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2021 fue un buen año para la innovación. Al menos, en términos de inversión. Según el indicador adelantado de la Fundación Cotec –el definitivo lo ofrecerá el INE en noviembre–, la inversión en I+D, tanto pública como privada, creció cerca de un ... 8% y, por primera vez, superó los 16.000 millones de euros. De hecho, estima «una inversión próxima a los 17.000 millones, más de mil por encima de 2020» gracias a que «el año pasado fue el primero de implementación de los fondos europeos Next Generation». Sin embargo, estas buenas cifras –«habría que remontarse a los años anteriores a la crisis financiera para encontrar tasas de crecimiento similares»– no despejan las dudas sobre el futuro de la inversión en innovación en España.
A pesar de la aceleración del año pasado, la inversión en I+D representa un 1,4% sobre el PIB, igual que en 2020, algo que se explica por el avance de la economía en términos similares (7,4%). Esto no solo se traduce «en un estancamiento del peso de la I+D en la estructura productiva», sino que mantiene alejado el objetivo fijado en la Estrategia Española de Ciencia, Tecnología e Innovación de llevar la economía nacional a una inversión en conocimiento del 2,12% del PIB en el año 2027 y converger así con la Unión Europea (la media de los 27 Estados en 2020 fue del 2,3%). Alcanzar ese objetivo, señala Cotec, «necesitaría una tasa de crecimiento medio anual de la inversión en I+D de, al menos, el 12,5%». Es decir: «En términos absolutos, supondría duplicar el volumen de inversión actual, añadiendo más de 15.000 millones de inversión adicionales al sistema de ciencia e innovación, hasta los 34.000 millones en 2027».
Las cifras no son nada desdeñables y el camino a seguir no será fácil. Ni siquiera está claro que se pueda sostener en los próximos años el crecimiento de la inversión en torno al 8% que se registró en 2021. La Fundación Cotec considera ese dato «excepcional, por no haberse producido algo similar en más de una década y porque está muy vinculado a los fondos europeos»; y esos recursos, recalca, «no están disponibles para siempre y, por lo tanto, habrá que conseguir reemplazarlos por fondos de origen nacional, tanto públicos como privados».
Además, crecer en esos mismos términos tampoco acercaría el objetivo de convergencia europea. De poder hacerse, en el año 2027 «la ratio de I+D sobre PIB se situará en el 1,68%, por debajo del objetivo del 2,12% que marca la estrategia», expone Cotec, que incide en la necesidad de conseguir una mayor dotación de recursos para I+D.
La mayor parte de este «gran esfuerzo» presupuestario que requiere el futuro de la innovación en España está reservado al sector privado, tal como recoge la estrategia nacional, aunque también el público debe asumir compromisos en favor de un sector que el pasado mes de mayo tenía cerca de 106.000 afiliados a la Seguridad Social y una tasa de crecimiento interanual del 8,7%.
Sin embargo, las proyecciones de gasto público «no invitan al optimismo». «Se observa una previsión de que en 2025 el conjunto de las administraciones invertirá en estas políticas un porcentaje sobre el PIB menor que antes de la pandemia», subraya la Fundación Cotec, que concluye su análisis con una rotunda sentencia: «No habría, por lo tanto, una previsión de suplir los fondos europeos con nuevos fondos nacionales».
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