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JAVIER BARRIO
GIJÓN.
Domingo, 18 de agosto 2019, 04:37
Se abre el telón. Irrumpe el Sporting en Montilivi, campo que conserva alguna que otra cicatriz desde junio de 2015. Un territorio que no pisan los gijoneses desde la mágica temporada del ascenso de los 'guajes', propiciado el subidón definitivo por aquel empate sobre ... la bocina del largo Pablo Caballero para el Lugo en la misma sala de estar del Girona, que maldijo su suerte entonces. Volver a empezar se llama esta nueva película, que, morbos aparte, conecta las primeras líneas de su guión con la disputa de las primera jornada del campeonato en Segunda, que arranca energético. Un careo frente a un peso pesado.
Agosto y septiembre llegan con una subida empinada para testar el proyecto rojiblanco, más juvenil y autóctono, y hoy por hoy aplaudido por la mayor parte del sportinguismo, reconciliado con los suyos hasta que arranque el juego y se aprecie con detalle qué se ha construido para el corto y medio plazo. Pocos esperarán al largo, que casa mejor con el DNI de algunos de estos futbolistas. La opinión definitiva en el fútbol se la reserva siempre el balón. Un juez implacable e insobornable desde hoy.
En un ambiente achicharrante -se esperan unos 30 grados para la hora del partido- se estrenará este Sporting de José Alberto, indescifrable en pretemporada hasta el último partido. Miguel Torrecilla y el técnico ovetense han confeccionado un traje que parece diseñado a medida, de 4-3-3 como punto de partida, con futbolistas hechos y derechos (Javi Fuego) y 'jugones' con todo por demostrar (Manu García). Ha salido, eso sí, otra vez, corto de mangas. Sigue costándole un mundo embalarse por las bandas -la singularidad es el acelerado Aitor García-, sospechosas tras el serial de 'bolos' del verano. Será una de las incógnitas a resolver en este final de mercado o, si no surge una ganga de última hora de esas buenas, bonitas y baratas, en la compra-venta del invierno. También le falta afinar con el complemento para el centro del campo, un tercer hombre por definir y que engrase con dos de las banderas de la nueva compañía de José Alberto.
Los dos ensayos generales previos a la función de hoy se produjeron ante dos 'Primeras', Valladolid y Alavés, atípicos broches a la pretemporada de un Segunda. Quizá resultaron como una medida de alta oposición elegida para aguantar el duro arranque del campeonato, que comienza hoy en Montilivi, donde el Sporting se presentará para tratar de rebañar los tres puntos del campeonato a uno de los recién descendidos, seguramente con el recuerdo de lo sucedido en 2015 presente en el ambiente.
Tras el Girona pasará el Rayo por El Molinón. Otro toro bravo. Otra historia para la que todavía queda una semana. Aunque esta plantilla se ha diseñado para tener licencia para soñar desde el principio (otra vez) y perseguir con garbo el retorno a la élite. A la tercera se desea que vaya la vencida. El de hoy posiblemente sea el contendiente, al menos en la parrilla de salida, con más pinta de miura. Un Girona que amenaza con talento (Samu Sáiz o Borja García) y gol (Stuani). Todos los 'extras' de un equipo de Primera.
Con ese panorama, el Sporting embestirá con una cuadrilla que ya empieza a tararearse, aunque alguna posición sigue en el aire. La duda de las bandas la resolvió el propio José Alberto con la convocatoria, dejando en Gijón a Isma Cerro, Neftali y Traver, que trata de recuperar el terreno perdido tras una pretemporada con el freno de mano echado. Las otras dos afectan a la compañía de Babin, presumiblemente Borja López, aunque no está descartado Marc Valiente, y la de Javi Fuego y Manu García.
Precavido, el entrenador del Sporting no se ha definido mucho durante la semana y hay cierto equilibrio en la cuenta de méritos y matices de los opositores, descartado Hernán Santana y con Gragera en el filial. Pedro Díaz completó una notable pretemporada, el elevado grado de confianza que José Alberto tiene en Nacho Méndez es de sobra conocido y en Cristian Salvador, hombre para todo, también.
El zamorano, más físico que sus compañeros, había cogido impulso en el final de la pretemporada, pero el mal partido de casi todo el once titular en Palencia obligó a José Alberto a retroceder sobre sus pasos. Y repensar la idea, aplazando su decisión hasta esta tarde, cuando resolverá plantando su primer once titular en competición oficial. Será simbólica su primera elección, en un proyecto que tiene mucho de su visión y olfato futbolístico, y que lidera desde el kilómetro cero. La receta es tan suya como de la dirección deportiva. Mantiene el preparador a su círculo de confianza para esta empresa, con la salvedad de Rubén Biempica, relevado por el alicantino Fran Albert, mandamás en esta preparación física.
En Gerona, mientras, se escuchan pocas certezas. En un aspirante claro al ascenso por plantilla y medios, como sucursal del Manchester City, sentó mal el navajazo del último 'bolo' del verano. Se despidió el equipo de Juan Carlos Unzué con un tortazo importante ante el Huesca (0-2) que, contra las impresiones que se suelen verbalizar en el armisticio del verano, tuvo eco y dejó herida en el entorno del Girona.
Para aquel partido estaba alistada casi toda la tropa titular, pero saltó por los aires el dispositivo, desafinado, y el equipo catalán quedó al desnudo en defensa. Tal fue el desaguisado que Unzué baraja corregirlo hoy con una línea de tres centrales y dos carrileros, tras una pretemporada en la que ha coqueteado con distintos dibujos. Un lobo (huargo, si se permite) con piel de cordero.
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