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JAVIER BARRIO
GIJÓN.
Sábado, 27 de marzo 2021, 01:50
Sin el 'pichichi' Djurdjevic, también fallón en Sabadell, el Sporting dejó vivito y coleando a un súper 'amarrategui' Alcorcón. Cerrados a cal y canto, de 'manifa' en su territorio, los madrileños se encomendaron al clásico parachoques de la multitud y, para todo lo demás, ... a Dani Jiménez. El 'MVP' de El Molinón. Un santo para sus compañeros que dio todo un recital en Gijón. Hasta dos mano a mano increíbles saboteó el meta sevillano para jolgorio de Juan Antonio Anquela y para alimentar la mala leche de David Gallego. Su ataque fue de pistola de agua.
Vaya por delante que este Sporting es el mejor de la temporada. Sus empates se mastican con el mosqueo y escozor de las derrotas. Y no es 'peccata minuta'. No por las nueve jornadas que alarga ya sin perder, sino por una imagen superior. Lo fue al Sabadell. Y ayer, sin ser la repera y con un ejército de sonoras bajas, a un Alcorcón que se entregó en cuerpo y alma a la contención, destrucción futbolística y a ahogar en infusiones de Valeriana el balón todo lo que pudo. El técnico jienense ingenió un interesado follón. Y no había un Manu para sacar conejos de la chistera.
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Jabato el Alcorcón con el extra guerrillero de Anquela, el Sporting se remangó para sudar la gota gorda. Fue un duelo a pecho descubierto antes de la cena. Duro de roer. Siempre costó un mundo respirar entre la multitud que plantó el veterano entrenador por detrás de sus dos delanteros. Eso derivó en caos y cierto gobierno madrileño tras el saludo inicial. La presentación forastera fue un disparo sin cartucho de Gorostidi. Luego bajó el volumen el Alcorcón, a remolque toda la tarde. Preparado para emboscar con un buen chaleco antibalas.
Remendado por fuerza mayor con cuatro cambios, al Sporting le costó pillar el tranquillo a la cita. Hasta seis pretorianos del Alcorcón cerraban el pasillo interior. Quizá el más difícil de enchironar para Anquela era Víctor Campuzano. Nómada sin residencia fija, astuto en sus viajes, el '11' se presentaba en todas las situaciones de ataque. Pero nunca tuvo gancho. A base de combinación relámpago, embolsando, peinando y fijando Pablo Pérez, un currante nato también canijo ante el gol, el Sporting saludó con un emponzoñado derechazo de Gragera. El Molinón se inclinaba cuando el once de Gallego se embalaba con el pie y la cabeza. Pero sin cilindrada para encontrar estepa vacía de personal, más allá de alguna escaramuza solitaria de Aitor, no se colaba ni el aire en la vivienda de Dani Jiménez. Eso y el nigeriano Nwkali, el más peligroso de la cuadrilla de Anquela, deterioraba el mando de los de casa.
Sporting
Mariño; Bogdan, Babin, Valiente, Pablo García; Gragera, Pedro Díaz, Nacho Méndez (Cumic, m.77), Aitor (Gaspar, m. 71), Campuzano y Pablo Pérez (Carmona, m. 77)
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Alcorcón
Jiménez; Laure, Castro, León, Jose Carlos, Bellvis; Escobar, Gorostidi (Hugo Fraile, m. 87), Nwakali (Boateng, m. 87); Barbelo y Marc Gual (Ojeda, m. 75)
Árbitro: Ais Reig. Amonestó en el Alcorcón a Javier Castro, Laure.
Incidencias: partido disputado en El Molinón a puerta cerrada.
Cumpleañero el jueves, Aitor García inició con chispa. Una buena maniobra suya dejó al Sporting a un meñique del gol. Pero Campuzano se apagó en la finalización, tras la que se llevó una coz de Castro. Tuvo una escena más pintada Pablo Pérez para largarse a la caseta con aire a un par de minutos de la charla. Pero el canterano, agobiado por León y sin el gatillo de Djuka, se enredó antes de descerrajar a Dani Jiménez dentro del área. Nwakaso, un buen préstamo del Huesca, bajó la persiana de la primera mitad con un misil de falta que rebotó como pudo Diego Mariño. Se echaba de menos el mazo del 'pichichi'. Y casi en la misma proporción, la brujería de Manu. Una aspirina en un Sporting con jaqueca.
Sin ser de bostezo, el encuentro regresó igual de atragantado. El Alcorcón se expresaba con resistencia desde su trinchera en la igualdad. Campuzano estuvo cerca de detonar una bomba en el área madrileña, pero le cerraron el paso. Más clara fue la que tuvo un parpadeo después. La boicoteó Dani Jiménez con un paradón para el resumen del curso, estirándose todo lo que pudo para rebañar la gloria al catalán, muy oxidado en el remate.
El Sporting subió la marcha y empotró al Alcorcón, recluido en su campo la mayor parte del tiempo. El tráfico que había montado Anquela en su lado era de tal magnitud que casi renunciaba al ataque. Barbero y Marc Gual, otro hijo deportivo de Gallego, eran simples llaneros solitarios. Correr y cuerpear. Muy pocos y chatos para atravesar jungla y dar con Mariño. En el primer cambio de cromos que hizo Gallego salió al campo Gaspar para ventilar la banda. A la ducha se fue Aitor, extraviado tras un buen primer acto. Ais Reig intervino después para arrancar la mecha a un contragolpe sportinguista por una falta inexistente.
A todo gas, el entrenador del Sporting sacó a jugar todo el arsenal que le quedaba en la despensa. Cumic y Carmona se alistaron a falta de diez minutos, relevos de Pablo Pérez y Nacho Méndez. Carmona enganchó y Campuzano embistió como '9'. Pero el catalán andaba torcido y sin mazo. Ais Reig, errático como sus ayudantes, invalidó un remate a Cumic, a dos palmos de Dani Jiménez, por un fuera de juego inexistente por una pierna. Pero la ocasión ya se había ido al limbo por el apurado remate del serbio, primero, y el mal disparo final de Campuzano, después. Eso borró de la ecuación al VAR. Y por los pelos, libró al Alcorcón, que durmió el final.
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