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No estuvo el Sporting a la altura de las expectativas. Y las ausencias por lesión no son excusa. El Granada también llegó a Gijón mermado de bajas, pero supo jugar su partido en El Molinón para llevarse los tres puntos.
En líneas generales el ... partido fue espeso. De esos encuentros difíciles de ver para el espectador, que tuvo que esperar a la segunda parte para que el enfrentamiento entre dos aspirantes al ascenso tuviera algo de chicha.
El once inicial de Albés fue el esperado. Kevin Vázquez suplió a Guille Rosas, Maras a Diego Sánchez y Queipo a Gaspar Campos. Pese a que la idea era la de intentar mantener el nivel ofrecido en las semanas anteriores, el plan no salió como se esperaba.
Sporting
Yáñez; Kevin Vázquez (Iker Martínez, m. 85), Róber Pier, Maras, Pablo García (Cote, m. 85); Lander Olaetxea, Nacho Méndez, Gelabert (Nacho Martín, m. 63); Dubasin, Otero (Caiedo, m. 74) y Queipo (Campuzano, m. 63).
1
-
2
Granada
Mariño; Óscar, Miguel Rubio, Insua, Brau; Ricard, Sergio Ruiz, Trigueros (Villar, m. 72), Reinier (Pablo, m. 80); Lucas Boyé (Rubén, m. 89) y Weissmann (Diao, m. 80).
Goles: 0-1: m. 53, Weissman. 1-1: m. 60, Otero. 1-2: m. 82, Diao. 2-2: m. 90+1, Olaetxea.
Árbitro: Sánchez López. Amonestó en el Granada a Boyé.
Incidencias: partido disputado en El Molinón ante 22.526 espectadores.
Salvo Nacho Méndez y Queipo, que se dejaron notar algo más que el resto de sus compañeros, la actuación fue decepcionante. Quizás las expectativas se habían situado demasiado altas. El segundo clasificado recibía al quinto, a las nueve de la noche de un sábado con temperaturas primaverales… era todo demasiado idílico para que saliera bien. El resultado fue decepcionante.
De nuevo Albés situó a Olaetxea como tercer central. Nadie es capaz de quitárselo de la cabeza. Ni siquiera viendo que en la segunda parte, cuando le dio algo más de libertad protagonizó dos acciones de ataque. Una estuvo a punto de terminar en gol y otra la aprovechó para igualar el partido, pero el VAR anuló su tanto por fuera de juego.
Pero antes de que Olaetxea empatara momentáneamente el encuentro pasado el minuto noventa, el Sporting no fue el de otras ocasiones. Atrás generó dudas, en el centro del campo no pudo liderar el juego y el ataque sigue atascado.
Mientras el Sporting intentaba encontrarse sobre el terreno de juego, el Granada se encontró cómodo en El Molinón. Los visitantes tampoco necesitaron hacer mucho para adelantarse en el marcador. Nada más comenzar el segundo periodo, Weissman marcó tras varios rechaces en el área rojiblanca. Los granadinos mostraron su pegada para silenciar el estadio.
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La reacción del Sporting llegó a los cinco minutos. Pero fue un espejismo. Sin mejorar en su juego, los hombres de Albés encontraron el empate en una solitaria acción. Un buen centro de Dubasin lo cabeceó Otero al fondo de la portería rival.
No pasó nada más. Ni el estadio ni el equipo se vinieron arriba. No hubo asedio por ningún sitio. Se produjo un pequeño caos, pero en todo momento el Granada creó más peligro.
Boyé, Weissman y Reinier pudieron perforar la portería de Yáñez antes de que lo hiciera Diao, pero se encontraron con el guardameta rojiblanco, que tapó los errores defensivos de sus compañeros.
El único pero de Yáñez es que volvió a fallar en el peor momento. Diao, que acababa de entrar en el terreno de juego soltó un zurdazo desde la frontal del área. Un disparo fuerte, pero centrado. Para sorpresa de todos, la mano izquierda de Yáñez se dobló y el balón terminó superándolo por arriba. Quedaban diez minutos.
Albés dio entrada a Cote e Iker Martínez para intentar nutrir a Caicedo de balones aéreos. Cote hizo su trabajo. Puso una falta lateral a la zona de peligro y Olaetxea respondió con su gol. El único inconveniente es que estaba en posición antirreglamentaria.
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Andrés Maese
La anulación del tanto del centrocampista vasco fue lo último que hicieron los rojiblancos. Lo intentaron con más corazón que cabeza. Y sin orden y con las energías casi agotadas, empatar el partido se convirtió en una misión imposible.
La derrota es dura. Habrá que saber digerirla. Toca aprender de la caída y corregir los errores individuales y colectivos. Uno de ellos puede ser que Olaetxea adelante su posición. El equipo es más ambicioso y los jugadores con talento aparecen donde en realidad pueden hacer daño. Gelabert apenas apareció. Y en necesario que tenga protagonismo por el bien del fútbol.
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