Tomás Hervás vuelve a casa

La historia de Tomás y la de Nino están muy ligadas. Amigo de la familia y con mucha relación con personalidades del Sporting como Manuel Vega-Arango, Tati Valdés y Vicente Miera, el exportero vio pronto que Tomás podía tener futuro en el fútbol. «Pensé en avisar a Vega-Arango por si acaso. Tomás tenía una zurda que daba gusto verle pegar a la pelota. Se lo dije a su padre y le pareció bien».

Tomás estaba entonces en edad juvenil y jugaba en el Santa Marta, un equipo del que salieron muchos futbolistas con rumbo al Valladolid, el Real Madrid o el Burgos, entre muchos otros. Aquel chico callado al que en confianza llamaba Tomasín se subió al coche de Nino Cubelos y juntos emprendieron el viaje hasta Gijón. «Comimos cerca de la playa tranquilamente. Le dije que, si había partido, jugase como lo hacía siempre. Todos en Mareo me dieron la razón de que allí había un futbolista».

Desde entonces, la carrera de Tomás no hizo más que crecer. Tras quemar etapas en Mareo, en la temporada 1991-1992 debutó con el Sporting en Primera División, club en el que permaneció hasta el año 98, cuando se fue al Celta. «Alguna vez fui a verlo a Vigo», recuerda Nino Cubelos, quien siempre ha seguido la carrera de un hombre de fútbol que esta tarde regresa a su pueblo natal como entrenador. «Viene a veces. Mantiene a sus amigos de siempre. Es una persona muy querida aquí, al igual que toda su familia».

Esta tarde, el papel de Tomás será el de visitante. Con la indumentaria del Sporting, tratará de conseguir la victoria para el equipo que le colocó en el fútbol profesional. Pero los recuerdos serán muchos para el técnico rojiblanco. «Ya se veía que era bueno desde pequeño».