Aspecto interior del estdio de El Molinón, durante la reforma del césped del pasado verano, mientras el parón entre una temporada y otra. ARNALDO GARCÍA

El Sporting podrá seguir jugando en El Molinón mientras se ejecute la reforma del estadio

El club podrá así mantener un número similar de abonados y evita tener que desplazarse a jugar a un campo de otra localidad

Carlos Amado

Gijón

Martes, 12 de diciembre 2023, 00:40

Dentro del proceso de 'redimensión' del proyecto mundialista del Sporting para El Molinón, el club ha logrado una solución satisfactoria a uno de los obstáculos surgidos desde que el Ayuntamiento exigió no mover el terreno de juego de su ubicación histórica. La posibilidad de que ... las obras impidieran al equipo jugar en El Molinón como local iba a suponer un problema importante a nivel económico y social. Al final, con el actual planteamiento -recrecido y estructuras modulares-, el Sporting evitará tener que mudarse de estadio para competir mientras duren los trabajos de reforma del estadio. A ello ha contribuido también la petición municipal de adaptar el proyecto a una reforma que no implicara derruir El Molinón actual para construir desde cero.

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En un primer momento y cuando el club se avino a no mover el rectángulo de juego, una de las soluciones que se estudiaron para adaptar el diseño original elaborado en México por Fernando Sordo Madaleno implicaba una construcción de nueva planta. Este nuevo El Molinón como mucho incorporaría la parte baja de las estructuras de la grada este y de los dos fondos. Así las cosas, desde la cúpula de Orlegi se dio la indicación de que en la elaboración del plan de ejecución de la obra se estudiara la posibilidad de compatibilizar los trabajos con la competición del equipo. El diagnóstico que se trasladó a los dirigentes rojiblancos fue que este objetivo iba a ser muy difícil de conseguir.

El Sporting se puso entonces a buscar fórmulas para hacer compatible la asistencia al estadio con la ejecución de unas obras, que podrían alargarse un mínimo de dos temporadas. Al mismo tiempo, en el seno del club también se empezaron a sopesar opciones en el caso de tener que disputar partidos lejos de El Molinón. Mientras tanto, las conversaciones con el Ayuntamiento acerca del proyecto prosiguieron hasta que a finales de octubre se anunció la ya conocida 'redimensión' a un planteamiento que costara la mitad que el inicial, superaba los 300 millones de euros. Y en esas negociaciones con el Gobierno local, como informó EL COMERCIO, se pidió también al club que optara por la reforma del edificio, propiedad municipal, y por una solución que permitiera a los bajos comerciales actuales mantener su actividad.

Con este nuevo escenario, se simplificó el proyecto y se salvó así también el mantenimiento de la actividad futbolística en el estadio. El proyecto original, con el desplazamiento y la creación de un nuevo campo, sí garantizaba la continuidad de la competición en El Molinón y, por extensión, del público. El planteamiento permitía ir utilizando las gradas y el campo, sin que el Sporting tuviera que mudarse, manteniendo una cifra de abonados similar a la actual.

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La opción de que la actividad futbolística no tuviera que salir de Gijón era crucial para el club por dos cuestiones capitales. La primera, la comodidad del abonado, con todos los problemas que entrañarían un par de temporadas jugando en otro campo, una experiencia por la que está pasando, sin ir más lejos, el Barcelona. La segunda estaría vinculada a lo económico. En la junta de accionistas celebrada la semana pasada, el Sporting presentó en su presupuesto para esta temporada una previsión de ingresos por abonos de 4,8 millones de euros. Una partida muy importante para la viabilidad del club, especialmente en Segunda División.

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