opera con 14 personas desde el polígono de Asipo para un mercado internacional (el 70% de su facturación procede de la exportación– decidió constituir un consorcio para concurrir.

TWave, junto a las madrileñas INES Ingenieros (líder del consorcio) y Ommatidia Lidia, y la catalana Ingeniería del Control de Ruido (ICR) montaron un proyecto piloto con un presupuesto global de 1.260.000 euros, ligeramente inferior al precio de licitación (1,5 millones). Su propuesta quedó en los puestos de cabeza en la primera fase lo que les permitió avanzar hacia las dos siguientes (solo dos consorcios se clasificaron) consistentes en el montaje de un prototipo en un entorno controlado, para ya en la última hacerlo en un viaducto real.

El prototipo de supervisión se montó a pequeña escala en un laboratorio de la Escuela de Ingenieros de Caminos de la Universidad Politécnica de Madrid sobre un 'viaducto' simulado. TWave aportaba el elemento clave para la recolección de datos de los sensores. El armario de control ubicado en las instalaciones universitarias recogía, explican, datos de vibraciones, desplazamientos y temperaturas, digitalizándolos y almacenándonos, primero en los propios instrumentos para después subirlos a la nube.

Tras esta fase experimental, llegó la prueba en un entorno real, a la que llegaron con cierta desventaja valorativa respecto a su competidor. El consorcio de TWave instaló el sistema piloto en un viaducto del AVE Madrid-Málaga en el arroyo de la Marota, afluente del Guadalquivir, cerca de Almodóvar del Río (Córdoba). Se trató de dos armarios de control y decenas de sensores dentro del cajón del viaducto.

«El mayor reto técnico para nosotros fue el funcionamiento autónomo del sistema, el no disponer de una fuente externa de electricidad. Tuvimos que usar energía solar. Esto condiciona todo el funcionamiento de la instrumentación, que debe reducir su consumo a casi cero cuando no se están tomando los datos y ser capaz de 'despertarse' rápidamente cuando se aproxima el tren, para poder recoger y transmitir las medidas», explica Blanco. También resalta la resolución de la lectura de sensores, repartidos en una infraestructura con más de medio kilómetro de longitud, mediante las señales de los satélites GPS. «Aprovechamos que pueden usarse en cualquier receptor para generar pulsos muy sincronizados, con precisión de reloj atómico».

En marzo tuvo lugar la puesta en marcha definitiva del piloto y la formación del personal de Adif para el uso de la tecnología, y en este mes de mayo resultaron ganadores. La solución se convierte así en un tecnología de referencia para Adif para la monitorización de sus infraestructuras. Y, a TWave, le abre «un nuevo rango de mercado y grandes expectativas para entrar en otras licitaciones».