El Molinón está próximo a recuperar el color verde. Las obras de reconstrucción del terreno de juego acometidas con cargo a los fondos CVC marchan en plazo y está previsto que el lunes comience la instalación de los tepes de hierba, un proceso que se prolongará durante tres días. Lo que verán los aficionados que el 20 de agosto acudan al municipal gijonés para ver el choque ante el Mirandés será un nuevo campo muy diferente al que se encontraron en el inicio de la pasada temporada, con una hierba en mal estado debido a la acción de un hongo.
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La nueva propiedad del Sporting decidió que contar con un césped en perfectas condiciones era prioritario. Por eso, esta reconstrucción se puso entre las prioridades. Las obras comenzaron el pasado 12 de junio bajo la dirección de Eva Sánchez-Céspedes, quien se incorporó al club en diciembre pasado como directora de mantenimiento de terrenos de juego y jardinería. Ella fue la encargada de tratar de mejorar un campo que presentaba serias deficiencias. Pero el césped de El Molinón necesitaba una actuación integral.
La empresa Laziturri, encargada de la ejecución de las obras, comenzó realizando una excavación de 40 centímetros de toda la superficie del campo. Sobre esta caja se extendió una capa de geotextil para comenzar a crear un nuevo perfil constructivo adecuado a las normas de campos de fútbol profesional.
Pero la obra llegó más abajo. Los trabajos incluyeron una excavación más profunda para crear un nuevo sistema de drenaje subterráneo compuesto por una tubería perimetral y otras secundarias cada cinco metros, con una caída del 0,5% desde el centro del campo que «garantiza la evacuación del agua, tanto en profundidad como superficial por gravedad», explican desde el club.
La tubería de abastecimiento al sistema de bombeo también ha sido modificada, colocando una de mayor diámetro que suministrará un caudal de agua mayor y «permitirá regar el centro del campo con todos los aspersores a la vez». El nuevo sistema de riego permite además utilizar cada uno de los aspersores de forma independiente, pudiendo adaptarse así a las necesidades de cada parte del césped en función de la evolución de las zonas de sol y sombra durante el año.
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Alrededor del drenaje y por encima de él se colocó una capa de grava y, encima, otra de arena, que es la luce actualmente el campo. La composición, granulometrías y esfericidad de los materiales utilizados ha sido estudiada con detalle con el objetivo de obtener «resultados óptimos a largo plazo».
El césped, que llegará en camiones refrigerados desde Portugal, comenzará a instalarse el lunes, pero se tardará «un mes» en que esté en condiciones. Durante ese tiempo se verán las juntas de los rollos de hierba y el campo «tardará en enraizar» ya que el calo r«no favorece» el desarrollo en profundidad del sistema de raíces de la hierba. «Nos esforzaremos al máximo para llegar al primer partido en las mejores condiciones». Además, el perímetro del campo se ha remodelado, adecuando las nuevas caídas y colocando nuevos sumideros. La obra concluirá con la instalación de césped artificial en el perímetro del campo, programado para los inicios de agosto.
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