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J. BARRIO
GIJÓN.
Miércoles, 8 de noviembre 2017, 01:30
Muy cerca de una fotografía suya como jugador, en un partido del Sporting frente al Madrid, Paco Herrera se presta a analizar el tema más candente de los últimos días: Stefan Scepovic. «Nos llevamos muy bien. Tenemos una buena relación y hablamos mucho», aclara de ... inicio el técnico durante una entrevista concedida al programa 'Deportes Cope Asturias', en el restaurante 'Carling Goal', durante la que solicita una marcha más al delantero serbio, fuera de la titularidad en los cuatro últimos encuentros en los que solo ha disputado 37 minutos.
«Él sabe qué espero de él, que es mucho más de lo que he visto hasta ahora», remarca el entrenador catalán, que argumenta el parón de Stefan en varias cuestiones. «¿Quiere que esté más en el área?», se le pregunta. «Por supuesto», replica de inmediato Herrera. «No quiero verle en la esquina. Mi estilo es que juegue de pico a pico del área, dentro del área. Ese es mi estilo. Y él tiene que asumir que esa es su situación porque hace gol y no lo va a hacer si se cae a las bandas», observa Herrera.
Pero, con todo, normaliza la situación, buscando siempre el estímulo del jugador. Un picotazo en su orgullo. «Estoy hablando mucho, mucho con Stefan para no perderle», subraya, antes de reiterar con sonoridad y una sonrisa que «espero mucho más de él y que, cuando tenga la oportunidad, salga tan cabreado y necesitado de cosas que me haga un corte de mangas después de hacer un gol. Eso es lo que espero que suceda y ojalá sea este domingo». Superada la situación personal del serbio, el técnico analiza la alternativa de alinear a Stefan junto a Michael Santos en el futuro, rechazando la posibilidad de que el uruguayo juegue a la nuca del serbio. «No, no, no. No es que no me guste; es que no pega. Santos no tiene facilidad para jugar ahí», sostiene Herrera. Sí que abre la puerta a la posibilidad de volver a incrustar al 'charrúa' en banda o que «jueguen los dos juntos arriba».
La conversación fluye. En las preguntas, cuando se orienta la charla hacia el mercado de invierno, manifiesta su deseo más prioritario. «Un hombre de banda puro que juegue de extremo», suelta. «Tenemos dificultad para abrir el campo», añade, introduciendo de la casa el nombre de 'Bertín' para paliar esta carencia: «Nos gustaría verlo más». Pero surge entonces el nombre del cangués Jony, con un papel residual en el Málaga, con pocos minutos y, en ocasiones, hasta descartado de la convocatoria de Míchel. «¿Le vale Jony?», le plantean en la mesa entre la broma y la posibilidad real. «Lo he sufrido. Por supuesto que me vale. Es un jugador extraordinario y es sportinguista; no solo es que sea un extremo rápido y habilidoso, sino que también tiene el gen del club y de la tierra. ¿Si me gustaría? Claro que sí», explica con una sonrisa. «¿Si le veo factible? No lo sé, no lo sé», esquiva.
Ya en tono más guasón, el periodista le espeta «póngale un mensaje a Miguel Torrecilla» para ver si es una opción viable la del cangués. Herrera, entre risas, replica «él ya está informado». Y, más serio, reitera que «lo que yo tengo en la retina, de los partidos en los que me he enfrentado a él, es todo bueno».
Cuestionado sobre el fútbol de este Sporting, Herrera reconoce que ha tenido que retocar su propuesta inicial y adaptarse a la singularidad de la plantilla, quedándose entre dos aguas: la fiabilidad defensiva y el fútbol preciosista. «Estamos en medio de las dos cosas, con capacidad para hacer cosas y jugar bien, pero tenemos que ser prácticos», asegura, no sin antes manifestar su confianza en que «vamos a conseguir» el ascenso. Pero para ello, agrega, hay que «tener resistencia y ser maratoniano, y yo lo soy».
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