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Concluido el partido contra el Espanyol, con el mazazo del gol de Puado sobre la bocina, en el vestuario local de El Molinón hubo un reseteo inmediato. Por raro que parezca, la derrota se digirió rápido. Jugadores y cuerpo técnico coincidieron en el diagnóstico de la situación: la eliminatoria se ha complicado, pero no está decidida. Falta un segundo partido. «Quedan noventa minutos», se escuchó. Habrá que estar muy atentos a «los errores», se insistió. Allí mismo comenzó a prepararse el combate definitivo contra el Espanyol. Toda la atención, en Cornellá, donde el equipo está convencido de que este jueves puede dar la vuelta a la eliminatoria, necesitando de una ventaja de dos goles.
Ese espíritu de resistencia del Sporting y su intención de no arrojar la toalla se manifestó ya en el primer entrenamiento de la semana, plagado de detalles. Cierre de filas total y mucho refuerzo entre jugadores, con novedades. Para empezar, Djuka, que tuvo que morderse el domingo las ganas en la grada de El Molinón por lesión. El delantero hizo trabajo parcial en el primer día de la preparación y está decidido a llegar. No quiere perderse el partido. Las sensaciones son positivas, como su energía, pero falta por ver su evolución. En el Sporting creen que puede ser uno de los elementos claves de esta eliminatoria si llega a tiempo por lo que transmite en el campo en este tipo de partidos. Más dudas hay con Dani Queipo, quien ayer siguió sin entrenarse con el grupo, pero dispone de dos días más, incluido el descanso de hoy, hasta el partido.
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El ambiente en el reencuentro fue de unión. Por ejemplo, hubo cierre de filas y respaldo a Fran Villalba por la secuencia que derivó en el gol del Espanyol. En las últimas horas, Ramírez estuvo muy pendiente de él, al igual que sus compañeros. El vestuario es consciente de la importancia que tiene el mediapunta, uno de los jugadores con más calidad de la plantilla, que ha tirado del equipo en muchos partidos. Sin ir más lejos, el día del Eibar, en su entrada al campo. En Mareo tienen muy presente que por su fútbol puede pasar también la eliminatoria y que la del domingo fue una acción desafortunada, con una posible falta que dejó seguir González Esteban, con una interpretación cambiante del arbitraje.
El Sporting ha cerrado filas en todos los ámbitos y se está multiplicando para trasladar y asumir ese mensaje de Ramírez: «Nadie se va a rendir». Como detalle, todo un aviso de intenciones, el Sporting ya insistió en su apuesta por el ascenso desde el plan de trabajo semanal. El club planificó una semana de entrenamientos que contempla sesiones de trabajo el viernes y sábado, previas a un hipotético partido de ida de la final del 'play off', con «rival por determinar», el domingo. Un mensaje claro de la ambición del equipo.
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En ese sentido, hoy está prevista una jornada de descanso. Mañana, un entrenamiento matinal y, a partir de las 17.45 horas, el equipo viajará ya a Barcelona para el partido del día siguiente en Cornellá (21 horas). Por otra parte, operarios comenzaron a levantar ayer el campo número 1 de Mareo con una pala excavadora para, posteriormente, instalar un nuevo césped.
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