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No es lo mismo jugar en El Molinón que hacerlo a domicilio. El claro ejemplo es el encuentro que completó el Sporting ante el Cartagena, con un guión muy similar al del pasado sábado en Gijón frente al Alcorcón, terminó con una derrota y no ... con una victoria. Djuka y el Puma Rodríguez no acertaron en las varias opciones de las que dispusieron para marcar y el equipo, que desapareció tras el descanso regresó a casa de vacío.
Aunque el resultado hubiese sido el mismo, poco se le podría haber reprochado al Sporting si hubiese jugado la segunda parte de la misma manera que lo hizo en la primera. David Gallego se guardó sus mejores cartas para los instantes finales y, pese a que Aitor, Pedro Díaz y Fran Villalba comenzaron en el banquillo, el equipo no les echó de menos.
Berto, Puma Rodríguez, Nacho Méndez y Marc Valiente fueran las novedades en la alineación utilizada por el técnico rojiblanco. El equipo empezó bien. Fue protagonista desde el inicio con dos acercamientos protagonizados por el Puma Rodríguez. El extremo fue de lo más destacado de su equipo en el primer acto. Fue profundo y creó mucho peligro desde la banda izquierda, pero no fue preciso en sus remates.
Cartagena
Marc Martínez; G. Silva, Pablo Vázquez, David Andújar (Gallar, m. 45), Delmás, P. De Blasis, R. Boateng (Tejera m. 45) , Y. Bodiger, Berto Cayarga (Luna m. 45), M. Dauda (Okazaki, m. 74) y Rubén Castro (Ortuño, m. 82).
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Sporting
Mariño; Bogdan, Babin, Valiente, Kravets; Gragera, Nacho Méndez (Pedro Díaz, m. 67), Gaspar (Aitor García, m. 57), Puma Rodríguez (Pablo García, m. 82), Berto (Fan Villalba, m. 57) y Djuka.
Gol 1-0: m- 78, Rubén Castro.
Árbitro Ais Reig. Amonestó en el Sporting expulsó a Kravets por doble tarjeta amarilla y amonestó a Babin.
Incidencias partido disputado en el Estadio Municipal Cartagonova.
Djuka volvió a ser la referencia ofensiva y estuvo mal. El delantero balcánico es así. Lo fácil parece que no lo sabe definir, mientras que las jugadas más inverosímiles las termina ejecutando de manera espectacular para firmar uno de los goles de la jornada. Esta vez le tocó perdonar a su rival. Primero con un cabezazo que, sin oposición, mandó directamente fuera. Y después con una acción en la que dejó atrás a su marcador y remató con la izquierda. El balón se estrelló en el larguero para desgracia del ariete.
El Cartagena, que se vio superado por el equipo de Gallego intentó desperezarse con el balón parado. Remataron dos saques de esquina que pusieron en ciertos aprietos a la defensa rojiblanca, pero ninguno de los remates cogió la dirección de la portería defendida por Diego Mariño.
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El descanso llegó para aliviar al Cartagena y dejar al Sporting con la sensación de no haber rematado a su presa. Los locales seguían vivos y fue la mejor noticia que podían recibir. A partir del cuarto de hora de charlas en el vestuario, el partido dio un giro inesperado para muchos.
Luis Carrión movió el banquillo en el descanso. Dio entrada a Tejera, Gallar y Luna para revolucionar la contienda. Y le salió a la perfección. Le ganó la partida tanto a los futbolistas rojiblancos como a David Gallego.
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El Cartagena se fue decidido a por el choque y anuló por completo al Sporting. Hacía tiempo que no se veía a conjunto gijonés tan superado sobre el terreno de juego. En toda la segunda parte tan solo tuvo un disparo lejano de Fran Villalba que se fue rozando la escuadra izquierda de Marc Martínez. Porque Villalba regresó al campo en la segunda mitad junto a Aitor García y Pedro Díaz, pero las permutas llegaron tarde.
Los cambios fueron tardíos porque el Sporting ya se encontraba superado por todos los costados. La defensa achicó todos los balones que pudo con Babin y Valiente como jefes de filas. Ni ellos ni Mariño pudieron detener a Rubén Castro en el único tanto de la tarde. Principalmente porque el gol llegó desde el punto de penalti.
Kravets, que apenas tuvo ayudas defensivas del Puma Rodríguez, pisó el pie de Gallar y cometió penalti. La mala fortuna hizo que el lateral, que hasta entonces era el único futbolista que había visto amarilla en todo el partido, volviera a ser amonestado y viera la tarjeta roja.
Quedaban diez minutos para el final cuando Castro batió a Mariño, pero el Sporting ni pudo ni supo reaccionar. En el tintero quedan muchas preguntas. Gallego tendrá que buscar las respuestas antes de recibir el sábado al Valladolid en El Molinón. No será una tarea sencilla. El equipo de desplomó sin motivos aparentes ante un rival que con tres cambios en el descanso volvió locos a los rojiblancos. La pizarra no funcionó, pero no fue cuestión de las rotaciones.
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