Gaspar: «Ojalá pueda compartir selección Sub 21 con Guille y Gragera, sería un sueño»

Obligado a seguir el derbi asturiano desde la distancia, el gijonés confesó que vio la primera parte cenando con sus compañeros de selección y la segunda, ya sin compañía, en su habitación en la concentración. «Con el gol se me escapó un pequeño grito. Pensaba que íbamos a conseguir la victoria, que es lo que quería el equipo», expresó sobre sus sensaciones tras el punto cosechado frente al Oviedo, que insta a rentabilizar con una victoria este fin de semana. El joven jugador se puso esta mañana de nuevo a las órdenes de David Gallego y, aunque no ocultó el cansancio ligado al viaje, aseguró que físicamente está «muy bien». «Al final he jugado 55 minutos, así que tampoco es mucho. Estoy preparado para el sábado», enfatizó.

Con su debut el martes, aumentó la lista de jugadores forjados en Mareo y reclutados por Luis de la Fuente para la Sub 21. «Todas las internacionalidades de jugadores del club tienen mucho que ver con la confianza que nos da el cuerpo técnico», argumentó el gijonés, con el deseo de que se pueda reunir en Las Rozas parte de la Quinta de La Asunción con Guille Rosas y Gragera, que también figuran en los planes del entrenador riojano. «Ojalá, sería un sueño», indicó, convencido de que la clave del éxito y la representación sportinguista a nivel internacional en los últimos meses está en el «trabajo del día a día» con el cuerpo técnico y sus compañeros. A ellos les agradece el nuevo peldaño escalado en su incipiente trayectoria profesional.

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«Siempre me acuerdo de la misma gente. De mi familia, de mis amigos, de mi novia, de todo el club…», señaló el canterano rojiblanco, que agregó después que fueron los mensajes de esas personas los que le llenaron de ilusión tras el debut. «Muy contento de aprender» de compañeros de selección que considera que «tienen un nivel altísimo», el joven sportinguista precisó que Luis de la Fuente que jugase «más pegado a la banda». «Aquí juego un poco más por dentro, siempre intento llegar a zonas de área. No le pegaba tanto a puerta desde cadetes creo. No tuve la suerte de que entrase el gol», ahondó, aludiendo a sus oportunidades para dejar su impronta en el marcador. Algo que finalmente se le resistió, pero que no le impide estar «muy contento igualmente». De nuevo en Gijón, está centrado en un único propósito: «Darle una alegría a la afición que por fin se puede llenar el estadio».