JAVIER BARRIO
GIJÓN.
Sábado, 10 de abril 2021, 02:02
Desconectado arriba, reducido a la rebeldía de Djuka, el Sporting recibió el segundo tortazo consecutivo del año liguero en Tenerife. Una dolorosa repetición inefable hasta pisar el Heliodoro. Veneno a estas alturas y a las puertas de un derbi a cara de ... perro que plantará al Oviedo el sábado en El Molinón. Casi nada fue reconocible ayer en el once gijonés. Caótico, lento y estéril en la noche canaria, el equipo atacó todo el tiempo con balas de fogueo. Desacompasado. Sin ninguna chicha.
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El Heliodoro recibió al Sporting de uñas, desvalijado tan solo tres veces este año en la Liga. A esa fama poco hospitalaria, Gallego replicó bravo, con dos delanteros. Djurdjevic y Pablo Pérez, notable meritorio en sus últimas funciones, nuevos compinches. Una declaración de intenciones en apariencia de un once con traje chirriante, controvertido para el sportinguismo más purista por una cercanía cromática con el Oviedo. Aunque en lugar de azul había morado en la elástica. El balón avanzó con cadenas, querido por su casero y perseguido por el Sporting, con pelotón de jugones tras sus dos delanteros. Nacho, Pedro y Manu García. No pudieron sacar el corcho al choque en la primera mitad, empapizada. Un erial por más que los gijoneses fueran los dominantes, torpedeados y hundidos tras el intermedio.
Las pizarras atornillaron. Costó echar el lazo a la pelota, bien armada la compañía de Ramis, intentando manifestarse a través del aire que corría a la espalda de Saúl y Manu. Pero el Sporting empezó a extender pronto su gobierno y a dar las luces largas a Dani Hernández. Eso sí, con pequeñas ráfagas. Jugón, inclinando el Heliodoro, el equipo se presentó con un centro de Bogdan con muy mala uva. Y luego, con un intento de Saúl que silbó en la base del poste derecho de Dani Hernández. Pedro tuvo ocasión de calibrar su cañón en su especialidad a balón parado, en un libre indirecto, pero prefirió el ajuste al empeine. La ocasión se fue al limbo.
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Apretada la guardia pretoriana de Ramis por Djurdjevic y Pablo Pérez, currantes sin un minuto de libranza, los violines del Sporting empezaron a afinar. Manu se giró, plástico, y volvió a enseñar los dientes a Dani Hernández con un disparo parabólico que se clavó en la grada. Álex Muñoz confirmó la tiritona de los suyos apagando otro incendio, prendido en un creciente Manu. Pero Pablo Pérez estuvo corto de cilindrada y de mecha en una situación de lo más potable. Le faltaba frenesí a la cuadrilla de Gallego, que quedaría en los huesos tras la charla. El Tenerife pidió un tiempo muerto con la pelota. Tocó para avanzar su campamento y achantar al Sporting, fallón en los pases hasta la caseta y enchironado por dentro. Plantando su bandera en el choque, sin intuir el desmayo, su rival se acuartelaba delante del rancho de su portero. Ahí, entre Carlos Ruiz, Sipcic y sus ayudantes, rebotaba el balón. Saúl, viajante por la banda izquierda, ofrecía otra alternativa. A la contra, el árbitro anuló un gol del gigantón Sipcic en fuera de juego. El 'gallo' de Mariño se fue al cajón de las anécdotas. No el segundo.
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Tenerife
Dani H; A. Muñoz, Sipcic, C. Ruiz, Álex Muñoz; Aitor Sanz, Javi Alonso (Sergio González, m. 87), Shashoua (Zarfino, m. 70), Vada (Jiménez, m. 81), Bermejo (Valera, m. 70) y Fran Sol (Nono, m. 81)
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Sporting
Mariño; Bogdan, Marc Valiente, Borja López, Saúl; Nacho (Cumic, m. 88), Javi Fuego (Gaspar, m. 78), Pedro, Manu; Pablo Pérez (Carmona, m. 67) y Djuka.
Gol: 1-0: m. 65, Fran Sol.
Árbitro: Galech Apezteguía. Amonestó en el Tenerife a Aitor Sanz; y en el Sporting a Marc Valiente, Gaspar, Pedro Díaz.
Incidencias: partido disputado en el Heliodoro Rodríguez López a puerta cerrada.
Cerrada la puerta del camerino, el 'Tete' regresó crecido, saludando con la mejor ocasión de la primera hora. Aviso para navegantes. El remate mordido de Bermejo, tras el trile de Javi Alonso a Borja, se marchó fuera a todo gas por un pelo. Djuka trató de levantar la mano. Volvió a estirar al Sporting y colgó una peligrosa amarilla a la espalda de Aitor Sanz, desesperado en una estampida del 'pichichi'. La falta posterior la estampó Pedro contra la barrera. Un centro de Bogdan, un guiño después, lo sabotearon los dedos de Dani Hernández cuando Pablo ya se relamía. Y un nuevo remate de Djuka, entre un bosque de piernas, salió llorando en dirección a la portería de Tenerife, cada vez más cómodo en el sillón. En la trinchera, el Sporting fue siempre su 'pichichi'. Poco más.
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Así, Shashoua, intentón toda la noche, encendió al interruptor de los de casa y reventó a los gijoneses, sin genio. En un pispás, el Tenerife se encendió y soltó un mordisco al Sporting en un remate de Vada que despejó mal Mariño. Fran Sol embocó de cabeza ante el malhumor de Gallego. Carmona fue reclutado de urgencia, con el equipo raquítico en ataque e implorando profundidad. Ramis hizo otro intercambio de cromos para ventilar su propuesta con el viento a favor. Tan mala cara tenía el Sporting, cada vez más chico, que su entrenador quitó la viga maestra de Fuego, relevado por Gaspar. Manu y Pedro dirigieron la obra. Una medida de urgencia en un atasco monumental. A la propina salió Cumic, revulsivo tardío en una propuesta ya marchita y que cargaba con un plomo de partido. El segundo coscorrón estuvo más cerca que otra cosa. Una noche para olvidar.
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