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JAVIER BARRIO
gijón.
Miércoles, 19 de febrero 2020, 03:11
La clase media de Segunda División vive este año al límite. A falta de catorce jornadas para el desenlace del curso regular, la competición se ha apretado por los extremos. Esto, con 42 puntos sin dueño, plantea un final difícil de descifrar. Y a este ... esprint llega vivo el Sporting, que hasta el momento navega una semana con ambición, estirando un poco la cabeza, y a la siguiente con miedo, mirando el retrovisor. Solo hay un precedente en el histórico de las diez últimas temporadas (las que se han disputado bajo el formato del 'play off') en el que un decimocuarto clasificado esté tan indefinido. Le sucedió al Sabadell, en la 2013-2014: 4 puntos le separaban del sexto entonces y 3 de bajar a Segunda B.
«Este partido (el de El Sardinero) tiene que ser un punto de inflexión y un ejemplo de cómo hacer las cosas. El nivel de compromiso ha sido enorme, pero solo son tres puntos y no hemos conseguido nada aún», recordó Miroslav Djukic en Santander. El triunfo frente al Racing ha resultado energético en Mareo, donde ahora mismo solo se tienen ojos para el partido del viernes frente al Cádiz (El Molinón, 21 horas). La cita se prepara como una final. Y no es para menos. Si el Sporting logra tumbar al líder (el equipo que más puntos saca como visitante) abrirá brecha, desayunando el sábado a nueve puntos del descenso y a dos del 'play off'. Quedará, eso sí, toda la jornada por disputar.
Ahora mismo, el Sporting juega por todo. Su mayor o menor rendimiento definirá su suerte, pero el panorama es muy diferente al del curso pasado a nivel estadístico. Por contextualizar, el equipo de José Alberto superaba hace un año la jornada 28 a 11 puntos del 'play off' y a otros tantos del descenso. Hoy, con un punto menos en la tabla (35 por los 36 de entonces), el proyecto se encuentra a 5 del sexto y a 6 de bajar. La diferencia es importante. Por eso, todas las reflexiones internas que se hacen en Mareo se dedican a la visita del líder, que encarna esa irregularidad que ahora carcome la parte alta, igualando todo y reabriendo la competición. En ese sentido, el equipo de Álvaro Cervera, un bloque físico, poderoso en las estrategias y peligroso al contragolpe, apenas ha podido rescatar nueve puntos de veinticuatro en el último tramo de la competición.
Interviene Juan Antonio Anquela, curtido en la Segunda División. «Nunca hay que entregar la cuchara», arranca el técnico jienense. «Había un señor muy sabio, muy sabio, don Luis Aragonés, que decía que esto siempre se decidía en los dos últimos meses. La clave es estar ahí en ese momento. La gente se pone nerviosa, pero la realidad es que hay una igualdad tremenda. Dos o tres victorias te dan la posibilidad de jugar liguilla o, si sucede al revés, de que te entre el miedo. Todo se está apretando mucho este año por la parte de arriba y de abajo, y si alguien coge esa racha en el momento oportuno, como le pasó hace un par de años al Valladolid, va a subir bastante», reflexiona.
Evolución en la propuesta
En Mareo constatan una evolución y mejoría en la propuesta del equipo desde la llegada de Djukic, avalado por Miguel Torrecilla, aunque los resultados reflejen intermitencia y el riesgo de la parte baja siga presente. El técnico tiene estipulada en su contrato la renovación automática por un año más si alcanza el 'play off' en este tramo final y, por supuesto, si logra el ascenso. En esa travesía personal y colectiva, el Sporting enfila ahora al Cádiz, a la Ponferradina en El Toralín, a Las Palmas en Gijón y al Dépor en Riazor. A partir de ahí se iniciará la cuenta atrás con esos diez famosos partidos definitivos en los que ponía su acento 'El Sabio' de Hortaleza.
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