![«Hay que subirse al carro de sectores emergentes, como el del espacio»](https://s3.ppllstatics.com/elcomercio/www/multimedia/2024/03/23/92886968.jpg)
David González | Director ejecutivo de la Agencia de Ciencia, Competitividad Empresarial e Innovación del Principado de Asturias (Sekuens)
«Hay que subirse al carro de sectores emergentes, como el del espacio»Secciones
Servicios
Destacamos
David González | Director ejecutivo de la Agencia de Ciencia, Competitividad Empresarial e Innovación del Principado de Asturias (Sekuens)
«Hay que subirse al carro de sectores emergentes, como el del espacio»Han pasado cinco meses desde su nombramiento como director ejecutivo de Sekuens, la Agencia de Ciencia, Competitividad Empresarial e Innovación, pero a David González (Oviedo, 1974) le han parecido «diez años». Lo dice con una sonrisa franca y aclara de inmediato: «Porque estoy comodísimo». ... Y acto seguido se deshace en elogios con los «auténticos profesionales» que se ha encontrado en la casa, el antiguo Idepa, por su «rigurosidad» y «trabajo responsable». Respecto a la región, es igual de contundente: «Tenemos por delante un futuro esperanzador e ilusionante».
–El año pasado, después de dos décadas, dejó de existir el Idepa y nació Sekuens. ¿Qué encierra esta transformación?
–Hay que irse más atrás, a la creación del Instituto de Fomento Regional (IFR) en los años 90. Fue un acierto, pero durante estos casi cuarenta años la economía, la tecnología, la sociedad han ido evolucionando. En la época del IFR no se hablaba tanto de innovación, de investigación; era una economía más tradicional. Cuando se creó el Idepa, las necesidades eran otras. Ahora estamos en una era nueva en la que entran en juego conceptos como la geopolítica, la escasez de materias primas, los retos energéticos, la digitalización de tecnología, la inteligencia artificial… Y todo eso requería una nueva adaptación de la Agencia de Desarrollo Económico.
–¿Por qué Sekuens tenía que abrir esa nueva etapa?
–Porque Asturias se dio cuenta de que, con esos nuevos retos, necesitaba de una mayor coordinación. Ahora mismo los proyectos estratégicos transformadores, incluso el tejido productivo, necesitan la interacción de muchos agentes. Investigación, desarrollo e innovación tienen que estar integrados e interconectados. Sekuens viene a ser un instrumento ágil, eficiente y también de coordinación de todo el sistema asturiano de ciencia e innovación.
–¿Quiere decir eso que había hasta ahora cierta descoordinación?
–No. Lo que ocurre es que no se necesitaba tanta interacción. Ahora se requieren nuevas políticas de cómo desarrollar la innovación para que llegue al tejido productivo. Esa es la clave: saber en qué época económica y social nos movemos para que las políticas vayan alineadas.
–El hecho de que Asturias sea la primera comunidad en la que conviven promoción económica e innovación, ¿nos sitúa en una situación de ventaja?
–Al menos, es muy inteligente. No se puede hablar de promoción económica y no hablar de innovación... No todo el rédito económico de una empresa tiene que venir de la innovación, pero está claro que el éxito de países industrialmente avanzados y con unos ratios de riqueza está muy relacionado con sus políticas de I+D+i. Esa es la clave de la innovación: obtener réditos también en la parte económica y social.
–Cuando se presentó Sekuens se marcó como uno de sus objetivos «transformar el sistema productivo» de la región. ¿Cómo?
–Lo primero, hay que conservar y modernizar los sectores tradicionales. La región lleva acumulado un conocimiento y una experiencia industrial que no se puede abandonar. Igual que es bueno tener 'startups' también lo son esas empresas de 50, 100, 150 trabajadores, de un sector que lleva treinta años implantado en Asturias. ¿Qué significa una transformación del tejido productivo? Que hay que levantar la cabeza y pensar en el futuro, coger conocimiento en industrias emergentes que están ahora mismo en ebullición y subirnos a ese carro. Buscar nuevos nichos con una mirada a medio y largo plazo para que Asturias tenga una sostenibilidad en las próximas décadas.
–¿En qué sectores emergentes está pensando?
–Estoy hablando de la industria del espacio, la industria del hidrógeno o la de defensa.
–¿Está la región en condiciones de abrirse camino ahí?
–Tenemos que pensar cuál es nuestro punto fuerte, lo que nos permita llegar en las mismas condiciones que nuestros competidores. En la industria de la defensa y el espacio, un conocimiento ya establecido y robusto como el que tenemos se aplica relativamente fácil a un vehículo blindado, la fabricación de munición o el lanzamiento de un nanosatélite haciendo una cámara de vacío y un banco de ensayos de motores. Ahí nuestro nicho está muy relacionado con ingeniería, industria y manufactura.
–¿Y en el caso de la energía y el hidrógeno?
–Estamos acostumbrados a hacer nuevas ingenierías para nuevos procesos energéticos. Asturias puede focalizarse en cómo integrar ese hidrógeno en una industria cementera, acerera, de fertilizantes... Ahí es donde está nuestro mercado. Y eso no quiere decir que no haya otros, como por ejemplo la industria de la salud. El HUCA es de los mejores hospitales de España con diferencia, con un potencial de investigación y de aplicación clínica que tenemos que aprovechar.
–¿Nuestros puntos fuertes?
–El Valor Añadido Bruto de la industria en Asturias es del 22,6%, cuando en España está entre el 15% y el 17%. Somos industriales. Y la suerte que tenemos es que la industria, en las próximas décadas, va a ser lo que haga que una región sea soberana, independiente económicamente, que cree riqueza para sus pobladores. Me gusta decir que sin industria no hay futuro, pero la industria del pasado no va a tener nada que ver con la del futuro.
–¿Y cómo cree que será esa industria asturiana del futuro?
–No va a ser muy distinta de lo que va a ser la industria en Europa. Con unos valores de sostenibilidad y garantía de calidad ambiental, una industria internacionalizada y conectada, y ojalá sea una industria descentralizada y desglobalizada. Hemos visto cómo la pandemia, los movimientos geopolíticos o los conflictos armados afectan a partes clave de la industria como la cadena de suministro, cómo hay escasez de materiales y de mano de obra... Con lo cual tenemos una oportunidad en Europa, en España y, por ende, en Asturias, de atraer industrias que buscan ecosistemas más estables.
–Uno de los problemas de la empresa asturiana es el de la productividad. ¿Qué herramientas se pueden implementar para mejorar esos parámetros?
–Siempre hablamos de los problemas, pero lo primero que tengo que decir es que la empresa asturiana es de altísima calidad. La digitalización es una de las grandes oportunidades para que una empresa aumente su productividad. Estamos hablando de inteligencia artificial, de hiperautomatización... Ahí es donde hay que poner el foco, en las herramientas digitales que nos permitan ser más eficientes.
–Casi la mitad de las empresas asturianas no tiene asalariados. ¿Por qué estamos por debajo de la media nacional?
–Porque no se puede tener de todo (risas). Tenemos una industria muy fuerte, 120 empresas de capital extranjero, muchas multinacionales... Sí es verdad que el tejido empresarial asturiano, pero también el español, y el europeo, tiene una cantidad de pymes enorme. El crecimiento de las empresas es importante. ¿Qué necesitan? Acceso a financiación y a nuevos mercados. En Asturias, con todas las herramientas del grupo Sekuens, se dieron ayudas por 158 millones de euros en inversión productiva en 2023. Son cerca de 500 empresas las que acceden a proyectos de inversión empresarial. Pero no podemos quedarnos ahí. Estamos trabajando en nuevas herramientas, como un fondo privado de inversión, que las empresas tengan fondos adicionales a los que ir, estamos trabajando con Asturgar en cómo ayudar para que puedan entrar en nuevos mercados en los que les piden avales técnicos o financieros. Cuando quieres transformar el tejido empresarial hay que tocar a la vez los cuatro pilares: mano de obra, financiación, productividad e internacionalización. Por eso Sekuens es importante, porque es la que tiene que empujar los cuatro pilares a la vez.
–¿Qué es más rentable subvencionar a empresas consolidadas o a nuevas empresas?
–Una cosa es totalmente compatible con la otra. Todas son empresas. Es muy importante que la política industrial y de innovación estén conectadas. Las 'startups' son fuente de riqueza y de conocimiento para las empresas pequeñas y grandes. Y viceversa.
–Cuando se presentó Sekuens también se dijo que «agilizará la burocracia» y dará un marco estable a las ayudas a los investigadores.
–En primer lugar, cuando trabajamos con dinero público hay que ser garantistas en procesos administrativos. Estamos trabajando en hacerlos lo más ágiles posible. Respecto a la estabilidad de las ayudas, a finales de abril estará el nuevo calendario, pero cada año queremos publicarlo lo antes posible. Es más, estamos planteando un escenario en el que podamos trabajar de forma plurianual.
–Analice la inversión de Asturias en I+D+i.
–Somos la región del 2%, pero no quiero hacer un análisis solo cuantitativo. Asturias tiene grandísimos atractivos empresariales, de innovación, de investigación. Ha cambiado muchísimo. Tiene grandes infraestructuras y ha mejorado muchísimo en comunicaciones. En cuanto a la parte específica de I+D, tenemos una Universidad de Oviedo que es un orgullo. Ahora bien, hay que tener claro que no podemos absorber a todos los investigadores que salen de ella. Lo que hay que tener claro es que hay más posibilidades para investigar más allá de la universidad o del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Por ejemplo, en Asturias hay catorce centros de I+D empresariales que necesitan investigadores. Es un trabajo de altísima calidad y además estable. Se abre un mundo en la parte privada que hace diez o quince años no había. Y ahora, si conectamos el tejido empresarial con la parte del I+D, podemos crecer en esos indicadores.
–¿Llevar la innovación a las pymes sigue siendo una tarea pendiente?
–Es una tarea en la que se está trabajando. No es una circunstancia asturiana, sino mundial, diría yo. Como se suele decir, dos no se entienden si uno no quiere. Aquí hay que poner de las dos partes.
–Mencionaba los catorce centros de investigación ligados a empresas, buena parte de ellos fruto de las ayudas regionales. ¿Hay alguno más en ciernes?
–Sí. Esta es una política de entender cómo funciona la innovación. La innovación nunca va a estar lejos de su tejido productivo. Este es probablemente uno de los mayores errores que hemos cometido en sociedades que teníamos producción e industria localizada en nuestro territorio, que pensamos que deslocalizando la producción y manteniendo aquí el I+D iba a funcionar. Al final pasaba que la I+D se iba también. Por eso es tan importante ahora reindustrializar. Esa industria nos va a traer centros de I+D, trabajo cualificado, riqueza. Las ayudas a centros de I+D han sido un foco de atención para empresas instaladas en la región o que se quieren instalar aquí. Es normal que haya más solicitudes. Por eso tenemos que ser muy selectivos. La nueva convocatoria saldrá en abril, con 3,5 millones de euros.
–¿Cuántos son los proyectos que están más maduros?
–Diría que hay dos o tres proyectos en ebullición.
–Recientemente se ha incorporado al comité técnico de AsturiasInnova+ como representante de la Consejería de Ciencia, Empresa, Formación y Empleo. ¿Cómo valora este proyecto de EL COMERCIO para la divulgación, debate y reflexión sobre la innovación, la ciencia y la tecnología?
–Todo lo que ayude a que la sociedad en general sea consciente de la importancia de la innovación y de la industria en nuestra región es bienvenido. AsturiasInnova+, con el alcance que tiene EL COMERCIO, es una iniciativa que puede ayudar mucho a ese objetivo. A mí me gustaría que hubiera más vocaciones científicas, tecnológicas y de innovación. Que incluso a pie de calle se entendiese y se conociese a las personas e instituciones que están trabajando por la innovación en Asturias. Yo trabajé en Finlandia y allí la gente conocía cuál era el mayor centro tecnológico del país, pero es que lo sabía el carnicero, el pescadero y el frutero... Aquí todavía nos cuesta. Tengo un deseo para AsturiasInnova+: me gustaría que sirviera para un debate maduro y valiente. Hay que desterrar mantras antiguos. AsturiasInnova+ tiene que ser disruptiva, tiene que plantearse dudas siempre.
–¿Le consta alguna iniciativa similar en el resto de España?
–La verdad es que no. Es una herramienta muy buena, pero, insisto, tiene aportar un debate crítico y constructivo. No caer en debates estériles que no nos llevan a nada. Estamos en una época crucial para la región y la podemos abordar con unas herramientas y un entorno, el que tenemos, que es ideal para esta nueva etapa. Tenemos que desterrar que solo hablemos de cosas negativas. Esas hay que identificarlas y trabajar sobre ellas, pero también tenemos que darnos cuenta de que tenemos cosas buenas que no tiene el resto. Y, aparte, tenemos las tradiciones, lo que nos define como región y como sociedad. Y eso no lo podemos perder. No es incompatible la tradición, el cómo somos como asturianos, con la tecnología. En una época de innovación e inteligencia artificial, me sigo emocionando con el Xiringüelu o una gaita.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Nuestra selección
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.