IVÁN ÁLVAREZ
GIJÓN.
Viernes, 31 de diciembre 2021, 01:05
Espoleado por la ilusión desbordante con la que se ejercitan esta semana en Mareo los once jóvenes reclutados para paliar las numerosas bajas de la primera plantilla, el Sporting mira al futuro con la ambición de dejar atrás los problemas que le han perseguido ... en cada regreso a los entrenamientos después de las tres últimas vacaciones navideñas. El conjunto rojiblanco inaugura este fin de semana un nuevo año y eso en la última década y media ha sido sinónimo de contratiempos.
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Alcanzado por la vorágine de la sexta ola de covid, que ha confinado a media docena de los componentes de su última formación inicial, los gijoneses se adentrarán en enero por tercera campaña consecutiva con su plantilla diezmada. En 2020, una epidemia de gripe pospuso la puesta de largo como entrenador sportinguista de Miroslav Djukic, que se estrenó con derrota en La Romareda después de toda la incertidumbre que rodeó al choque ante el Zaragoza, causante del primer varapalo de José Alberto López a las riendas del primer equipo rojiblanco un año antes. Los maños asaltaron El Molinón y amargaron a la afición local su regreso a la grada, como ya habían hecho en la apertura competitiva de 2014 en un polémico duelo cerrado con tres expulsiones en el equipo que entonces dirigía José Ramón Sandoval.
La complejidad de los ecos de la tregua a las puertas del ecuador liguero para el Sporting ya la ha padecido David Gallego, que tuvo que capear un temporal de nueve bajas originado por un brote de coronavirus que truncó sus planes iniciales y le dejó sin apenas alternativas. Con varias piezas fundamentales en sus esquemas de baja, arrancó un meritorio empate en Lugo. Ahora repite rival con la necesidad de hacer encaje de bolillos esperanzado en refrendar la reconciliación con la victoria de Ibiza. Después de abrazar el paréntesis en la competición con el alivio de haber finiquitado una decena de jornadas sin paladear el triunfo y con la esperanza de recuperar efectivos, las adversidades en tiempos navideños han vuelto a recrudecer la situación.
Con la experiencia del pasado curso, aunque ahora a distancia por su contagio, el técnico catalán medita cómo encajar todas las piezas en el rompecabezas, abierto y supeditado a la recuperación de algún efectivo en la recta final de la preparación. La incógnita de la vuelta a tiempo de varios titulares habituales y su estado físico para la reincorporación a la competición es la última traba en el proceso de romper el atasco sportinguista en los reinicios.
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Le ha costado retomar el pulso competitivo tras el parón navideño hasta en las temporadas que concluyeron con los dos últimos ascensos, en las que no pudo reencontrarse con la competición con tres puntos que le diesen un espaldarazo a esas candidaturas. La victoria sobre el Córdoba supone la excepción en la última década y media, en la que nueve derrotas y cinco empates completan la pobre cosecha rojiblanca en los partidos que inauguran el año.
En busca de cortar esa racha y alcanzar la regularidad del tramo inicial de campeonato, el equipo que dirige Gallego busca hacer propósito de enmienda y empezar a reducir la desventaja de cuatro puntos que le separa de la sexta plaza. El Lugo, que nunca ha vencido en El Molinón, pone a prueba ese afán de escalada.
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