El Sporting salta por los aires (4-1)

A la 'Invernalia' de El Toralín salió el Sporting completamente tuneado antes de quedar en pelota. En la ruina más absoluta tras una devastadora primera mitad que puso los pelos de punta a todo el sportinguismo. Alerta roja. Contra los ocho goles llorados en seis partidos, David Gallego endureció la carrocería. Un volantazo, sensación de poco ensayo. Toda una rareza de su tiempo en Gijón. Salió cruz. Insinuaba chapa dura, con tres centrales y dos carrileros de vuelo -volvió Guille Rosas-, para poner al hilo a dos delanteros de morro torcido. Pero ambos se fueron a hombros, con Ojeda, a la caseta. Un tormento. De esa gigantesca sacudida en la pizarra, que sonrió al fin a Borja López, 'debutante' en Ponferrada, fue descabalgado uno de los mejores peloteros: Pedro Díaz. Aún así, siete jugadores con denominación de origen Mareo. En Ponferrada, el Día de Asturias, primero. La noche más oscura, después. El juez del balón, implacable. No quedan ni las raspas del equipo que aparcó líder en Cartagena.

Con Gragera entre dos tierras, el Sporting salió tieso como una estalactita con el nuevo traje. Poco engrasado con la pelota, más enfocado a una faena de contención. Aunque parecía más sorprendida la 'Ponfe', oteando por el catalejo tanta gente en la trastienda rival y demasiado tráfico interior. Pero la novedad le duró un suspiro. Anda ya con tanto tembleque de piernas el Sporting que cualquier derrape sube el marcador. El orden se borró en una abrasiva conducción de Nacho Méndez, que extravió la pelota entre dos oponentes. Un emparedado con sospecha. Pero la emboscada, válida, fue terrorífica. Ojeda se compinchó con Agus Medina al toque de corneta, citando a medio Sporting en la banda de Pablo García y Borja. En el ángulo muerto, más solo que la una en la zona contraria, quedó Enrich. Demasiado regalo para un '9' con tanta batalla. Bingo.

Otra vez las prisas del 'pupas', desvalijado a la primera de cambio. Gaspar tuvo el 'casi' en un gol anulado por fuera de juego de Guille Rosas. Y la 'Ponfe', equipo veterano en este negocio, empezó a jugar mirando al reloj antes de dar el segundo castañazo. Desde Amir, hasta Enrich. A la media hora, el Sporting se fue al garete. El 'ex' del Eibar peleó un balón desde el suelo, tras una pared, y lanzó a Dani Ojeda, el 'MVP'. El '7' corrió y corrió, con Borja a su espalda. Y asistió a Yuri desde la línea de fondo. Otro regalo envuelto. El brasileño, más solo que la una, hizo el segundo de los de casa con la frustración de Rosas. El tercero, un pestañeo después y con el Sporting viendo las estrellas, se lo brindaron a él tras una pérdida de Gragera. El cabezazo de Berto fue una anécdota.

Borja pagó los platos rotos. Se quedó en la caseta por 'Puma'. Y el Sporting regresó al 4-2-3-1 de siempre. Desesperado por redimirse, Nacho Méndez soltó un zurriagazo al volver de la charla que maquilló un par de minutos. En la siguiente carga de la 'Ponfe', con la enésima ruina en la estrategia del Sporting, hizo el cuarto Copete. Gallego metió cambios a granel. Hasta entró Pedro, pero el equipo ya estaba zombi. Apenas un chispazo de César y un paradón de Mariño. De pena. Una goleada de época de Primera.