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«Existe una extrema necesidad de abordar la movilidad eléctrica como una opción de desarrollo tecnológico e industrial para la región. Como un vector que favorezca la transición de un sector industrial que se agota a un nuevo modelo, soportado por empresas líderes en su mercado y ubicadas en esta región». El reto que plantea Adriano Monés, presidente de Aedive (Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso del Vehículo Eléctrico) y director regional de Phoenix Contact E-Mobility, está sobre la mesa del Principado desde hace dos años. El mismo tiempo que lleva en funcionamiento la Mesa Regional para el Fomento de la Movilidad Eléctrica que lidera la Consejería de Empleo, Industria y Turismo, Faen, el IDEPA, el CEEI, y la Universidad de Oviedo, y en la que participan diversas patronales y más de una veintena de empresas de la comunidad. Una mesa que surgía como necesidad y oportunidad en un ámbito, el de la movilidad eléctrica, en el que el Principado partía con cierta ventaja gracias a un perfecto entramado en torno a ese campo.
«Asturias tiene muchas capacidades para desarrollar diferentes partes del nuevo vehículo autónomo, conectado, verde, que es el nuevo modelo de movilidad», asegura la directora general de Energía, Berlarmina Díaz. Pero había que empezar por el principio. Y ese comienzo pasó por la implementación de una infraestructura de carga rápida, pública y accesible, que ahora, 24 meses de después, se materializa en 14 puntos que cubren todo el territorio de la región «de norte a sur y de este a oeste». Tal ha sido la apuesta, que el último barómetro Anfac (Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones) sitúa a esta comunidad como la primera en el indicador global: tanto por el esfuerzo realizado en incrementar la demanda del vehículo eléctrico –entre enero y octubre el número de matriculaciones de turismos y todoterrenos eléctricos fue de 174 frente a los 82 del mismo periodo del año anterior–, como, y sobre todo, por la instalación de puntos de recarga, especialmente de recarga rápida, en su territorio. «Tenemos casi más puntos de recarga que coches circulando por Asturias», reconoce Javier Izquierdo, responsable de movilidad sostenible de EdP, empresa que ha hecho un notable despliegue en la región.
Con ese elemento, «que considerábamos crítico para que el usuario perdiera el miedo», superado, llegaron las fases de difusión e incentivación del uso del vehículo eléctrico, y sobre todo, la de promoción de proyectos singulares y oportunidades de negocio en Asturias. Dentro de estas últimas se enmarca la creación del Asturias Mobility Acceleration Hub, liderado por el IDEPA, que busca crear una «comunidad de conocimiento e innovación empresarial». En él, investigadores, emprendedores, startups y compañías tractoras pueden identificar oportunidades empresariales innovadoras en ese ámbito de la nueva movilidad. «Tenemos un ecosistema propicio para seguir avanzando, desde centros tecnológicos a la Universidad y grupo de investigación, pasando por empresas capaces de desarrollar componentes del vehículo y puntos de recarga», insiste Díaz.
Identificar, sin embargo, no es suficiente. La clave del posicionamiento regional será la generación de iniciativas que, a medio plazo, «se puedan convertir en proyectos empresariales disruptivos en toda la cadena de valor del sector». Es en este punto donde entra en juego el programa Acceleration Hub, una incubadora-aceleradora, que impulsa y coordina el CEEI, con tres retos a afrontar: el vehículo verde, el autónomo/conectado y los nuevos usos. Las tecnologías habilitadoras eran múltiples: eficiencia energética, internet de las cosas, el machine learnig, big data, la inteligencia artificial, las apps, o las smart cities.
En julio se seleccionaron los once proyectos que aparecen reflejados en estas páginas y a principios del presente mes de noviembre, ya en el ecuador del programa, aparecieron en escena las cuatro empresas tractoras que mentorizarán a los participantes: ALSA, EdP, ArcelorMittal y Phoenix Contact.
La experiencia, así como el conocimiento del negocio y de los mercados son claves en este respaldo empresarial. Pero ¿qué campos consideran los expertos como los mejores para desarrollar estas iniciativas empresariales innovadoras en el ámbito de la nueva movilidad? «Hoy en día, el ámbito de movilidad está creciendo exponencialmente, apuntando, sobre todo, al tema de nuevas baterías, nuevos procesos de transporte público en lo que se refiere a trenes, y temas de nuevas movilidades como el hyperloop. También el diseño de piezas en 3D para autómovil. A lo que ya llegamos tarde es a la producción», señala José Ramón Laso, responsable de la Unidad de Proyectos de I+D en ArcelorMittal.
«El sector del automóvil va a cambiar en los próximos cinco años lo mismo que lo ha hecho en los últimos 50. Hay una revolución a nivel general que va a combinar energía (baterías, almacenamiento energético) y automoción (automatización, big data, software...) y es un reto interesante», profundiza Javier Izquierdo. «Hay tres patas –corrobora Adriano Monés– el de las infraestructuras, el de la industrialización del propio vehículo eléctrico, y el de las TIC, la parte que no se ve, y que probablemente es donde más startups vayan a surgir porque es donde más negocios a futuro hay».
Analizado el panorama general, cabe descubrir cuáles son los puntos fuertes de Asturias frente a sus competidores nacionales. «El consorcio de transportes, que tiene gente con talento y que conoce el mercado», apunta Javier Martínez Prieto, director de la Unidad de Gestión Regional Norte de ALSA.
Para José Ramón Laso, sin embargo, la fortaleza regional se plantea por la proximidad a mercados como el gallego o el navarro y por una red de comunicaciones, sobre todo por carril, aún por desarrollar «que puede motivar que cualquier innovación pueda ser tenida en cuenta». Laso también destaca la colaboración público-privada, algo fundamental para Monés, que insta a «una mayor coordinación, integración y apuesta decidida, uniendo esfuerzos. Hay que creerse esto como un asunto cierto, viable y necesario».
El presidente de Aedive también ve fundamental aprovechar que Asturias será una de las 42 regiones europeas «que tendrá un tratamiento diferenciado por esa transición que tiene que hacer y que tiene que ser global: industrial, tecnológica, económica y social. Y eso queremos vincularlo con la movilidad eléctrica como un vector que ayude a esa transición».
Asturias, por tanto, dicen los expertos, debe asumir el liderazgo industrial, tecnológico y de servicios en esa nueva movilidad. Y lo ha de hacer, argumentan, aún careciendo de un gran fabricante de vehículos, pero aprovechándose de las empresas vinculadas al sector de la automoción que reparte en su territorio; de los centros de I+D de Arcelor de orden mundial para el desarrollo de nuevos materiales y nuevas formas de fabricarlos; de las empresas de referencia internacional distribuidoras de energía como EdP; de los centros tecnológicos y de la propia Universidad de Oviedo. No en vano, se han identificado 146 líneas de investigación en la institución académica asturiana vinculadas al coche conectado. «Teníamos que ser un polo de innovación en torno a este paradigma, donde los coches puedan rodar y conectarse y que esa tecnología se desarrolle aquí», dice la directora general del IDEPA, Eva Pando. El camino ha empezado.
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Samantha Acosta | Gijón
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