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JAVIER BARRIO
ZARAGOZA.
Lunes, 8 de noviembre 2021, 01:00
Al peor Sporting del curso se lo tragó enterito La Romareda, sin dejar ni los huesos de un proyecto que se presentó hace tres semanas en Cartagena como líder. Pintón, con buenas maneras entonces, el de ayer fue cadavérico y dejó a Christian Álvarez 'cubito'. ... Pasando la tarde y festejando sin mucho curro el primer triunfo local del Zaragoza. Solo hubo un arrebato rebelde al inicio y al final, con el tuneado de emergencia que hizo Gallego, con Berto y Campuzano de meritorios. Poco más.
Siempre a rebufo del Zaragoza, sin tenerse en pie en un mal terreno para todos, el Sporting sucumbió en otros dos derrapes terroríficos en la retaguardia. Dos despelotes de aúpa castigados por el proyecto sin gol. Y a la lona. Una caída con todo el equipo. Un punto de quince posibles y siete goles lamentados en los cinco últimos encuentros. Una fundida de plomos que no se veía venir. La crisis ya es crisis. El raquítico fútbol de ayer no sirve para endulzar. Un terrorífico precinto para el treinta aniversario del último Sporting europeo. Terapia de choque el viernes.
Zaragoza
Álvarez; Fan Gámez, Francés, Jair Jr, Nieto; Petrovic (Eguaras, m. 65), Franchu, James (Zapater, m. 84), Nano Mesa (Bermejo, m. 65), Borja Sainz (López, m. 86) y Álvaro (Iván, m. 84).
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Sporting
Mariño; Bogdan, Babin, Berrocal, Pablo García (Kravets, m. 78), Gragera (Nacho Méndez, m. 63), Pedro Díaz; Gaspar (Berto, m. 64), Puma Rodríguez (Campuzano, m. 78) y Djuka.
Goles: 1-0: m. 29, Borja Sainz. 2-0: m. 62, Nano Mesa.
Árbitro: Iglesias Villanueva. Amonestó en el Zaragoza a Petrovic, Nano Mesa, James, Jair; y en el Sporting a Gaspar Campos, Djuka, Pedro Díaz, Kravets.
Incidencias: partido disputado en La Romareda ante 18.001 espectadores.
Contra la rotación masiva del Zaragoza, sin casi refresco entre jornada y jornada, David Gallego solo aplicó el alistamiento de 'Puma' por Aitor. Todos los internacionales, al verde. El panameño, zurdo a rabiar, hizo las maletas y se mudó a la periferia derecha. Algo torpón con la pelota, sin control, se promocionó el Sporting en Zaragoza. Tan tieso como una estalactita, jugando a pecho descubierto muy pronto. Tanto que vivió al galope los primeros diez minutos. El contagio de la necesidad local, que marcó. Tambores de guerra, puro descontrol. Pudo salir mal parado cualquiera de los dos equipos de un intenso caos. Un fuego cruzado precioso para el neutral. Álvaro Giménez e Igbekeme estuvieron a un tris de reventar la portería del Sporting. Pero los de casa también se quedaron aterrados con la réplica de Bogdan y 'Puma'. Aunque los gijoneses no estaban tan finos en el pase. Al tran-tran todo el rato y oxidados una y otra vez por la zona del revoltoso Borja Sainz. Un terremoto.
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Más apagado el choque tras ese toque de corneta, el Sporting no fluía. La salida de balón era saboteada por la persecución local. Apenas hilaban Pedro y Villalba. Mal asunto. El Zaragoza forzaba la conducción. De Pedro o de los centrales. Y ahí se rompió el partido. Berrocal apuró demasiado ante el habilidosísimo Sainz. A pulgadas de distancia. Cuando se dio cuenta, ya solo vio la matrícula del vizcaíno. Autopase a Gragera mediante, el canterano del Alavés descerrajó a Mariño. Fallo en cadena. Un señor guantazo para el delirio de La Romareda, seca de triunfos locales este año. Pintaba mal el partido para el Sporting, sin agarre en el resbaladizo y tramposo piso de La Romareda. Otra salida en falso de Gragera casi termina en tragedia. No había estímulos. Ni trazas de remonte. Enclaustrado el equipo. Totalmente sacados de la acción Villalba y Djuka, de llaneros solitarios. JIM se felicitaba por ello. Así y todo, el mediapunta le colgó una merecida tarjeta a Petrovic, el faro estratégico de casa, clausurado el primer acto con una acrobacia del internacional por Montenegro.
A la caseta se fue de morros el Sporting. Esta vez 'pupas' sin el garante del buen fútbol. Alerta roja. La Romareda, de uñas todo el año con los suyos, entraba en erupción. Veía cerca el primer jolgorio en casa. Y otro mal síntoma: dominaba la mezcla de dinamismo y músculo de Igbekeme y Petrovic, con la superioridad de Francho, sobre Gragera y Pedro, sin desistir. La catatonia no se pasó tras el rato intermedio de diván. No se iluminaba la bombilla del Sporting. Sí la electricidad y mala leche de La Romareda, a grito pelado contra los gijoneses por no tirar el balón fuera en una jugada. JIM miró a su banquillo y desterró ese gesto caballeresco del orden del día.
Con Berto y Nacho prestos para el cambio, el Sporting se arruinó por completo en una mala sincronía del fuera de juego, quedando descolgado Bogdan. Se lo chivó el VAR a Iglesias Villanueva y a su asistente, dando validez al gol del 'ex' Nano Mesa. Djuka, algo mosca con Berrocal por los saques de falta, vio la quinta amarilla en esa fase degenerativa. Villalba, el único con lustre arriba, dejó a Berto centrado para apostarse en la derecha. Mientras tanto, JIM iba ventilando tras una semana de esfuerzo extremo y con dos victorias salvadoras.
En el último chute, a falta de diez minutos, Gallego dio algo de vidilla con la entrada de Campuzano y Kravets. Pero había mucho terreno perdido. Y el Zaragoza ya jugaba con chaleco antibalas y con Igbekeme en cada metro cuadrado. De escobón y gatillo para disparar ataques. Así, con algún ramalazo rebelde de Campuzano y Berto, que contabilizó el único disparo a portería con una plástica maniobra, bajó el telón de La Romareda, territorio vedado desde 2010. Y a seguir.
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