Racing de Ferrol 2-0 Sporting

El Sporting vuelve a las andadas

Si el ataque fue la auténtica nada, con Hassan como hombre más peligroso, defensivamente el equipo volvió a sufrir. Nuevamente por las bandas. Si Pablo García se dejó notar, sobre todo en la primera mitad, con buenas apariciones ofensivas, el lateral hizo aguas atrás al igual que Pascanu. Al que le cuesta detener a extremos rápidos porque entre otras cosas, juega fuera de su puesto habitual.

La presentación del Sporting en Ferrol no fue mala. Ramírez preparó el partido muy similar al que completó el equipo la pasada semana en El Molinón. La presión fue alta, sin miramientos. Pero desde los instantes iniciales ya se vio que jugar en Gijón no es lo mismo que hacerlo como visitante.

El primer tiempo fue equilibrado. Sin apenas ocasiones claras para nadie, pero ya se dejaba entrever que Pascanu y Pablo García iban a sufrir. Heber, que salió del banquillo para suplir al lesionado Chuca, fue el mejor del partido. Hizo lo que quiso. Y en la segunda mitad marcó un gran tanto con la tímida oposición de Pascanu al que le faltaron las ayudas defensivas de Hassan durante todo el partido.

El extremo es un alma libre. Se sitúa pegado en la línea de cal de la banda izquierda y si el balón no le llega a los pies, no participa en el juego de ninguna otra manera. Fue el más peligroso. Encara bien, es rápido, pero decide mal. Y los pocos centros que logró ejecutar, nunca encontraron rematadores.

La ausencia de Juan Otero por lesión fue suplida por Varane. El francés regresó al equipo, pero aún necesita tiempo para dejarse notar en el centro del campo. Ni él ni Nacho Méndez ni Nacho Martín fueron capaces de crear juego. Tanto las acciones del Racing como las del Sporting siempre llegaron por las bandas. La diferencia es que los locales fueron más solidarios. Las ayudas constantes a los laterales no dejaron muchas opciones a los extremos rojiblancos.

El descanso llegó con un equilibrio total y con un gol anulado al Racing por un milimétrico fuera de juego. De nuevo el Sporting sufrió con un centro al corazón del área. La defensa defendió mal y las segundas jugadas siempre cayeron para los mismos. Y así es muy difícil ya no solo ganar, sino no pasar apuros y hacérselos pasar a los rivales.

La segunda parte fue para olvidar. Nada de nada. Y Ramírez lo intentó arreglar con cambios que de poco sirvieron. El desajusta pasó a ser generalizado. Villalba jugó en la izquierda, Lozano como punta con Djuka y la medular quedó para Méndez y Varane que se vieron sobrepasados.

La imagen vuelve a ser preocupante. Con pocas alternativas ofensivas. Y las pocas que hay no convencen. Si Jeraldino jugó 5 minutos, Carrillo vivió el partido desde el banquillo. Una difícil solución para cuando los días no resultan ser como la goleada cosechada ante el Mirandés.

El Sporting se ha de aferrar a El Molinón. Por el estadio gijonés pasan gran parte de las opciones para lograr los objetivos marcados. Y más cuando las actuaciones a domicilio son como las de Valladolid y Ferrol.

La sentencia llegó al final. Con un gol del exrojiblanco Álex López. Con su gol, que tocó en Róber Pier, se diluyeron todas las opciones de salir vivos de A Malata. Toca mejorar.