El Sporting se pega un tortazo

A sorber la Copa salió el Sporting con un traje diferente, el de la semana, para enchironar al invicto líder de la Tercera de Castilla y León. Reforma total embridada en un 4-2-3-1. Al único frecuente que continuó dando bola José Alberto fue a Damián Pérez, castigado para el sábado contra el Extremadura. El resto, meritorios en busca de más consideración en la Liga o canteranos con ganas de beberse a morro la oportunidad: Christian Joel o Berto. Pero salió torcida la noche, que dejará daños y una mayor confianza en los que juegan. En plena tiritona, el Zamora arrancó peleón, plantándose el exoviedista Sergio García ante las narices del meta cubano. Sin VAR, fuera de juego.

David Movilla, entrenador local, mandó a toda su ardiente caballería arriba para estimular al personal y mantener inmaculado su estadio. Nadie vencía en Zamora desde la jornada tres del curso pasado. Seguirá así con un Segunda para engordar la épica. Ahogó la salida de balón de la compañía de José Alberto, picando con la velocidad del revoltoso y pelado Sergio García. Eso sí, cuando saltaba esa primera línea el Sporting, se oteaba la diferencia entre uno y otro contendiente, aunque fuera un espejismo. Despertando con legañas en el partido, desajustados, los gijoneses casi marcan sin querer en un remache de Carmona y un cabezazo de Pablo Pérez. Tuvo el mediapunta una segunda intentona que escupió Jonvi.

Con todo, el equipo lucía demacrado. Sufridor y acarajado en el Ruta de la Plata. Las riendas del choque no las llevaba nadie, saboteado el Sporting por sus continuas peleas con el balón y un surtido de desajustes posicionales, especialmente con una adelantada línea defensiva que era combustible para la abrasiva tropa de Movilla. Se expresaba tembloroso para cortar las relaciones con los dos delanteros locales, velocistas para buscar la ocasión al espacio, y era lineal cuando acorralaba a los de casa. Valentín casi marca en un remate a quemarropa que despejó desde el suelo Borja López. En uno de esos balones largos, el Zamora pilló totalmente en cueros a los gijoneses, con Unai Medina estirado y Cristian vendido para correr un balón largo con Sergio García. Y los vacunó. Extraviado de vuelta a casa, el zamorano agarró dentro del área al escurridizo delantero, que ya enseñaba el colmillo ante Christian Joel. Penalti sin posibilidad de rechistar y amarilla. Marcó el 'ex' del Oviedo, aunque Christian Joel se quedó a un dedo de pararlo, para jolgorio del Ruta de la Plata. Olía a quemado, frotándose los ojos José Alberto.

Volvió rabioso el Sporting del vestuario, abandonando unos minutos esa imagen copera de garrafón. Luego volvió a las andadas. En un parpadeo, Álvaro Vázquez disparó fuera un buen envío de Pablo Pérez, que un par de minutos después volvió a testar a Jonvi. El meta local estaba más agobiado, en hora punta de trabajo. Héroe para la grada con el apagón de los suyos, resolvió bien otro cañonazo de Álvaro Vázquez en plena estampida del Sporting. Subió otra marcha más José Alberto, compareciendo Isma Cerro por Berto.

Al Sporting le compensaba su mejor físico y mayor talento, pero todo eso lo propagaba de manera caótica ante un oponente a la espera de la emboscada. El entusiasmo del Zamora se esfumó un poco al perder el hilo con el peligroso Sergio García. Carmona encumbró un poco más a Jonvi con el pateo directo de una falta. Malhumorado por el error ante sus vecinos, Cristian estiró a los gijoneses con alguna arrancada marca de la casa. Pisó el gélido rectángulo el desordenado Neftali. La pizarra no se retorció con la marcha de Pablo Pérez, pero sí el personal. Carmona se acomodó a la espalda de Álvaro para buscar una mejor relación.

A César, debutante, la liturgia del estreno le llegó como testigo del segundo martillazo de Sergio García. Torturador de centrales a los espacios, otra detonación suya dejó al Sporting patas arriba. Movilla le relevó ante el festival del Ruta de la Plata, a un tris de la goleada en una clara ocasión de Escudero. Mandó fuera el tercero. César aprovechó bien su puñado de minutos para soltar un latigazo con el que temblaron las manos de Jonvi. Isma Cerro empujó el balón del rechace a la red. Apretó un poco el partido el Sporting con ese garrotazo inesperado, pero sin más chicha, comprador de boletos para la debacle.