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En la penúltima jornada, con una remotísima posibilidad de tener el pie metido en un lío en la última, el Sporting no quiere tentar más a la suerte. No debería. La temporada deportiva ha sido un fracaso, plagada de errores de cálculo. Pero aún necesita ... un punto para evitar una última jornada que sería espantosa para El Molinón. Un empate este sábado ante un Eibar en las antípodas de la clasificación, a la caza del ascenso directo, confirmaría la permanencia matemática. Eso o cualquier resultado del Málaga, que ya solo puede alcanzar a los gijoneses en estas dos jornadas finales, que no suponga el triunfo andaluz en Mendizorroza.
Con este panorama alcanza el Sporting la jornada 41, tras un derbi sin descorche ni alegría, anclado en el decimoctavo puesto de Segunda. Y con algo en juego mientras las matemáticas, por más que insinúen que la carambola de aumentar las posibilidades de descenso es caprichosa, aseguren que el equipo rojiblanco aún puede salir del circuito de Primera y Segunda por primera vez en toda su historia. La jornada puede ser decisiva. El propio Alejandro Irarragorri estará en el palco. También se espera en la grada el ánimo de la plantilla del División de Honor, que juega este mediodía contra la Real Sociedad en San Sebastián.
Abrazar la salvación por méritos propios, con la cosecha que se haga en Ipurúa, no será tarea sencilla. El Eibar saldrá en su casa muy necesitado de un triunfo después de encadenar ocho jornadas sin ganar (las últimas, dos derrotas consecutivas) y de ver cómo, por segundo año, el ascenso directo se le va escapando de entre los dedos. El club armero ha tocado a rebato. Si hoy no gana, puede despedirse de subir por la vía rápida.
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A la misma hora, en una jornada de horarios unificados en su mayoría, el Málaga tratará de estirar su hilo de vida buscando dar la campanada en Mendizorroza. El Alavés está en las mismas que el Eibar. Ganar o ganar. A ese partido mirará con el rabillo del ojo el Sporting, mientras se juega los cuartos en Eibar con una puesta en escena que se anuncia diferente a la del derbi.
'MAR' alistó este viernes a veintitrés jugadores, que pasaron la noche en Bilbao. Entre ellos, Rivera, desaparecido de los planes tras la irrupción de Varane, y Marsà, que cumplió su sanción en el derbi. La experiencia contra el Oviedo y el poderío del fútbol exterior del Eibar han obligado a Ramírez a repensar su idea de los tres centrales. El técnico estudia alinear hoy un equipo más proporcionado, con extremos por delante de los laterales y dos centrocampistas empujando por dentro: Varane y Pedro Díaz. O Nacho Martín, al que ha utilizado con frecuencia en las últimas jornadas.
Una victoria este sábado aseguraría una última jornada sin agobios. Permitiría pensar en otros frentes que han convivido y solapado una situación deportiva más que delicada. Y sería un primer paso para maquillar una situación clasificatoria de las peores de la historia.
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