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IVÁN ÁLVAREZ
GIJÓN.
Lunes, 18 de octubre 2021, 00:55
Catapultado por una cadencia ganadora en su estadio sin parangón en Segunda, el Sporting toma altura. De regreso al ático de la tabla clasificatoria con una victoria de picapedrero, avanza sin titubeos el conjunto rojiblanco en la segunda temporada bajo las directrices de David ... Gallego, que ha convertido El Molinón en terreno minado para el visitante.
Mientras la grada del estadio sportinguista recupera sus mejores galas de forma paulatina, con un aumento progresivo del número de espectadores tras dejar atrás la etapa más restrictiva por el contexto sanitario, el contador de victorias locales no se detiene. La cosechada frente al Alcorcón, un colista encomendado a la exhibición de su guardameta para conservar la igualdad en el marcador hasta el epílogo, estiró el pleno para prolongar un prolífico tramo inicial de temporada como anfitrión que no dejaba tantos dividendos en el casillero desde hace más de un cuarto de siglo.
Desde 1995 no se celebraban cinco victorias en los cinco primeros encuentros de la temporada en El Molinón. En la máxima categoría y con Ricardo Rezza a las riendas, el conjunto gijonés llegó a encadenar una sexta alegría para su afición antes de que el pleno de puntos como anfitrión se interrumpiese con un empate sin goles frente al Madrid.
«Fue una situación extraña porque ni nosotros mismos encontrábamos la explicación. Lo ganábamos todo en casa y fuera no éramos capaces ni de puntuar. Parecía que teníamos dos caras, esa de casa y la de visitante, que nos costaba generar ocasiones de gol con la misma facilidad», recuerda Eloy Olaya, que vivió desde la delantera aquella racha. Sin una dualidad tan acentuada en los resultados a domicilio, el equipo que dirige David Gallego ha puesto la directa para igualar esos registros. Nadie hasta la fecha ha acumulado un botín de puntos mayor en los encuentros a orillas del Piles en las diez primeras jornadas, donde la ley no escrita del fútbol señala que no se conquistan los objetivos clasificatorios pero sí pueden dilapidarse las opciones para alcanzarlo.
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Nueve semanas después, los rojiblancos volvieron a lograr los tres puntos tapiando su portería, una de las señas de identidad que permitió a los gijoneses instalarse entre las seis posiciones de cabeza de la clasificación durante cuarenta jornadas la pasada campaña. «Fue el partido más completo del Sporting. Por juego y por ocasiones había hecho méritos para haberse puesto por delante con anterioridad. El mejor fue Dani Jiménez», sostiene Eloy Olaya, que destaca la faena coral que desmontó sobre la bocina el entramado defensivo del Alcorcón. Desde su punto de vista esa coraza de los 'alfareros' se desgastó poco a poco por el vértigo de Aitor García, el despliegue de Pedro Díaz y el recorrido por el carril diestro de Bogdan antes de que Villalba y Djuka volviesen a conectar para fundirle los plomos a los madrileños y encontrar la salida del laberinto.
Una semana después de fabricar el gol del empate en el Carlos Tartiere, el mediapunta valenciano volvió a encontrar al ariete balcánico, que con una definición menos pulcra que en el derbi resolvió el choque. Cuarta muesca en la culata del internacional montenegrino esta temporada, en la que empieza a forjar una prometedora sociedad con el mediapunta valenciano. Los dos han participado en la secuencia de los cinco últimos goles firmados por su equipo, que en el tramo inicial de campeonato marca un promedio para poder dar el salto de categoría si mantiene su proyección.
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Su casillero ya refleja veintiún puntos, uno más de los que había cosechado en las diez primeras jornadas en la temporada del último ascenso a Primera. Ese equipo dirigido por Abelardo, igual que ahora, tenía una marcada influencia de los jugadores forjados en Mareo, con acento asturiano en la medular. Esa fórmula se repite ahora en un conjunto pilotado desde el doble pivote por Gragera y Pedro Díaz, que emula tras el décimo choque liguero los guarismos que presentaba el equipo liderado por Preciado en una campaña que terminó con explosión de júbilo en El Molinón tras la victoria sobre el Eibar en el desenlace de campeonato.
Con más pegada que el curso pasado, David Gallego sigue su propia estela, a solo un punto de los veintidós que había cosechado en los diez primeros choques como entrenador rojiblanco. Ubicado entonces en la segunda plaza por el ritmo arrollador que comenzaba a imprimir el Espanyol, el técnico catalán cimentaba ya su camino victorioso en El Molinón, donde ha ganado dieciséis de sus veintiséis duelos ligueros. Más del 60%, con apenas cuatro derrotas en su balance desde que se estrenó en el estadio sportinguista.
Embalado ante su público, encarará una prueba de fuego el próximo sábado ante el recién descendido Valladolid. Antes, sin apenas tiempo para paladear su sexta victoria de la temporada, al líder le espera parada en Cartagena para seguir explorando su techo.
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