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Lucía Guadamuro, Ignacio Fernández Alberti, Rafael Martínez Permuy y Noelia Martínez, en el laboratorio del edificio Severo Ochoa. JOSÉ LUIS VALLINA
Asturias Innova | Microbiota: una copia de seguridad para la medicina del futuro

Microbiota: una copia de seguridad para la medicina del futuro

Microviable Therapeutics ultima el respaldo de dos fondos de inversión y una compañía médica para dar el salto al desarrollo de bioterapéuticos

Domingo, 8 de marzo 2020, 15:12

Como cualquier startup tecnológica, los primeros pasos de Microviable Therapeutics fueron lentos y difíciles. Tenían la idea, el talento, la experiencia científica y empresarial, y una mentalidad global, pero había que abrirse camino. Sabían además que su tecnología era única a nivel mundial y, por lo tanto, solo cabía seguir trabajando y esperar el momento. Y 2020 puede ser el año para el auténtico despegue de la biotecnológica.

Dos son las cabezas visibles de la empresa: Noelia Martínez, por la parte científica, y Rafael Martínez Permuy, por la empresarial. Del trabajo de años de la primera, en un grupo de investigación del IPLA-CSIC, con microbiota intestinal para temas relacionados con la salud, salió la 'criatura', y con la larga trayectoria empresarial del segundo en multinacionales del sector médico y farmacéutico se convirtió en negocio. La unión era perfecta.

¿Qué ofrece Microviable Therapeutics que la hace singular y pionera? El aislamiento y almacenamiento a largo plazo de la microbiota en condiciones viables, el análisis de su composición y, por último, el desarrollo de terapias basadas en microbiomas de próxima generación. De las tres líneas de negocio, las dos primeras, la de la recogida de las muestras fecales garantizando las condiciones de anaerobiosis (ausencia de oxígeno) con el dispositivo patentado GutAlive, y la del almacenamiento ya están totalmente activas. Las ventas del kit ya llegan a cinco países y más de la mitad de los investigadores o clínicos que lo conocen, quieren probarlo.

La parte del almacenamiento particular de la microbiota, que se conserva en el edificio Severo Ochoa del campus del Cristo, va más lenta. Hasta el momento tienen 30 muestras particulares. ¿Por qué? Rafael Martínez lo tiene claro: «En España tenemos una gran asistencia sanitaria pública y privada y los particulares esperan a ver lo que hacen los que saben de salud con ese recurso y luego, ya lo haré». Por eso, se preparan para lanzar ese concepto de almacenamiento de microbiota en particulares en países como EE UU, Australia o Japón, «donde ya existe costumbre que los particulares paguen por el servicio sanitario». El coste no debería suponer un problema: 400 euros el primer año (recogida, análisis y almacenamiento) y 100 más anuales para su conservación.

Microviable participará en mayo en una misión en Japón con el objetivo de localizar empresas que ayuden a vender este servicio de almacenamiento de microbiota. Buscarán primero a aquellas que hayan almacenado cordón umbilical porque «entienden la idea de guardar un recurso por si se necesita el día de mañana». También contactarán con grandes farmacéuticas como Takeda «para intentar explicarles nuestras capacidades tecnológicas».

Crecimiento y expansión

El crecimiento de la biotecnológica asturiana irá de la mano del desarrollo de una nueva generación de bioterapéuticos basados en una microbiota saludable y que permitirán una mejora de la calidad de vida. Es la tercera pata o línea de negocio que supondrá el salto cualitativo y cuantitativo de Microviable. Y no estarán solos, porque son conscientes que necesitan ese gran empujón económico. «Estamos en un momento crítico. Necesitamos ganar tamaño, empezar a escalar y coger velocidad», apunta.

Ese respaldo llegará, si todo cristaliza como se cree, de la mano de dos fondos de inversión, que aportarán en torno al millón de euros para los fines generales de la empresa, y de la unión con una compañía médica, interesada en ese trabajo con bacterias para fines terapéuticos. Está aún por analizar si entrará a formar del accionariado o se plantearía la creación de una filiar de Microviable Therapeutics.

¿Qué supondrá todo ello? «Permitirá multiplicar por cuatro el tamaño de la compañía, incorporar a 20 o 30 personas cualificadas (científicos, bioinformáticos o comerciales) y poder decir que desde Asturias estamos prestando un servicio único al mundo que puede ser fundamental para la salud», señala Rafael Martínez. Y ello permitirá alcanzar el gran reto científico de futuro que verbaliza Noelia Martínez: «Jugar un papel relevante en el desarrollo de los nuevos probióticos, en los métodos de nueva generación». La base para ello está puesta.

Curar infecciones o tratar enfermedades como el Crohn

La relevancia de la tecnología de Microviable Therapeutics la da un vistazo a la situación actual en el ámbito médico. Se está estudiando la aplicación de esa microbiota obtenida de las heces, ese conjunto de microorganismos digestivos, para el tratamiento de infecciones o su aplicación a enfermedades como el colon irritable, la enfermedad de Crohn, la esclerosis múltiple e, incluso, elevar la eficacia de tratamientos oncológicos. Siete hospitales realizan hoy en día el trasplante de heces o microbiota que, de momento, se hace con fines asistenciales. Su utilidad ya ha quedado demostrada en la infección por la bacteria 'Clostridium difficile' u otras patologías intestinales. Esos resultados son los que hacen a los científicos vaticinar un gran futuro en la resolución o mitigación de otros muchos problemas médicos. De ahí que la conservación de nuestra microbiota cuando estamos sanos sea el primer paso de un tratamiento personalizado futuro mediante un autotrasplante.

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