Borja Sánchez, ante la Laboral, donde se ubicará la sede de la Agencia Española de Supervisión de Inteligencia Artificial. arnaldo garcía

«La agencia de Inteligencia Artificial será un instrumento de cambio de la economía regional»

borja sánchez. consejero de ciencia, innovación y universidad ·

«Una de las claves que hay que aprovechar es que si la AESIA viene a Asturias, puede ayudarnos a multiplicar el empleo en alta tecnología»

Sábado, 12 de noviembre 2022

«Asturias es una región metropolitana y como tal debe venderse y entenderse». Borja Sánchez (San Martín del Rey Aurelio, diciembre de 1979), consejero de Ciencia, Innovación y Universidad, habla en clave región. Tanto si lo hace sobre la Agencia Española de Supervisión de Inteligencia ... Artificial (AESIA), que quiere atraer con una candidatura «solvente y ganadora», como si es del modelo de gestión de la I+D+i que diseña a través de otra agencia, la de Ciencia, Competitividad Empresarial e Innovación. «Me preocupa lo importante para la comunidad, y si tú no tienes un instrumento que sea ágil administrativamente, no puedes atender a las necesidades del ecosistema científico y empresarial».

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–¿Por qué Asturias quiere ser sede de la AESIA? ¿Qué puede significar para la región?

–La Inteligencia Artificial (IA) va a ser una herramienta palanca para la transformación económica. Europa se enfrenta ahora al reto de dirimir qué cuestiones se van a poder hacer con la IA, porque su avance tecnológico va muy por delante de la regulación. Hay toda una serie de retos normativos, burocráticos y éticos que necesitan de un ecosistema donde se puedan impulsar desarrollos y trasladarlos para saber qué se puede hacer y qué no. Necesitas tener cerca ciencia, innovación, tejido productivo, la Administración... y cuando uno empieza a imaginar dónde puede concitarse esa cercanía de todos esos elementos es Asturias.

–Esa capacidad tractora es la que destacan todos los agentes implicados. Muchos ponen el ejemplo del Incibe en León.

–El Incibe es el ejemplo que tenemos más claro y más próximo. A día de hoy está gestionando unos 160 millones de fondos europeos y eso hace crecer el ecosistema. Una de las claves que debemos aprovechar, si la sede física de la agencia viene a Asturias, es que puede ayudarnos a multiplicar el empleo en alta tecnología en la región. No solo nos va a ayudar a retener talento, sino que va a atraer mucho talento. Se van a crear muchas empresas. Teniendo un organismo gubernamental que además de su función reguladora va a tener también la capacidad de desarrollar pilotos obviamente cualquiera que quiera hacerlo va a venir a Asturias.

–¿De qué niveles de crecimiento hablamos?

–Ahora mismo Asturias está en un 3,8% del empleo en alta tecnología, pero en Europa hay regiones que están por encima del 12%. Tenemos que pensar en objetivos a lo grande. Vamos a utilizar la AESIA para que sea un catalizador y un instrumento de cambio de la economía regional.

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–Y si hablamos con la razón y no con el corazón, ¿estamos en el pelotón de cabeza?

–Claro. Siempre que se va a una convocatoria tiene que hacerse con una candidatura solvente que cumpla todos los criterios. Que no sea solo cumplir el expediente. Hay que poner lo mejor y hay que conocer a tus competidoras, que por cierto, son todo ciudades. Ahí tenemos una diferencia muy grande, nosotros somos la única candidatura de una comunidad autónoma y eso nos diferencia en cuanto al alcance. Aunque la sede que se propone es Gijón, por cuestiones obvias de ecosistema, el alcance es de región. Y tenemos un elemento vertebrador que es muy importante y diferencial, la red de telecomunicaciones pública.

–Con lo que mejor cumple, por tanto, es con esa necesidad de cohesión territorial.

–Así es, pero no nos olvidemos que el Consejo de Ministros puede proponer también una localidad que también lo cumpla. Lo que el Gobierno quiere es que la agencia contribuya a la lucha contra la despoblación y contra el desempleo. Asturias, según las últimas proyecciones del INE, será la comunidad más envejecida, si no se hace nada, en 2030. Y respecto al empleo, es la región con menor tasa de actividad, estamos diez puntos por debajo de la media. Pero, sobre todo, lo que quiere el Gobierno es que los ciudadanos, independientemente de donde estén, puedan relacionarse con la Administración. Y, en ese sentido, en Asturias tenemos camino que recorrer para esa presencia. Me considero en el pelotón de cabeza porque el resto de ecosistemas tiene sus fortalezas, pero en conjunto Asturias está por delante de todos ellos.

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–Despoblación, desempleo... resulta paradójico que nuestras debilidades como región sean fortalezas para atraer la AESIA.

–Un matiz. La tasa de población activa es un síntoma de nuestra estructura poblacional. En Asturias casi el 30% de población disfruta de algún tipo de pensión. Es un síntoma, y lo que tenemos que hacer es poner todas las herramientas que hay encima de la mesa para ir revirtiendo esa tendencia. Ya se está haciendo porque hace unos años que a Asturias está llegando más gente de la que se va. Es cuestión de ir fomentando los flujos, no solo los vegetativos, que son los que son y tienen su despliegue en el tiempo, pero sobre todo ir potenciando esos otros que nosotros los resumimos como la atracción del talento e ir atrayendo también población.

–¿Ha habido plena implicación de todo el mundo para el diseño de la candidatura? Lo pregunto porque hay quien echó de menos que Gijón no se posicionara.

–También se dijo que se presentó en un sótano. La candidatura se presentó en la sala de prensa del Edificio de Servicios Múltiples del Principado, si para alguien eso es un sótano que se lo haga mirar. Hay que recordar que es una candidatura de concurrencia competitiva. Aquí lo que cuenta es presentar una buena candidatura y es en lo que hemos trabajado desde el primer día. La alcaldesa estuvo informada. Yo mismo la llamé y sabía que íbamos a plantear la Laboral, porque consideramos que la Milla del Conocimiento es un entorno único que no existe en toda España y se pone de ejemplo. Y a partir de ahí la implicación, no solo del Ayuntamiento de Gijón, de todo el mundo, fue máxima. No comparto que uno pueda presentar una candidatura antes de que se conozcan los criterios. A mi como científico me sorprende que uno pueda postularse antes de conocerse cuales van a ser los criterios. Y si luego no cumples, ¿de qué te sirve el trabajo anterior?

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–Tampoco hubo, y también se criticó, apoyo público explícito de los principales representantes políticos.

–Es una cuestión de estrategia y es importante saber cómo funcionan estos procesos de concurrencia competitiva. Son actos administrativos. Nuestro mes ha estado concentrado en preparar la mejor candidatura posible de acuerdo a los criterios publicados en el BOE. No queríamos ningún tipo de desviación hacia lo realmente importante.

Talento

–Cambiemos de tercio. ¿Están dando sus frutos los planes de atracción y retención de talento?

– Son convocatorias múltiples, pero por citar una, solamente la vía de los centros de I+D privados ha creado 122 empleos. Una de las cuestiones más importantes, que era un reto de gestión, era poner en marcha todas las convocatorias para la atracción y retención de personal científico-tecnológico, en las diferentes escalas de la carrera científica. Una vez que se apruebe la ley de la Agencia de Ciencia, Competitividad Empresarial e Innovación tendremos un mecanismo que va a estar mucho más adaptado a la gestión de la I+D, algo que estaba por construir en Asturias. Y mientras tanto hemos utilizado las herramientas que teníamos para tratar de agilizar al máximo las convocatorias.

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–¿Algún dato más cuantificable?

– Un dato que considero muy importante es el de las pymes innovadores creadas en estos tres años y cuatro meses. Hemos pasado de 60 a 514. Y a todas estas empresas, también a la Universidad (aunque tiene grupos establecidos), hay que dotarlas de talento. Por eso es muy importante calendarizar y anualizar de la mano de la agencia todas las convocatorias.

–¿Se ha logrado pacificar a la parte científica? Hubo protestas con, por ejemplo, las ayudas Severo Ochoa. ¿Se ha logrado la estabilidad de estas personas?

–Claro. Cuando eres investigador lo que quieres es no verte con las espaldas abiertas cada año. A mí, como investigador, me ha tocado pedir estabilidad. En el caso de las Severo Ochoa, tenían un problema añadido. Que desde que la persona acababa el máster y empezaba la tesis podía pasar año y medio. Y eso generaba descontento. Hemos introducido una modificación. Salvaguardamos el proceso garantista porque al ser una concurrencia competitiva ha de primar que todos concurrimos en igualdad de oportunidades, y ahora una persona de la que empieza en su máster ya puede solicitar su contrato. Eso lo que va haciendo es que, por un lado, dismimuye esa bolsa de gente que está descontenta. Por otro lado, como es una convocatoria por año, también se reduce mucho ese descontento, e incluso lo que estamos viendo es que, esa parte de compaginar la evaluación con el desarrollo del máster,poco a poco va a acabar por casi eliminar la bolsa de gente que está esperando. Yo estuve en 2002 más de un año esperando.

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–Hablaba de los centros de I+D y de 122 empleos. ¿Ha sido una de los proyectos de más éxito?

–Es una apuesta clave. De las diferentes maneras que tienes de hacer políticas de innovación y de arrastrar I+D, una de ellas es que las grandes empresas tengan departamentos o centros de I+D que puedan desarrollar esos programas a largo plazo, a 5 o 10 años. Esa es la I+D que es realmente transformadora y es muy complementaria a la que se hace en la Universidad y, de hecho, arrastra a la universitaria. Ahora hay ocho centros en Asturias, seis creados en la primera convocatoria. En la segunda, no se crearon nuevos, sino que repitieron ayudas.

–Y en nada saldrá la tercera. ¿Se esperan novedades?

–En la de este año hay más solicitudes, y espero que se cree alguno nuevo. Una vez pasados los efectos de la pandemia y a pesar de que ahora mismo tenemos una situación de incertidumbre económica que no podemos obviar, es justamente cuando tenemos que apostar por la I+D. Es ahora cuando debe apostarse por qué va a ser lo siguiente, porque esta incertidumbre va a pasar. Son ciclos económicos y es importante que nuestras grandes empresas estén bien posicionadas en el siguiente.

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–¿Lograremos así mejorar las ratios de I+D del Principado?

–Sin duda. Pero los informes dicen que esto se va a tardar en ver en las estadísticas seis u ocho años. Pero el cambio es indudable. Lo que se necesita es tiempo y la entrada en vigor de la agencia porque eso es lo que nos va a permitir desde la parte pública catalizar el cambio. Con la inversión que tenemos ahora mismo en I+D pública, el 0,5%, Asturias debería estar en un 2% de inversión total, porque en las regiones a las que nos queremos parecer siempre hay una parte privada que es mucho mayor (25% público, 75% privado), pero no es tan fácil. Lo que necesitamos es que nuestra inversión crezca hasta que desde el lado privado se generen suficientes centros de I+D, suficientes pymes innovadoras, que por sí mismas sean capaces de arrastrar ese punto y medio o dos puntos porcentuales del PIB. Creo que lo vamos a conseguir.

–Está poniendo el balón en el tejado de los privados.

–Esto es una tarea de dos. Y ellos lo saben. Con la agencia instauraremos un modelo de colaboración público-privada que será único en las diferentes regiones. Tanto el lado público como el privado están concienciados de que Asturias tiene que cambiar y diversificar su modelo económico. Tenemos que consolidar la senda de crecimiento. España la marca en 2030 con el pacto. Nosotros con este mecanismo, acercando cada vez más instrumentos para movilizar inversión en I+D desde la parte pública y desde la parte privada, mi expectativa es poder llegar y contribuir desde Asturias a que España alcance ese 3%.

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Universidad de Oviedo

–¿Dará el nuevo contrato programa de la Universidad de Oviedo, esos mil millones en seis años (prorrogables otros cuatro), para los nuevos retos que debe abordar la educación superior?

–La importancia que tiene el contrato programa es que dará estabilidad. La comunidad universitaria como lo plasma en sus presupuestos, va a poder desplegar sus prioridades en 10 años. Y eso va a trascender mandatos de rectores y legislaturas, que es lo que debe de tratar de hacerse con la Agencia de Ciencia y que es mi plan. La agencia debe tener unos programas que el ecosistema asturiano decida y que trasciendan legislaturas. Quien mejor sabe hacia donde priorizar los esfuerzos son lo que lo van a hacer. Pero vuelvo a la Universidad. Son cifras muy importantes y también hubo que vencer resistencias normativas, pero el contrato programa va a ser un hito y un ejemplo en España, y así me lo ha dicho el ministro.

–¿No se llevará el coste energético ese aumento presupuestario anual? En 2023 la factura será, dice el rector, de 11 millones.

–Su evolución, año a año, dependerá de muchas cuestiones que puedan afectar como ahora la crisis energética y se introducirán medidas correctoras.

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–Una ayuda a cambio de unos objetivos. ¿Qué le van a pedir a la universidad?

– Impulsar el emprendimiento. Una formación transversal, que el alumno sepa que se puede emprender y cómo. Lo considero muy importante para el futuro de Asturias. Cualquiera puede emprender. Que la Universidad empuje estos cauces, que al final es formación que se está dando en otros organismos como el CEEI. Debes saber que puedes crear tu puesto de trabajo y para muchas otras personas y eso requiere formación y la institución académica asturiana es el ecosistema ideal como caldo de cultivo para esto. También le pediremos fomentar la creación de 'spin-off'. Que si hay una idea que se pueda trasladar a un modelo de negocio que no sea porque no se estudie su viabilidad.

–¿Cuáles son los sectores de futuro? ¿Hacia dónde hay que ir?

–Tenemos claro los cinco ejes sobre los que tenemos que pivotar esa transformación económica desde la innovación que están en la Estrategia de Especialización Inteligente. Tenemos el sector agroalimentario; el energético y de la economía circular; el industrial; el biomédico, que es una de las cuestiones claves de Asturias, y luego un ámbito de oportunidad para ver como un sector que normalmetne es muy refractario a la innovación como es el turístico y biodiversidad. Tenemos, en este último caso, un potencial grande, patrimonio cultural, gastronómico, geológico, turismo de naturaleza y ahí se pueden conducir nuevos modelos de negocio.

–El presidente del Principado habló de tres sectores emergentes: la investigación biomédica, la industria de defensa y el hidrógeno.

–Hemos descubierto el clúster de la industria tecnológica de la defensa. En Asturias hay una treintena de empresas que ya tiene proyectos de innovación y contratos recurrentes con el ministerio y el ejército. Es un sector, con el respaldo de la patronal, Tedae, que va a arrastrar a los otros cinco verticales de la estrategia. Es un sector emergente que ayudará a crear nuevas empresas y empleo. No tengo duda. Y arrastra I+D. Respecto al hidrógeno, es un vector de cambio energético. Espero que el megaproyecto conduzca a una industria mucho más competitiva a la hora de producir en términos tanto ambientales como de costes, que a su vez arrastre a otros sectores económico y mucha I+D porque queda mucha por hacer.

–¿Y la investigación biomédica?

–Es el gran reto de Asturias. Tiene un ecosistema de científicos excelente y unos sistemas públicos asistenciales excelentes, y quien diga lo contrario que se vaya a vivir fuera y lo compruebe. Y tenemos que tratar de aunarlo todo, ya veremos en qué entornos y lugares, porque el sector biomédico puede ser uno de los grandes revulsivos, que no por muy conocidos no vayan a ser emergente. Necesitamos completar la cadena de valor para que de ahí salgan nuevas oportunidades de empleo y empresariales de muy alto valor añadido.

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–Candidatura de región para la AESIA, modelo Asturias de gestión de la I+D... ¿llegará el momento que logremos hablar en clave Principado y nos dejemos de localismos?

–Me preocupa lo importante para la región, tenemos que estar por encima de localismos en mi labor como consejería. Está bien respetar todas las opiniones. Pero Asturias es una región metropolitana y como tal debe venderse y entenderse.

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