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J. BARRIO
GIJÓN.
Miércoles, 5 de enero 2022, 01:11
El pasado 31 de mayo, a través de un comunicado en sus redes sociales, Javi Fuego anunció su retirada del fútbol. No tenía ninguna propuesta de renovación en la mesa. Tampoco Javi Rico, con el que no cruzaba palabra desde el pasado mes de enero, ... discrepando de cuestiones relacionadas con su gestión del día a día, tenía intención de renovarle. La postura de David Gallego era más flexible y favorable a la continuidad, sobre todo si su sustituto no mejoraba sus prestaciones, considerando el ascendiente que tenía en el vestuario y, también, ese factor equilibrador que veía en el campo. Algo que ha perdido el Sporting. Un líder.
La referencia que hizo ayer Babin pone en valor el gris y eficaz cometido que tenía el ya exfutbolista, apartado del balón y apasionado estos últimos meses con el ciclismo y el 'trail'. Con el Sporting, en las dos últimas temporadas, disputó un total de 72 partidos en Segunda División. Y el contraste con la actualidad es sintomático. En esa amplia muestra de competición en la que compitió en su última fase, el equipo recibió 51 goles en contra y dejó la portería a cero en 35 ocasiones. Hoy, con un once tipo muy similar al del curso pasado, con alguna salvedad y su ausencia, el Sporting ya ha tenido que lamentar 25 goles, casi la mitad, en las 22 jornadas que van de competición. El equipo está recibiendo algo más de un tanto por partido (1,13), con solo cuatro porterías a cero que apuntar en la estadística de la temporada. Cierto es que la propuesta de Gallego fue más ofensiva en el primer tramo de la actual competición, asumiendo más riesgos en la trastienda, pero también que ese paso adelante ha mutado en un desequilibrio sin final. «Tenemos que mejorar el plan 'A'», reivindicó ayer Babin. «Volver a sentirnos fuertes en defensa y también tenemos margen de mejora en el área rival», completó.
La marcha de Javi Fuego dejó un vacío importante en el vestuario, con un nutrido grupo de jugadores jóvenes que llegaban pisando fuerte, pero necesitados de mentores. Fue muy significativa la decisión del vestuario en Fuenlabrada, cuando le entregó el brazalete de capitán para que se despidiera con honores. «Javi ha sido importantísimo, tanto dentro del campo como fuera. Teníamos un entrenador cuando jugaba y también cuando estaba fuera», destacó por aquellas fechas Carmona, el capitán de la plantilla y que también terminaba contrato. «Somos conscientes de que si él no fuese asturiano, si no fuera del Sporting, habría sido irreal que jugara con nosotros. Estábamos disfrutando de un jugador de Primera en Segunda División», ponderó Diego Mariño.
Alejado del fútbol, aunque no pierde de vista a su Sporting, el mediocentro tiene pendiente cuando pase un tiempo sacarse el título de entrenador y el de director deportivo. Pero mientras tanto, la montaña y la carretera se han convertido en su campo de entrenamiento.
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