El Sporting afianza su modelo con algunos errores repetidos

L a eficacia en los metros finales, añorada en el ensayo ante el filial de la Real Sociedad, todavía está lejos de la excelencia en unas semanas en las que la magnitud del resultado se atenúa hasta difuminarse, relegada a un segundo plano ante la importancia de ajustar el engranaje colectivo. «En líneas generales el Sporting estuvo bien. Es tiempo de probaturas y en la última el equipo en la primera parte se mostró sólido en defensa y con criterio con el balón», sostiene el exatacante sportinguista Eloy Olaya, que engloba la derrota que supuso el cierre de los amistosos estivales dentro de dos errores puntuales. Fallos inocuos hasta ahora que ya tendrán su peaje a partir de este domingo.

«Se intuye un inicio esperanzador, con gente que ha venido nueva y puede aportar algo diferente», indica el exentrenador rojiblanco Carlos García Cuervo, que demanda paciencia para que las nuevas piezas puedan ir acoplándose en el tramo inicial de la competición. Confía el técnico en que «la facilidad para dar pases de gol» de Villalba y la verticalidad del 'Puma', que todavía no ha podido sumarse al grupo, otorguen un plus a la parcela ofensiva y la hagan más coral. «El debe del año pasado es que muchos segundos espadas no consiguieron los goles que el equipo necesitó. Djuka las va a seguir teniendo, porque pelea y se mueve bien, pero se necesita un promedio más elevado de otros futbolistas», argumenta Eloy Olaya.

Como ocurrió en su estreno en Gijón, David Gallego inaugurará la temporada ante un recién ascendido en El Molinón, por lo que la coyuntura invita a suponer que los gijoneses tendrán que llevar el peso del juego. Para esa trama de protagonista se ha preparado, especialmente en el amistoso ante la Ponferradina, en el que la tempranera expulsión de Yuri concedió el monopolio del balón a los sportinguistas, capaces de desatascar el choque con una buena acción asociativa en el balcón del área culminada por Gaspar, máximo artillero de la pretemporada rojiblanca con tres dianas.

«La experiencia en el fútbol es muy importante y con un año más los canteranos han dado ese salto que tenían que dar. Te da la esperanza de que van a ir a más», argumenta Carlos García Cuervo.

«Gaspar demostró tener ese olfato», afirma Eloy, que demanda más productividad en las acciones de estrategia en la faceta ofensiva, un recurso que a menudo desatasca partidos en Segunda. Por el momento los gijoneses tampoco han encontrado ese camino para sacar tajada del balón parado en una puesta a punto cerrada con un balance de once goles a favor y cuatro en contra en tres victorias y dos derrotas, ambas ante rivales con los que volverán a medir sus fuerzas a lo largo del campeonato liguero.

Con un estilo ya reconocible, estructurado en torno al 4-4-2 de las primeras semanas y el 4-2-3-1 que ha afianzado a medida que se acerca el primer duelo oficial del curso, Gallego aprovecha el camino recorrido para afianzar su modelo. «Hay una base de equipo ya hecha que con algún refuerzo invita a pensar que se pueda competir por el 'play off'», señala Carlos García-Cuervo.

Las cinco caras nuevas todavía no han dejado su impronta entre falta de tiempo y adaptación. Kravets ha combinado detalles esperanzadores con algún error de bulto que tuvo incidencia en el marcador y Christian Rivera, por las molestias musculares que arrastró en sus primeras semanas en Mareo, todavía no ha podido alcanzar la plenitud. A la espera de esa aportación de los recién llegados, Gragera ha ganado jerarquía para marcar el ritmo desde la medular.