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J. BARRIO
GIJÓN.
Martes, 30 de octubre 2018, 02:47
En medio de la tormenta, el club mantiene su confianza en Rubén Baraja, quien, por otra parte, continúa convencido de que conseguirá enderezar el rumbo de la nave dentro de un mes clave para su futuro, iniciado con el partido de Copa de pasado ... mañana frente al Eibar (El Molinón, 12 horas). Hay mucha miga en torno a este encuentro por el nombre de los futbolistas elegidos para la cita, quienes, en teoría, no comenzarán de inicio unos días después frente al Almería.
Al técnico, que se rige por los códigos de vestuario de siempre, poco concesivo en sus intervenciones públicas y con un discurso bastante crítico y sonoro de puertas para dentro, donde cuenta con el respaldo de la plantilla, se le vio desesperado y enojado por momentos el sábado con la actitud de algunos de sus futbolistas, desconectados, erráticos y desbordados por el guión del partido, con la sensación de que habrá una respuesta y tomará cartas en el asunto. Y habrá alguna decisión de calado.
El entrenador rojiblanco tiene claro que el equipo no puede seguir así, descolgándose de las posiciones de ascenso -está a tres puntos del 'play off' y a nueve del ascenso directo-, y que la reacción y los resultados deben llegar ya. Esto pasa, entre otras cosas, por un replanteamiento de la propuesta y del once, con posibilidades para futbolistas como Traver, Cristian Salvador e, incluso, Geraldes, entre otros. Baraja, en ese sentido, parece resuelto a introducir cambios sustanciales y dar la oportunidad a jugadores que han gozado de pocas ocasiones en este inicio de temporada, en contraste con otros que sí han contado con bastante continuidad, buscando un estirón ofensivo que acompañe al buen trabajo defensivo.
En las conversaciones que se han producido a nivel interno en los últimos días se ha vuelto a ver a un Rubén Baraja muy motivado, sin ofrecer síntomas de rendición por la situación, al contrario de lo que sucedió con Paco Herrera la pasada temporada, muy afectado por la crítica. En cualquier caso, la preocupación en el club es creciente, acentuada por el mal partido del sábado ante el Córdoba, pero manteniendo la creencia de que hay que aguantar la apuesta por el vallisoletano, considerando al mismo tiempo que los nuevos fichajes están muy lejos del rendimiento que se espera.
Con todo, la sensación de todos los protagonistas apunta a noviembre como un mes clave para reflexionar y tomar decisiones. Además del enfrentamiento de la Copa del Rey, que el equipo ya comenzó a preparar ayer, el Sporting terminará la semana jugando en Almería, en la primera vez que el proyecto se tomará el pulso en la competición tras lo sucedido frente al Córdoba, con la necesidad imperiosa de poner ya fin a una racha sin victorias que se extiende al medio año.
A partir de ahí, el Sporting se adentra en una fase especialmente compleja del calendario. Noviembre se completará con la visita del Málaga a Gijón, la disputa del derbi, con un altavoz muy potente y un peso especial en el criterio de los aficionados, y el desplazamiento a Los Cármenes, donde el equipo se medirá al Granada, uno de los equipos que se encuentra en ascenso directo; el proyecto que más golea como local y el segundo que más puntos extrae de su campo.
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