La viga maestra de David Gallego

Suplente en las siete primeras jornadas, el central cedido por el Sevilla ya ha asomado la cabeza entre la pareja de centrales más empleada por David Gallego durante la segunda mitad de la pasada temporada, cuando la fascitis plantar que torturó a Marc Valiente en los primeros meses de competición le dio una tregua. Aunque el técnico catalán ha retocado en las tres últimas semanas el eje de la retaguardia, en ella se mantiene inamovible una campaña más Babin, que ayer celebró su trigésimo quinto cumpleaños inmerso en un buen momento a nivel individual y colectivo. El equipo se ha afianzado en las posiciones de ascenso directo y, al igual que Gragera, Mariño y Villalba, el internacional por Martinica ha sido el único jugador rojiblanco que ha estado presente en la formación inicial de los nueve duelos en este inicio de temporada, pero la diferencia radica en que solamente él y el guardameta vigués han disputado todos los minutos.

Sus maratonianos dos primeros meses de competición encuentran su décimo escollo en el Alcorcón, el club con el que se estrenó en la categoría de plata del fútbol español. Cuatro temporadas a buen nivel en Santo Domingo le abrieron las puertas de Primera de la mano del Granada, escala previa en su aterrizaje a Gijón. En El Molinón, después de una campaña marcada por un discreto rendimiento y una cesión al Maccabi Tel Aviv, se ha convertido en una pieza fija en los entramados defensivos que de todos los entrenadores que han ocupado el banquillo local las cuatro últimas temporadas.

Tanto Rubén Baraja como José Alberto López y Miroslav Djukic apostaron por él, como ha hecho desde su llegada a Mareo David Gallego. El martiniqueño ya acumula más de medio centenar de partidos a las órdenes del técnico catalán, que le convirtió en la viga maestra de su zaga durante el año de su desembarco en Gijón tras disputar 40 de los 41 encuentros ligueros en los que estuvo disponible y va camino de repetir fórmula en el presente curso, con trabajo de descarga programado en la semana del duelo frente al Eibar para evitar infortunios musculares.

Forjado en la categoría en Alcorcón con técnicos que le exigían menos responsabilidades a la hora de ejercer como primer eslabón para iniciar las acciones de ataque, el veterano central ha interiorizado bien la idea del actual entrenador rojiblanco, en la que cobra gran relevancia la salida de balón pulida desde atrás. Reflejo de ello es que lidera el apartado de pases completados en la categoría. Su contrato expira el próximo mes de junio y su huella ya ha alcanzado las acciones ofensivas a balón parado al romper la sequía en esa faceta para allanar el camino de la victoria frente al Mirandés.

Autocrítico, con el equipo ubicado en la cima de la tabla, situó el margen de mejora en la defensa en bloque bajo para elevar el rendimiento sin balón del conjunto rojiblanco, que ha recibido nueve goles en las nueve primeras jornadas. La oportunidad para mejorar esas cifras y romper una serie de dos empates asoma ante su exequipo, que desquició al Sporting las dos últimas temporadas, pero ahora llega a Gijón como colista y conjunto más goleado.