Sporting | Kravets: «Vengo para ayudar a subir a Primera»

La fórmula que le garantiza alcanzar ese propósito es que se ejecute la cláusula contemplada en su contrato, que obliga a la entidad gijonesa a adquirir sus derechos si da el salto a la máxima categoría, el lugar en el que considera el zaguero que el Sporting «tiene que jugar siempre» por su combinación de «buen nivel» y estadio. «Tiene todo», apostilló minutos después de bajar de su coche deportivo de alta gama y posar con la bufanda con sus nuevos colores.

Vestido con camiseta negra de manga corta, bermudas y chanclas, como rastro de las altas temperaturas de su punto de partida desde tierras madrileñas, saludó al director deportivo rojiblanco, Javi Rico, que le esperaba junto a su mano derecha Noé Calleja y a Mario Cotelo, habitual 'cicerone' de los recién llegados en sus primeras horas en Gijón. Concluía así a las dos de la tarde un largo viaje, dilatado por el congestionado tráfico y varias paradas para tratar de hacer más ameno el empacho de kilómetros para su hija Emilia, una pequeña de catorce meses que le acompañó durante el trayecto con su pareja Yarynka y la mujer que gestiona los asuntos de su trayectoria. «Hace frío como en Leganés. Me gusta jugar aquí con estos colores para ganar», señaló en un ortodoxo castellano entremezclando un guiño a la importancia que otorga a los factores de la vida cotidiana y sus objetivos personales en la nueva etapa que inaugura en su trayectoria con su desembarco en Mareo.

En su primera toma de contacto durante el viaje, tanto él como sus acompañantes se quedaron prendados del paisaje asturiano, el nuevo hogar del joven lateral de Leópolis, amoldado a la perfección a Lugo durante las dos etapas que vivió en Galicia. «Si subimos, me compran y me quedo de por vida aquí», señaló Kravets mirando al futuro y poniendo el foco en la cima, una élite que disfrutó a cuentagotas en Butarque después de su eclosión con la camiseta 'albivermella'.

«Es un fichaje fantástico. Tiene condiciones para jugar en cualquier equipo de Segunda», asegura sin titubeos Francisco Rodríguez, el entrenador que guió su progresión en su segunda campaña en Lugo. El técnico del Girona en la última temporada resume su perfil como el de un lateral profundo «que tiene mucho recorrido» y lo adereza con «buen pie para meter centros». La faceta a mejorar, que ha tratado de pulir en los últimos años, está ligada a algunos aspectos tácticos en fase defensiva y la vigilancia de su espalda: «Lo suple mucho con su fuerza y su intensidad».

«Es un chaval que sabe lo que quiere, aunque sí que es verdad que es un chico tímido», reconoce el entrenador almeriense sobre el carácter introvertido del ucraniano, que ya dejó alguna muestra de él durante sus primeras horas en Gijón. Un comportamiento que muta sobre el césped por su aguerrida mentalidad competitiva.

Acompañado por Mario Cotelo, acudió a la clínica de los bajos del estadio y a Mareo para completar el reconocimiento médico en la tarde de ayer y solventar el último trámite para inaugurar su andadura sportinguista. «Gijón es una plaza para los buenos jugadores y él lo es», asegura Francisco sobre el primer refuerzo para el segundo proyecto liderado desde el banquillo por David Gallego.