El Sporting gana crédito

Gallego reunió en el equipo titular, dentro de la disponibilidad, una selección de confianza. Por ahí se coló Nacho Méndez, con Christian Rivera, una vez más, de miranda. Un 'expediente X' en pleno mes de diciembre. Errores técnicos al margen, en esta crisis ha tenido mucho que ver la raquítica despensa que ha dejado Javi Rico. Tampoco jugó Gaspar por la titularidad del 'Puma', correo para Djuka y Fran Villalba desde la periferia.

Saludó colérico el Sporting, empotrando a un rival de porte físico y sin un '9' específico. Con la velocidad de Joaquín y el músculo de Nwkali, el Huesca asomó contemplativo y sin catar pelota. Extraño en la alineación. Un equipo para consumir tiempo y emboscar a la espalda de los gijoneses, jabatos. Ayudó la vuelta de Djuka y Villalba, reunidos un mes después para una cita a cara o cruz para Gallego. El '21', muy jugón. El once de Xisco Muñoz andaba con la mosca detrás de la oreja, parapetado en su campo por la exuberancia. El Sporting sí fue reconocible desde el primer pelotazo, haciendo latir a la grada, despoblada. Los rojiblancos se cargaron de argumentos: presión alta, orden y picante. El 'pero': la llegada. Aunque con Djuka, un competidor nato, había más genio para buscarla. Y más centinelas de patrulla en torno al delantero. Ignasi Miquel cargó pronto con una amarilla tras una bonita maniobra del '23'.

El primer tramo fue el de otro Sporting, dándose la mano con el del inicio. Ni primo hermano del que compareció en las últimas jornadas. El Huesca adelgazaba, limitado a la administración de Seoane, conductor del juego, pero hundiéndose por el pasillo interior. El más potable de los acercamientos rojiblancos iniciales llegó, por supuesto, a través de Fran Villalba. Aitor remachó dentro del área y Miquel salpicó el balón fuera con la puntera. El mediapunta dejó una conducción 'messiánica' a posteriori, interceptada a tiempo por el tacón de Salvador. Por un pelo. El once de Xisco Muñoz, achantado, solo se pronunció en una plástica chilena de Marc Mateu con poca chicha. El control de tacón, eso sí, una preciosidad.

El plan del Huesca quedó al descubierto en una pérdida de Villalba. Nwkali levantó el periscopio y puso a Joaquín en órbita, con muchos metros para correr, pero bajó la persiana rápido Berrocal. Los rojiblancos jugaban con el retrovisor pegado. En esa fase, Villalba perdonó con el interior a dos metros de Andrés Fernández un centro tenso y rebotado de Guille Rosas. Mandaba el Sporting, pero sin exigir al meta. Sí bombeó un sinfín de saques de esquina. En uno, 'Puma' se quedó a un tris de descorchar. Le birló la gloria una buena réplica de Andrés Fernández, tumbando costillar sobre la línea. Ya entonces Xisco Muñoz estudiaba el relevo de Salvador, vulnerable, sustituido poco después con una ovación. Se alistó Mikel Rico.

De camino a los vestuarios, el Sporting sacó la corneta e insistió. Una melé del Huesca evitó un remate franco y Djuka disparó alto, sin córner. El gol, otro 'expediente X'. El delantero protestó el roce de un defensa forastero con furia espartana y se llevó la tarjeta. Amarrategui, el Huesca llegó a la caseta con la mitad del plan completado. Patrullando, persiguiendo el deterioro de la comunión de El Molinón con su equipo. Nada del otro jueves, pero buscando la estocada al contragolpe. No habría sido justo, aunque el Sporting jugaba con muchísimos riesgos.

Después del recreo, el Huesca volvió con otra pose. Diferente. Reclamó el balón y se movió con posesiones largas. Pero el campo siguió inclinado para el más audaz. Y un manso despeje de la defensa del Huesca lo disparó a gol con un zurriagazo Pedro Díaz. Una preciosidad.

Con el tortazo, el Sporting amarró mejor la parte trasera. Y Xisco metió cambios a pares. Pedro, escuadra y cartabón en el pie, jugaba a placer. El triángulo del sierense-Villalba-Djuka, junto a alguna estampida del 'Puma', aceleraba. Atrás tapiaban con apuros Berrocal y Borja. El camino se allanó más cuando Miquel soltó el brazo a Villalba y se fue a la ducha antes de tiempo. Pablo García y Gaspar ventilaron a derecha e izquierda el equipo.

Incomprensiblemente, con viento a favor y uno más, al Sporting le despelotaron en un contragolpe de manual, liderado por Joaquín y cabeceado por Seoane. Una crueldad futbolística ante una propuesta amarrategui. No bajó los brazos el Sporting, que insistió e insistió. El VAR se desconectó en la mano de Miguel y Andrés sacó una parada a un tiro de Pedro. Terminó el once de Gallego en alto, pero sin resultado. Y el técnico, a la espera.