Enzo Ferrero, frente a la puerta que, a partir de mañana, llevará el nombre del mítico jugador que dejó un huella imborrable. PALOMA UCHA

Los 11 momentos del eterno '11' del Sporting

Enzo Ferrero, que con su zurda mágica ha escrito innumerables fragmentos de la época más dorada del club, dará mañana nombre a la puerta '11'

Miércoles, 11 de diciembre 2024, 08:59

Los futbolistas actuales del Sporting tienen espejos donde mirarse. La historia del Sporting está salpicada de grandes jugadores que transmitieron a su paso un calado imperecedero que les hace formar parte de la leyenda del club gijonés. Grandes futbolistas, pero también grandes personas. Todas ... ellas imborrables que sintieron los codazos en la boca, recibieron multitud de patadas, pero que, como Enzo Ferrero, enamoraban corriendo pegados a la línea, encarando al defensa, regateándolo y centrando.

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La afición rojiblanca rememora con cariño el paso del argentino por el Sporting y le devolverá parte de lo dado con un reconocimiento eterno: darle su nombre a la puerta '11'. Junto en la esquina entre las gradas este y sur de El Molinón. El número que llevó a la espalda pegado tanto en su etapa en Boca Juniors como en el conjunto gijonés en tantos partidos en los que dejó un huella imborrable que le convertiría, probablemente, en el mejor extranjero de la historia de la entidad. Esa puerta no podía llevar otro número y lo tendrá a partir de mañana.

1. Argentina

Campana, lugar de nacimiento

A Enzo Ferrero se le recuerda por formar parte de la mejor etapa del Sporting. Símbolo de lucha, del regate, de ese fútbol de calidad que tanto gusta en Gijón, nació en Campana, situada al nordeste de la provincia de Buenos Aires, un 3 de enero de 1953. «Era una época convulsa en mi país», afirma en torno a una mesa y un café a EL COMERCIO en uno de los bajos hosteleros de El Molinón. En un barrio sin nombre de una ciudad pequeña como la suya, de unos 60.000 habitantes, dio sus primeros golpeos al balón. Concretamente en la Escuela Normal Mixta. Jugó en la Baby Fútbol, como así se llamaba al fútbol sala en su país.

«Mi padre tenía un taller de coches y mi madre trabajaba en casa», explica el '11'. Ya destacaba por su velocidad, su garra, su técnica, pese a su juventud. Empezó la Secundaria en Zárate. «Otra ciudad que está al lado, muy cerquita, que tenía Secundaria Industrial. Pero, con 15 años, me llevaron a Candela, algo así como La Masía del Barcelona». Tal era su fútbol que pronto se mudó a Buenos Aires.

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2. Boca Juniors

'Piqui' ficha a los 15 años

Los aficionados porteños pronto descubrieron a aquel joven de rizos y, sobre todo, su fútbol. Le siguieron llamando 'Piqui', como le habían apodado años atrás. Debutó con el primer equipo de Boca Junior en unos torneos amistosos por el interior de su país, pero el oficial llegó un año después. «No era la Primera División, sino en una competición oficial que se llamaba Torneo Metropolitano».

Su posición era, como se dice en Argentina, de 'puntero izquierdo'. «Era un rayo por la izquierda, dueño de una habilidad única. Con Potente y Curioni se entendía a la perfección. Ocupó el lugar de Rojitas en el corazón del hincha», decían de aquella joven promesa que dejó improntas imborrables entre 1971 y 1975. Como aquel gol 'de escorpión' ante Huracán en un amistoso –una acrobacia que consiste en saltar hacia delante, colocar el cuerpo en posición horizontal y levantar ambos pies por detrás, para golpear con ellos el balón hacia adelante para despejar o rematar–.

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3. Selección Argentina

Bajo la dirección de Menotti

La carta de presentación de Enzo, brillante como muy pocas, comenzó a llenarse de halagos en su Argentina local y despertó el interés del por entonces seleccionador nacional. El recién llegado César Luis Menotti, uno de esos 'generales' de los banquillos, con una historia digna de estudio, que se había hecho cargo más de un territorio caótico que de un conjunto, pero que supo crear un ámbito muy profesional, exigió condiciones a los clubes y empezó a convocar a jugadores talentosos de todo el país.

Enzo Ferrero debutó en 1972 en un partido, curiosamente, ante España (1-1). Jugó una llamada Minicopa del Mundo en Brasil, donde Pelé anunció su retirada. Coincidió con Maradona –«ya se veía que iba a ser un genio», dice el exfutbolista, cuya madre compartía barrio con el astro argentino– y su etapa como internacional se saldó con tres partidos y un gol.

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4. Sporting

En coche con Enrique Casas

En sus diez años como futbolista en España, de 1975 a 1985, fue la imagen de un inolvidable Sporting, de un fútbol auténtico y rebelde. «Enrique Casas fue a ver a varios jugadores de Boca a Argentina, en un partido ante Banfield, entre los que yo no estaba. Pero al finalizar preguntó por mí, me comentó algo», recuerda el extremo. Casas hablaría con el técnico Pasieguito, que ya tenía conocimiento de él, y ambos viajaron a Valladolid, donde el conjunto argentino comenzó una gira de amistosos por España. Enzo les enamoró. El secretario técnico lo trajo de Córdoba, donde jugaba otro partido, por carretera de madrugada. «Yo simplemente firmé lo que me pusieron delante». El Sporting desembolsó entonces 126.000 euros.

5 Debut

Estreno con descenso

Aquel jugador que venía precedido de una fama extraordinaria debutó casi de inmediato en aquella temporada 1975-76. Ocurrió el Trofeo Costa Verde. Concretamente, ante el CSKA Sofía. «Jugué medio tiempo o así». No fue el inicio ideal para Ferrero en una temporada en la que aquel Sporting de Pasieguito, con una delantera formada por Churruca, Quini y Ferrero, terminó en Segunda y en la que tuvo que regresar a Argentina por el fallecimiento de su padre. «Me dieron la noticia y tuve que volver urgentemente para allí», dice el exjugador.

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6 Lanzado

El mejor capítulo de la historia

Aquello fue un punto y aparte para el Sporting. «Al año siguiente es cuando empieza a funcionar todo, subimos de categoría y empieza la mejor época del Sporting. El mejor once, el más rápido, el ídolo de las 'barras bravas', descorcha su fútbol, su magia, y se une a los Quini, Castro, Uría, Mesa, Morán, Joaquín, «aunque a este le costó al principio...». Aquel Sporting de Miera y de Novoa rompió la dinámica del fútbol nacional y abriría el mejor capítulo de la historia de la entidad: subcampeón de Liga en Primera División la temporada 1979 y subcampeón de la Copa del Rey en 1981 y 1982. Y aquel argentino, el mejor extremo del fútbol nacional, cuajó como una estrella y dejó detallazos como el gol directo desde el córner del fondo sur que abrió el debut del Sporting ante el Torino en competición europea, y el primero en la final copera ante el Real Madrid.

7 Himno antimadridista

'Así, así, así gana el Madrid'

«Fue al principio del partido entre el Sporting y el Real Madrid en El Molinón, una jugada con Isidoro San José que me costó la expulsión», recuerda con enorme precisión Enzo Ferrero. «Choca conmigo para frenarme, me golpea en la boca, por la que empiezo a sangrar, y yo lo empujo, no lo golpeo, y él se tira al suelo dando cientos de vueltas. Viene el árbitro y ¡me echa del campo a mí!».

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Lo vivido aquel 25 de noviembre de 1979 en Gijón sigue agitando la memoria colectiva de la afición rojiblanca. Ocurre cada vez que un aficionado entona un cántico que ya es un tópico de la canción de protesta de la Liga. El himno antimadridista más repetido: '¡Así, así, así gana el Madrid!'.

8 Las cifras

El gran regateador

El público de Gijón disfrutó del Sporting y, especialmente, de aquel futbolista argentino, extremo zurdo, habilidoso y goleador, veloz y hábil con el balón, que hacía historia cada jornada con su fútbol. Jugó 251 partidos con la elástica del Sporting y alojó 52 el balón en el fondo de la red de los rivales.

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9 La despedida

De 1975 a 1985

Enzo Ferrero se mantuvo como extremo izquierdo titular del equipo gijón hasta su retirada al final de la campaña 1984-85, siendo uno de los jugadores más carismáticos y queridos por la afición. Siempre con el dorsal '11', regateaba moviendo la pelota de un pie a otro antes de dejar clavado al rival. «Terminé mi contrato y aquí me quedé». Tras diez temporadas en Gijón, colgó las botas como el mejor extremo de la historia rojiblanca, aunque sigue en Gijón.

10 Cambio de rol

Despachos y banquillos

Enzo Se retiró del terreno de juego, pero no por ello se desconectó del fútbol. Primero, desde los despachos como director deportivo del Sporting (1990-1993). Y, posteriormente, desde los banquillos: fue técnico del Industrial entre 2001 y 2004 –logró el ascenso a Tercera y dos permanencias– y del Oviedo ACF, también en Tercera (2005-2006).

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11 Puerta en El Molinón

Reconocimiento al gran Enzo

Primero fue Castro, después Quini y, después, Cundi. Ferrero será el próximo en plasmar su nombre en una de las puertas de El Molinón. Será, cómo no, la '11', el número que lució toda su carrera. Será en un acto mañana, a partir de las 13.30 horas, en el que no estará solo: responsables del club, antiguos compañeros, amigos... «Para mí es un orgullo, un verdadero orgullo, vivir así porque va a ser algo que va a quedar ahí».

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