Tecnología para el medio ambiente

Envira IoT (Internet of Things), una de las tres patas del grupo empresarial, cuenta con 90 trabajadores, de los que quince integran el departamento de IoT, la línea de negocio más innovadora de la empresa. El año pasado facturó más de siete millones de euros. «Envira no se inició en este camino porque el IoT comenzara a estar de moda, más bien el IoT vino con nosotros», apunta el director del departamento, Ángel Retamar. Este «proceso natural» de desarrollo tecnológico comenzó con la monitorización de la calidad del aire «y la empezamos a aplicar a dispositivos más pequeños, que son los que están comenzando a utilizar las 'Smart Cities'». ¿Cómo funcionan estos dispositivos? Con sensores y sustituyendo la electrónica industrial por la de consumo (hardware libre y soluciones ad hoc). Se trata, explican, de dispositivos compactos, más económicos, desplegables en cualquier sitio, bien sea una farola, un autobús o una marquesina, y que utilizan protocolos informáticos. Se integran, por tanto, en redes IoT, redes smart y en plataformas de industria 4.0.

Junto a la IoT, la línea de negocio tradicional, de la que se ocupa el departamento de Sistemas Automáticos de Control Ambiental, está orientada al desarrollo de «soluciones de ingeniería de sistemas de medición en continuo de contaminación atmosférica y de aguas».

Envira IoT centra su trabajo actual, pensando en futuro, en la electrónica flexible y la calidad del aire, además de en la monitorización de corrosión en estructuras de hormigón. En el primer caso, gracias a su incorporación al proyecto europeo 'Smartees', llevarán a cabo el «estudio y desarrollo» de esos componentes flexibles con una gama de productos denominados Nanoenvi. «Se trata de una propuesta de valor, con la que pretendemos romper con los factores de forma fijos, para ofrecer dispositivos que se puedan curvar, estirar o doblar», explica. Para ello, investigan, sobre nuevos procesos de fabricación, nuevas materias primas.

Respecto a la medición de la calidad del aire en interiores, han creado el dispositivo Nanoenvi IAQ, que permite monitorizar los parámetros de contaminación para que sean los propietarios de edificios «los que puedan tomar decisiones sobre la estrategia de renovación del aire para mejorar la salud». Una tecnología que facilita la transmisión de información sobre calidad del aire en tiempo real a aplicaciones que se pueden consultar, incluso, desde el móvil. El dispositivo IoT, resaltan, se puede utilizar en colegios, hospitales, garajes, laboratorios, cines.

Envira IoT cuenta con pilotos sobre calidad del aire interior y redes de sensores de calidad del aire en ciudad como Gijón y La Coruña. Precisamente, una de las últimas herramientas presentadas por la empresa es un software para planificar estrategias de Zonas de Bajas Emisiones (ZBE), que permite determinar las medidas más eficaces para mejorar esas calidad del aire. «Los ayuntamientos necesitan de un apoyo científico para adoptar estrategias. No es lo mismo planificar una ZBE en Madrid que en Gijón». La herramienta, que ya se ha utilizado en ciudades como Londres, Pekín y Roma, tiene en cuenta variables como densidad de población, u horas punta, planteando soluciones como restricciones de circulación por franjas horarios o por emisiones.

Desde Envira IoT se considera que Asturias «alberga un gran potencial innovador , con un rico tejido empresarial, y existen políticas de promoción y apoyo a empresas en I+D+i. Pero no hay que olvidar que para potenciar sectores y tecnologías que nos permitan disponer de una ventaja competitiva es clave la creación de empleo para perfiles técnicos», asevera Retamar. ¿Y está la industria asturiana preparada para la cuarta revolución industrial? «Tenemos todos los ingredientes: un entorno tecnológico productivo, perfiles cualificados y productos diferenciales, pero se necesitan más instrumentos de financiación para terminar de dar ese salto cualitativo».