«No nos tiene que volver a pasar», avisó tras el partido ante el Eibar del sábado un serio Rubén Albés. La preocupación que manifestó el vigués a través de esta advertencia se fundamenta, no tanto en el volumen de lesiones musculares que ... acumula el Sporting de Gijón desde el inicio de la temporada, sino en las «recaídas». «Están fuera de lo normal», aseguró el gallego, que desde el inicio de la temporada no ha podido contar en ninguna jornada con la totalidad de su plantilla. Desde el debut contra el Levante, en mitad del mes de agosto, no ha habido un cambio de hoja en el calendario sin futbolistas incluidos en el parte médico. De todas formas, esta segunda observación del problema, la del número de lesiones, la ha enmarcado dentro de la normalidad y exigencia del fútbol.
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Pero la otra parte del análisis preocupa. Y mucho. Con el caso de Juan Otero fresco, último ejemplo de las roturas musculares 'al cuadrado', el departamento de Ciencias Aplicadas del Sporting y el propio cuerpo técnico de Rubén Albés están buscando fórmulas y revisando sus protocolos de actuación para atajar la reincidencia en las lesiones, algo que está representando una rémora considerable esta temporada, además de una constante, cebándose, especialmente, con el centro de la defensa y el ataque. De ahí que se haya registrado un baile importante de nombres para entrar y salir de las alineaciones del Sporting en las dos áreas.
Por ejemplificar con números el calado del problema que tiene el equipo, Eric Curbelo se ha perdido ya un total de catorce partidos este curso por lesiones musculares. Y su vuelta, al menos de momento, no se prevé a corto plazo. El canterano Diego Sánchez, el central más fiable y con mejor rendimiento este curso, ha tenido que ausentarse forzosamente de diez encuentros, si bien es cierto que sus dos bajas no parecen tener una relación directa: el gemelo de la pierna derecha y el recto femoral izquierdo. Arriba, Gaspar no ha podido estar disponible para Albés en un total de ocho jornadas y apunta a ser baja otra vez el fin de semana. Juan Otero, por su parte, se va a perder su quinto partido de la temporada el domingo por una lesión de esta naturaleza.
«Se está trabajando sobre ello, reflexionando sobre qué ha podido pasar por parte de todos: servicio médico, preparación física, 'staff'… A ver qué patrones hemos podido encontrar porque nos ha pasado en varios casos. No por (tener) muchas lesiones, sino por volver a recaer de una lesión. Es algo que nos preocupa porque al final tenemos fuera jugadores importantes», prosiguió el sábado Albés.
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Su equipo técnico ya ha tenido que reducir las cargas de trabajo en algún momento concreto del curso como medida preventiva, además de revisar, junto a Odin Vite y el resto de personal del departamento de Ciencias Aplicadas, las recuperaciones. De estos cuatro casos, Otero y Curbelo se han vuelto a lesionar en la misma zona. En todo caso, el problema del canario, siendo en el bíceps femoral izquierdo, no se ubicaría exactamente en la misma parte donde sufrió su anterior rotura, según apreciaron los médicos.
La reincidencia en las roturas se ha dado de la mano con otros contratiempos que está teniendo esta temporada el equipo, como la baja de larga duración de Jesús Bernal. Una rotura de un cruzado, aunque el aragonés tuvo también un problema muscular en el obturador externo de la cadera derecha a finales de octubre. Caicedo vio los cuatro primeros partidos del curso desde la grada o por televisión por una lesión en el músculo semitendinoso de la pierna derecha. Y Róber Pier convive desde el verano con una latosa pubalgia. Maras y Cote se perdieron también algún partido, pero con plazos menores.
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«Los parámetros de las lesiones son normales», analizaban desde el cuerpo técnico del Sporting, considerando esas recaídas, que han tenido como último eslabón de esta fatal cadena a Juan Otero, como lo atípico del problema. Este caso concreto, además, constituye un gran inconveniente a corto plazo por la influencia del delantero en el equipo y en su forma de jugar.
El colombiano, que ya no estuvo disponible para Albés en tres encuentros del mes de diciembre por una lesión miofascial de grado 2 en el bíceps femoral izquierdo, se resintió el pasado viernes, en el último entrenamiento antes del partido contra el Eibar. Las pruebas a las que fue sometido dieron como resultado la misma lesión que sufrió en diciembre, durante la disputa del partido contra el Cartagena, pero, en este caso, siendo de grado 1.
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De nuevo, el margen para la selección de personal en el ataque se reduce. Caicedo no parece llenar a Albés, que se quedará posiblemente para lo que resta de mes con el ecuatoriano y Campuzano, que no es el prototipo de un '9', sino un atacante más versátil, más allá de las alternativas del filial que hasta ahora no ha explorado. Otro quebradero de cabeza.
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