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JAVIER BARRIO
GIJÓN.
Martes, 18 de octubre 2022, 01:09
Por buen samaritano, a El Molinón casi le da un soponcio para volver a festejar tras la ruina de Granada. Ganó porque hizo un mejor partido que el Eibar y porque este Cristo no reparte perdones, fusilando a Yoel tras los indultos que concedieron Djuka ... y Zarfino. Dos fallos peligrosos, en un partido que terminó caminando sobre un alambre hasta el martillazo del tinerfeño, que se alistó sobre la marcha.
Fue un partido extremo del Sporting, renacido tras el berrinche de Los Cármenes, con capacidad para poner el precinto antes de tiempo y con Guille Rosas superlativo. El Eibar vivió de los errores ajenos, pero terminó escocido por una derrota merecida que acerca al Sporting al 'play off', en igualdad de puntos que su competencia, pero séptimo por el peso de esos cinco goles. Pero resurgido.
Sporting
Mariño; Rosas, Insua, Izquierdoz, Cote; Pedro (Gragera, m. 56), Rivera; Otero (Pol Valentín, m. 75), Zarfino, Queipo (Jony, m. 67) y Djurdjevic (Cristo, m. 75).
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Eibar
Yoel; Tejero, Arbilla (Venancio, m. 67), Berrocal (Aketxe, m. 75), Imanol (Correa, m. 54); Matheus (Corpas, m. 54), Sergio Álvarez, Quique (Blanco Leschuk, m. 54), Stoichkov, Javi Muñoz y Bautista.
Goles: 1-0: m- 27, Pedro Díaz. 2-0: m. 85, Cristo.
Árbitro: Caparrós Hernández. Amonestó en el Spotying a Cristo; y en el Eibar a Javi Muñoz.
Incidencias: partido disputado en El Molinón ante 14.409 aficionados.
En busca de la redención, Abelardo embistió con un equipo parejo en estructura al atropellado en Granada. Pero hubo diferencia de personal. 'El Pitu' ventiló los dos laterales, incrustando a Guille y a Cote, tapiando el centro con la pareja de centrales titular: Izquierdoz e Insua, en alerta amarilla. Queipo fue enganchado otra vez al once y se dio cuartelillo al trivote. Así, Cristo volvió a comenzar en la banqueta.
Más vinagre que en Los Cármenes, más corajudo, el Sporting asomó intentón. Sin parentesco con su infantil hermano del jueves. En menos de diez minutos enganchó un par de ocasiones para abrir boca. Nada del otro jueves, pero una presentación con la que calentar las palmas. Un remate dentro del área de Zarfino, mordido, y un cabezazo de Christian Rivera que se fue al garete por un palmo. Abelardo avanzó el campamento en la presión y la tropa de Gaizka Garitano se movió con rigidez de primeras. Aunque pronto cogió el pulso al choque y serenó al Sporting, con el 'ex' Sergio Álvarez equilibrando. Berrocal, como central zurdo, otro enemigo íntimo.
El Sporting abría gas por la banda de Otero, con Guille Rosas jabato tras su suplencia. Notable. El equipo ya tenía compostura de equipo, pero le costaba engatillar, manifestándose casi siempre en la estrategia y por el carril derecho. Cote, en el izquierdo, medía mucho sus esfuerzos. Andaba de patrulla por Quique.
Democrática la noche, el descorche llegó en una estupenda maniobra individual de Pedro. Una zancada suya despelotó a Matheus y al Stoichkov andaluz, en Babia, pese a estar en ventaja. El '8' del Sporting aceleró, pilotó y descerrajó con el bisturí de su pierna derecha. El Eibar recibió el estacazo con rabia, replicando con malas pulgas, adelantando terreno. Con Stoichkov intentando achantar a Guille, bravo de corazón y de carácter. Y sin arrugas frente al callejero delantero de San Roque. Al lateral le sentó bien la suplencia. El Molinón, con media entrada, se encendió al galope de las piernas de Rosas y de Pedro. Líderes del primer acto.
Cambios en el Sporting
El Sporting bajó la persiana antes de entrar en la caseta mareando el balón, quitando burbuja al Eibar. Mariño estaba de miranda, con Izquierdoz e Insua veteranos e inteligentes. La compañía de Garitano metió la cabeza en el intermedio sin poder contestar, mucho más gacha, con el técnico arreando desde la grada sin mucha suerte. Sí la tuvo en el regreso, cuando Djuka falló una situación pintada. Nació en un pase de Otero, tras otro balón peleado por Guille, en todas. Al Sporting se le desbocó toda la caballería a renglón seguido, encastillando al Eibar, agobiado con la presión alta. Otero disparó y Queipo perdonó otra de claridad similar o más a la de Djuka. Aunque, en teoría, la ocasión no engordó la estadística por una presunta falta de Djuka. Demasiados indultos ante un rival con capacidad para enmendarse y morder en cualquier momento.
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Garitano tuneó para desmelenarse más en ataque, con la pértiga de Gustavo Blanco, y Abelardo forró con Gragera. Un Sporting más físico y táctico, listo para defender. Pero demasiado atechado por momentos. El frenesí del Eibar clamaba por más control. El cinturón de seguridad, con el balón. Lo tuvo el Sporting un rato para bajar la crecida forastera. Y, antes de la entrada de Jony, volvió a perdonar lo imperdonable. A campo abierto, el Eibar fue vulnerable, pero el equipo de Abelardo disparaba con munición de fogueo. Zarfino falló otro emboque a puerta vacía.
Así, de indultos, sobrevivió y se envalentonó el Eibar. Vivito y coleando se quedó a un tris de dejar sonado al Sporting. Sin casi merecerlo, el partido se abría. Por ahí llegó un hilo de vida al Eibar, que perdonó el empate en un cabezazo de Bautista. Un buen susto en el cuerpo. Abelardo siguió renovando con Cristo y Valentín. Y el equipo llegó al final sin poder precintar. Aketxe ya estaba en el sarao para patear todo lo pateable para el Eibar. El Molinón activó el volcán.
Con la grada tirándose de los pelos por el correcalles final, Zarfino porfió un balón por la derecha. Cristo apareció a su espalda, sin fuera de juego, recuperó, venció a Venancio en dos quiebros y fusiló a Yoel. Sin perdón de Cristo, victoria del Sporting.
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